Sistema frontal: hasta un 50% se perdió en la pesca artesanal
Desde la Ferepa se enfatizó en la necesidad de que las autoridades impulsen apoyos a los pescadores frente a las mermas económicas que se generan en dichos casos.
Durante 2023 los pescadores artesanales han visto reducida su actividad en el Biobío. Esto, a raíz de los sistemas frontales que ha enfrentado la región, que perjudican la visibilidad bajo el agua y que, en otros casos, implica la suspensión de las operaciones en las costas por periodo más extendidos.
Pese a que, gracias a la coordinación entre los gremios frente a las emergencias climáticas no se constataron afectaciones en la infraestructura productiva tras las recientes lluvias, algunos trabajadores señalan que el principal impacto reside en imposibilidad de desarrollar sus labores durante los días críticos de lluvia, y la baja de la producción -que puede reducirse hasta en un 50%- para quienes la continúan ejerciendo.
Entre las necesidades constatadas del sector se contempla el impulsar un respaldo productivo y económico ante al cese de operaciones por emergencias climáticas, y el mejoramiento de los accesos a zonas turísticas vinculadas al rubro.
Merma económica
El jefe de Unidad Técnica de la Federación Regional de Pescadores Artesanales del Biobío (Ferepa), Cristian Arancibia, sostuvo que "donde hay una presencia sana de recursos hidrobiológicos, los buzos mariscadores pueden generar ingresos diarios cercanos a los $100 mil pesos, en otras zonas menos, el margen es relativo acorde a la actividad".
En ese sentido, agregó que "si hablamos de cinco o diez días de no trabajo, se transforma en una pérdida de ingresos importante para la familia", agregó.
Por ejemplo, en Caleta Lenga, el agua dulce que desemboca por el río baja con la turbiedad propia de las lluvias, concentrándose en la costa y reduciendo la visibilidad del sector donde los buzos desempeñan su funciones, lo que tarda entre tres a cuatro días en normalizarse y, pese a que se continúa trabajando, la producción se reduce a la mitad en comparación con las jornadas de buena condición climática.
Así lo afirmó el presidente del Sindicato de Pescadores de la caleta, Rodrigo Merino, quien además contó que "hemos tenido frentes más seguidos y se ha notado harto la baja de trabajo, años atrás nos habíamos olvidado un poco de esto". En este escenario, ambos trabajadores coinciden en que los pescadores se han vuelto más cautelosos en términos económicos, mediante estrategias como el ahorro y la inversión.
"La gran mayoría están siendo más precavido. En Lenga uno tiene el apoyo de que algunos socios están trabajando en el restaurant, eso ayuda en parte a solucionar los problemas de plata en el hogar", precisó el presidente del sindicato.
Red de apoyo
Pese a que muchos pescadores artesanales estarían acostumbrados a eventos climáticos complejos, el jefe de la Unidad Técnica de la Ferepa manifestó la necesidad de que el Estado revise cómo se abordan estos días en los que, en ciertos casos, no se lleva a cabo la actividad pesquera.
"Este tipo de eventos meteorológicos no se da desde hace muchos años y nos pone en alerta de que hay que generar mecanismos que puedan abordar y mitigar los impactos que generan", planteó. Por ejemplo, a través de oportunidades de diversificación y emprendimiento productivo, valor agregado a la pesca y en ciertos casos apoyo económico, tal como se realiza con otros rubros, como la agricultura.
Cabe destacar que las necesidades varían según cada gremio. Bajo ese contexto, el presidente del Sindicato de Pescadores de Lenga aclaró que, si bien no requieren de apoyo económico del Estado, la deficiente condición de los accesos a la caleta, agudizada por las lluvias, reduce el número de turistas que visitan el lugar. "Muchos recursos se los vendemos a los restaurants, y si no venden no nos compran la cantidad que están acostumbrados para abastecer su negocio", explicó.