"En la sede local nunca hemos perdido el estar insertos en la Región"
El también exministro de Economía de Michelle Bachelet visitó la zona hace algunos días. Fue parte de un claustro.
Hugo Lavados volvió a asumir como rector de la Universidad San Sebastián (USS) en junio pasado. Ya había mantenido el cargo entre 2014 y 2018, un período marcado por grandes transformaciones al sistema de educación superior que fueron impulsadas por la expresidenta Michelle Bachelet, de quien él fuera ministro de Economía en su primer período. En su regreso la zona -y en medio de un claustro universitario realizado días atrás- dice ver una universidad distinta a la que dejó, sobre todo en términos de complejidad, "porque se ha profundizado mucho en actividades de investigación, vinculación con el medio, docencia de pregrado y postgrado".
En esta segunda etapa, los desafíos pasan por "transitar por el camino de la excelencia", lo que a juicio del rector significa continuar profundizando la calidad de la docencia, concretar una investigación cada vez más focalizada "y con un sentido regional y local", y hacer que los proyectos en beneficio a las comunidades tengan que ver con docencia e investigación, "que se nutra la universidad en forma interrelacionada de sus distintas actividades".
-¿Cómo espera profundizar el concepto de sentido regional?
-A esta universidad no le resulta difícil eso, porque es una universidad que nace en Concepción y luego se expande. En la sede regional nunca hemos perdido el estar insertos en la Región.
-La USS está acreditada por cinco años hasta 2026. ¿Asume el desafío de mejorar el nivel de acreditación, es decir, es posible que en el nuevo proceso se alcance el nivel de excelencia?
-Las acreditaciones están planteadas con definiciones. Naturalmente, queremos y estamos en ese camino, de ser un plantel de excelencia, y el reconocimiento en la acreditación es un resultado del trabajo que se hace para avanzar en esa dirección. El objetivo es hacer las distintas actividades como corresponde a una universidad del siglo XXI, lo que debiese tener como resultado una acreditación de excelencia.
-A nivel local, esta casa de estudios cuenta con más de 12 mil estudiantes. ¿Qué proyectan en términos de infraestructura?
-En Concepción tenemos un tema que hay que resolver, porque de pronto algunos logros como el tener una muy buena admisión nos genera una necesidad de crecimiento en infraestructura que tenemos que apresurar. El vicerrector de la sede, Claudio Concha, presentó un plan maestro de desarrollo de infraestructura, y yo diría que hay una parte de eso que requiere ser impulsado en muy corto plazo en los próximos meses, de tal manera de tener ya una infraestructura mejorada para el año académico 2024. Hay que mejorar servicios a los estudiantes con salas o cuestiones de mantención, por ejemplo.
Eso sí, Lavados cuenta que el plan más ambicioso es el desarrollo de la sede Paicaví, que está funcionando con dos carreras en este momento, "pero ahí habrá un programa de desarrollo de infraestructura importante, que requiere acomodar una construcción ya existente que tomará unos tres años, con una sede de significación desde el punto de vista de las posibilidades de crecimiento de la universidad y de las actividades". Dice que estas posibilidades de crecimiento no sólo se refieren a matricular más estudiantes, sino que en pensar en la generación de investigación y programas de postgrado.
Ley de educación superior
-En su primer período le tocó ser parte de la discusión por la ley de educación superior. ¿Cuál es su evaluación de la norma a más de cinco años?
-La orientación del sistema, siendo bien realista, se da a partir de instrumentos financieros que tienen propósitos definidos. Como la implementación de esta ley coincide con un período en que el Estado no ha tenido recursos adicionales importantes para destinar a la educación superior, esa parte no ha funcionado mucho y explica los permanentes reclamos de las universidades (...) Diría que los temas, desgraciadamente, se han concentrado en un debate inconducente sobre quién tiene el monopolio de la función pública de las universidades.
-La ley creó también la Superintendencia de Educación Superior.
-Creo que se ha ido desarrollando poco a poco el hábito en las instituciones de educación superior de tener esta forma de supervisión que no existía, y que creo que está bien que exista en la medida que se delimite bien su margen de acción. La Superintendencia ha estado bastante focalizada, lo que está bien, en términos de información general y en términos de análisis financieros, porque además se le han venido problemas muy contingentes; nadie esperaba que salieran como una verdadera explosión los problemas financieros en la Universidad Austral y otras entidades, sobre todo cuando se habían hecho revisiones a sus estados financieros hace muy poco (...) Todavía falta avanzar en la transparencia de la información financiera, porque una parte importante de las universidades son extremadamente celosas sobre ese tema.
-¿Entonces el problema viene de las universidades?
-Creo que hay un tema, que no existe la cultura dentro de las instituciones de proporcionar los antecedentes financieros.
-¿Y cómo están los antecedentes financieros en el caso de su universidad?
-Bien. Nuestros estados financieros son públicos y tenemos que entregarlos, lo que permite hacer un análisis bastante a fondo de la situación de la universidad.
El rector advierte que lo negativo del asunto es que los problemas de este tipo aparecen de pronto, por lo que urge aplicar un proceso en donde se estudien las razones que están detrás, "pero sin entrar en un festival de controles y regulaciones, porque eso paraliza a las instituciones".
-El proyecto de nueva Constitución también aborda el tema de la educación superior. ¿Hay elementos que inquieten de esa discusión?
-El proyecto que fue rechazado tenía ciertos aspectos que generaban preocupación, por la visión extremadamente estatista (...) El actual proyecto, al referirse menos al tema, creo que es preferible porque deja eso más abierto y un terreno más próximo a la historia, tradición y realidad del país.