Los desafíos pendientes para erradicar el VIH/Sida
Un nuevo informe del Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida ha indicado hace unos días que existe un camino claro que podría permitir poner fin a la enfermedad para el año 2030, una ruta que también ayudará a prepararnos mejor para futuras pandemias.
El documento del organismo ONU Sida estima que esto requiere un gran liderazgo político y mayores inversiones de los gobiernos en los programas de salud. En el mundo hay unas 39 millones de personas que tienen el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH), según estimaciones de 2022, año en que fallecieron 630 mil personas de Sida, pero a la vez hay 9,2 millones de enfermos que siguen sin acceso a tratamiento. El organismo revela que es muy lamentable que unos 660.000 niños viven con el VIH en el mundo. De acuerdo con los esos datos, se estima que en Chile 77.000 personas viven con el virus. Éste daña el sistema inmunitario al destruir un tipo de glóbulo blanco que ayuda al cuerpo a combatir las infecciones. Según datos del Instituto de Salud Pública, en 2020 se registraron 4.446 casos nuevos en el país y entre enero y junio de 2021, hubo unos 2.390 contagiados. Ya en el informe de 2016, Chile aparecía como el país en Latinoamérica con la mayor alza en casos confirmados, lo que obligó al Ministerio de Salud a reforzar las políticas de pesquisa y tratamiento de personas contagiadas.
De acuerdo con los últimos estudios, las mujeres y niñas siguen siendo las más afectadas, especialmente en África subsahariana. El 23% de nuevas infecciones en 2022 ocurrieron en Asia y el Pacífico, por la ausencia de servicios de prevención para población clave y grupos marginados, además de leyes punitivas y la discriminación social. Durante el año pasado, los ministerios de salud de los países destinaron 20.800 millones de dólares para hacer frente a la enfermedad, pero el organismo internacional cree que está lejos de los 29.300 millones que se necesitan para 2025.
Si bien es probable que en el contexto de pandemia se hayan pesquisado menos casos, es una enfermedad que se ha mantenido en alza en Chile y el mundo. Los nuevos casos son principalmente en población joven, de entre 20 y 39 años, de predominio masculino. Los problemas endémicos en la respuesta a esta enfermedad contribuyeron a que otro virus, como el covid, se propagara más rápidamente.
ONU Sida ha reconocido que en esos años tan difíciles no se pudieron cumplir los objetivos en la lucha contra el VIH/Sida, encaminados a lograr que la enfermedad deje de ser una amenaza para la salud pública en 2030. El mundo ha cambiado y la pandemia empeoró las desigualdades que el VIH/Sida también había generado. Asimismo, influyó la mayor liberalidad sexual, un rechazo a adoptar medidas preventivas y las deficiencias en la educación sexual. Lo cierto es que en el último tiempo hubo más personas contagiadas y, lo que es más preocupante, en segmentos cada vez más jóvenes.
Las claves para lograr el objetivo de superar la enfermedad son que los líderes políticos de cada país den prioridad al Sida, apuntando a guiarse por los datos científicos, abordando las desigualdades y garantizando el financiamiento suficiente para los programas de salud. Se requiere inversión en prevención, tratamiento y atención del VIH y atención médica para las personas que viven con el VIH. El número de personas que reciben tratamiento antirretroviral se cuadruplicó desde 2010, pasando de 7,7 millones a 29,8 millones en 2022.
Por mucho tiempo, ha sido una enfermedad rodeada de prejuicios y con un fuerte estigma social, debido al desconocimiento de sus causas y desarrollo. Una parte de la población portadora del VIH no sabe que lo tiene, por lo que hay que llamar a la población en condición de riesgo a realizarse el test, porque en la medida en que haya una detección temprana y sigan los tratamientos en forma rigurosa, son mayores las posibilidades de llevarla controlada.
En el mundo hay 39 millones de personas que tienen el VIH, según estimaciones de 2022, año en que fallecieron 630 mil personas de Sida, pero a la vez hay 9,2 millones sin acceso a tratamiento.