Natalia Gajardo busca la "Justicia Divina" en su nueva exposición
Corazones heridos, videoperformance, instalaciones y pinturas dan cuentas de la amplia muestra multidisciplinar que presenta la artista penquista.
En junio de 2020, Natalia Gajardo se transformo en una de las primeras artistas en inaugurar una exposición en medio de la pandemia en Concepción.
¿Qué era lo sorprendente? Que, precisamente, todo esto ocurrió cuando las restricciones por la emergencia sanitaria eran tales, que a la apertura de "Día Cero" solo pudieron acudir 15 personas como máximo.
Como una continuación de este trabajo, nace -precisamente- "Justicia Divina" disponible hasta el 28 de septiembre en Casa Autónoma de la Universidad Autónoma, en Providencia. En concreto, esto se traduce en la primera exposición individual de la penquista en Santiago, ciudad donde reside hace dos años y medio.
"Yo me agarré de la historia de 'Día Cero', que habla de los nuevos comienzos para iniciar esta exposición. 'Justicia Divina', alude a la cosecha de los actos, precisamente, el cómo actúas es el cómo te va. Si siembras bien, tendrás buena cosecha, sino será lo contrario", detalló la también diseñadora de 31 años.
Continuación
Siendo el color rojo, simbolizando la sangre en su dualidad de vida / muerte, el elemento base de su trabajo; la muestra también se acompaña de las cadenas, como un símbolo de la unión de lo terrenal con lo espiritual.
Al mismo tiempo, corazones esculpidos en diferentes estados -rotos, lacerados o enteros- grafican la capacidad de resiliencia del ser humano.
Precisamente, junto a estas piezas, la muestra cuenta con instalaciones de gran formato, pinturas y una videoperformance.
En esta última, es la propia artista quien personifica a la diosa Themis, la deidad griega que simboliza la justicia. Con sus ojos vendados y una larga túnica roja sobre su cuerpo, Gajardo empuñó una espada en su mano derecha y una balanza en su izquierda. Todo esto, se hace acompañar de un registro fotográfico que acompañó la acción.
"La muestra tiene que ver con todo un quehacer y un trabajo de ir cosechando y sembrando, todo lo que haz hecho y los resultados que vas viendo. Obviamente, esto se ve atado a todas las áreas de la vida. Así como yo puedo tener una lectura, el espectador -de acuerdo a su vivencia- va a tener otra", comentó.
Habiendo dejado Concepción en octubre de 2020, Gajardo ha tenido años complejos en la capital, pensando -incluso- en regresar a su ciudad natal. "Emocionalmente no estaba bien, pero he tenido amigos y gente que me ha apoyado. La fe en dios me ha ayudado bastante y me ha ido muy bien. 'Justicia Divina' alude a todo eso", aseveró.
Al igual que en "Día Cero", en esta muestra los corazones juegan un papel sumamente importante. Los que están lacerados o, derechamente, rotos, pasan a estar cosidos con cobre. Un material que no solo hace referencia al mineral identitario de Chile, sino que también alude a su carácter antibacterial para las heridas.
"Me agarro de la utilización del cobre en el sanado y curación del corazón. Utilizo este símbolo, porque es universalmente conocido. Independiente del idioma que hables, puedes entender que es un corazón. Creo que es una lectura que la gente puede hacer, sin ser un entendido en arte", señaló.
Aludiendo, también, en cada una de sus obras a la existencia de un ser superior, lo cierto es que Gajardo no profesa ninguna religión, pero si cree profundamente en Jesucristo. Es ahí que la cruz está presente en su trabajo, significando -para ella- la resurrección.
A lo largo de sus años de producción artística, la cruz, el color rojo, el erotismo y, especialmente, los tacones han sido algunas marcas distintivas de su trabajo.
-Tu obra aborda mucho el rojo, lo multidisciplinario, el erotismo, la figura femenina, entre otras cosas ¿de dónde nace ese interés?
-Estuve trabajando y lo sigo haciendo, con agencias de modelo y actores. Todo ese mundo se va mezclando en un quehacer y es difícil apartarlo. Comencé trabajando el tema del poder y el erotismo cuando descubrí el concepto del zapato de tacón, que en un inicio fue para los hombres y luego se transformó en algo más estético. Siempre estuve vinculada a la fotografía, mi obra viene más de ese mundo que del pictórico. También corresponde a mi tipo de personalidad inquieta.
-Centrándose en la fotografía, tu obra es un darle tridimensionalidad a una imagen…
-Puede ser y no ser, pero nunca lo había pensado así. Es un punto de vista interesante. Inconscientemente quizás he tratado de hacerlo y me gusta mucho, me encanta lo tridimensional.