Tulio de Cortillas: el adiós a un ser consecuente y generoso
Con una vida familiar colmada de arte y cariño y un desarrollo profesional ligado a Diario El Sur y otras entidades de la ciudad, colaboró con otros sin condiciones.
"Cuesta resumir en pocas palabras a un hombre de alta densidad y multifacético", dijo uno de los presentes. "Es como el viento, siempre está soplando, dando aire a una creación, un proyecto, a una obra", señalaron otros dos sobre la trayectoria y el quehacer de Tulio de Cortillas.
Si tuviéramos que agregar algo a las expresiones señaladas por el Club de Periodista y Amigos de la Prensa de Concepción, en el marco de la presentación de la exposición "Tulio, biografía de una vida" (2018) es la sonrisa acogedora y tierna, que siempre aparecía en su rostro ya sea en encuentros cotidianos, de gestión o artísticos.
Un hombre ciertamente generoso y consecuente en toda su dimensión, Tulio de Cortillas descansó la tarde del martes, a los 84 años, junto a sus seres queridos, en la tranquilidad de su hogar, después de complicaciones derivadas de una larga enfermedad.
"Siento que cerró la vida disfrutando cada minuto, simplemente, se durmió y se fue en forma serena", ilustró Natascha, tercera de una línea de descendencia familiar, que se completa con Pilar, Igor y Gisella.
"Mi papá fue una persona muy consecuente (…) Hace poco hablando de eso, vivió momentos convulsos en la Unidad Popular, en la dictadura y él siempre tuvo un ejercicio consecuente en la práctica, siempre de una misma línea", acota la también artista visual y académica de la UdeC, quien creció en un clima familiar donde el arte fue una presencia.
Tulio de Cortillas, estudio en la Escuela de Artes Aplicadas de la U. de Chile, donde el proyecto era relacionar el arte como un solo vínculo en la sociedad. "Había un modo de pensar la sociedad y su unión con la cultura y los procesos creativos. Ese modo solidario relacional de siempre estar trabajando en el flujo de las personas es algo que, también mantuvo siempre. Ese ejercicio de consecuencia lo mantuvo con una visión de mundo", resumió Natascha, sobre un gestor cultural clave en Concepción desde su llegada en 1966 (fue casado con Pilar Diego Klenner).
Ya desde esos años generó tuvo una larga relación profesional con Diario El Sur hasta más o menos el año 2000, jubilando en 2006. Desde este medio, con algunas pausas temporales, aportó en trabajos desarrollados con "compromiso social y político" desde la gestión cultural, llevando propuestas relacionadas a lo artístico y cultural a espacios favorecidos y otros no tanto. "Desde El Sur realizó muchas iniciativas para desplazar el arte a otros lugares", resumió su hija.
Ser solidario
Domingo Baño, quien trabó una amistad de más de 50 años, en palabras de sentida sinceridad, cuenta que para él, Tulio de Cortillas fue la persona más solidaria que ha conocido en su vida.
"Siempre ayudando y en función de otros, con una formación cristiana muy fuerte, una gran persona", comenta el diseñador gráfico y artistas visual, quien compartió profesionalmente muchos momentos en distintos trabajos y como grandes amigos.
"Trabajamos juntos publicidad, en Ferbio, en El Sur. La primera vez que fui al diario lo conocí. Un hombre muy creativo y de hacer las cosas y dejarlas en las ideas o conversaciones, Tulio las hacía e iba donde había que ir", comentó Baño, quien trabó esa relación desde su arribo a Concepción en 1968.
- ¿Qué extrañará de su amigo?
- Lo solidario, siempre estuvo ayudando a alguien o colaborando y trabajando con artistas. Personalmente, siempre que necesité algo lo tuve en tiempos complicados, Tulio siempre me ayudó, muy generoso, incluso, dando más de lo que tenía o pidiendo a otros para darle a un tercero.
Arnoldo Weber, gerente de Artistas del Acero, entidad que acogió las dos únicas exposiciones realizadas por Tulio de Cortillas - "Tulio, una biografía de vida" y "Cambalache", la primera en 2015- cuenta que siempre lo recordará como una persona súper interesante y gravitante en el mundo de la cultura en la región.
"También como un señor muy instruido, con una cultura muy amplia y buen conversador, donde aprendimos mucho junto a él en temas de gestión y empresa privada y su aporte al mundo cultural (durante los años 80). Tulio fue tremendamente reconocido en el ámbito cultural como un gestor importante", señaló Weber, destacando también lo entretenido que era encontrarse y conversar con él.
"Recuerdo haber compartido con Pacián Martínez, Tulio de Cortillas y yo con ellos como el cabro chico; muchas conversaciones sobre la vida de Concepción en tiempos de una bohemia temprana, escuchando la historia y anécdotas muy entretenidas del ambiente penquista", apuntó.