Los 200 años del Liceo Enrique Molina Garmendia
La mañana de este miércoles, el Liceo Enrique Molina Garmendia de Concepción celebró de manera oficial sus 200 años de historia, luego de ser fundado como el Instituto Literario el 9 de agosto de 1823, para posteriormente ser conocido como el Liceo de Hombres N°1 y en 1959 adoptar su actual nombre, homenajeando a quien fuera su rector en 1915 e impulsor de la creación de la Universidad de Concepción.
Es el tercer liceo más antiguo del país, cuna de algunas de las principales fuentes de inspiración, pensadores y hombres que impulsaron a Concepción, la Región y el país durante varias décadas.
Desde el expresidente Juan Antonio Ríos, el exrector de la Universidad de Concepción Augusto Parra, el exrector de la Universidad de Chile Ennio Vivaldi, el exdiputado DC José Miguel Ortiz, el exministro de Defensa José Goñi, o el creador de Condorito, René Ríos, fueron algunos de los cientos de alumnos quiénes año a año formaron parte de las aulas o convivieron en el internado emplazado frente al Parque Ecuador.
El historiador Fernando Campos Harriet lo señala en su libro Historia de Concepción: 1550-1970: "La educación fue la primera en tocar con su varita mágica los espíritus dormidos. En 1858 sucede al antiguo Instituto Literario de Concepción el Liceo de Concepción, el cual, por prestigio de su magisterio, atrae a las aulas a la juventud de la extensa zona del sur del Biobío".
Son 200 años que permiten valorar el aporte que realizó el Liceo de Hombres, ponderar el cambio generacional y de foco que vivió el Liceo Enrique Molina, pero también proyectar el futuro de un recinto que ha visto en sus aulas los cambios de la educación pública de nuestro país en las últimas cinco décadas.
Luego de depender directamente del Ministerio de Educación hasta la década del 80', y pasar a ser de administración municipal por casi 30 años, desde 2019 pertenece administrativamente al Servicio Local de Educación Andalién Sur, primero de la Región, como parte del proceso de desmunicipalización.
Es en ese proceso donde el Liceo Enrique Molina Garmendia puede tener una gran oportunidad de volver a posicionarse como líder en el mundo público, para así dejar atrás aspectos que afectaron a su posicionamiento ante la opinión pública previo a este cambio administrativo, con los problemas de infraestructura, las movilizaciones y la radical caída de la matrícula, que eran una constante: de 2 mil alumnos que llegó a recibir a fines del milenio pasado, hoy esta no supera los 400.
Todos desafíos que deberá sostener tanto la administración del sostenedor como también por su rector Julio González, quien se mantendrá en el cargo hasta 2028 tras la repostulación vía Alta Dirección Pública.
En un momento de conmemoración, homenajes y mirada al pasado, es clave que los actores locales vinculados al ámbito educativo, productivo e incluso de la administración pública apuesten por revitalizar al Liceo Enrique Molina, dándole un nuevo impulso con la claridad de los cambios que sigue viviendo la educación pública en Chile.
Iniciativas como la preservación patrimonial, convenios firmados con ministerios o la propia Universidad de Concepción, el anhelo de reconstruir el teatro, además del horizonte que se avizora con el paso a plurigenérico que se postergó al menos un año, son elementos que debiesen apuntar a devolverle el sitial que merece uno de los liceos más emblemáticos del país, cuna de cientos de intelectuales y sobre todo un patrimonio vivo de la Región. Un espacio que también es sinónimo de identidad, identidad regional, educativa y patrimonial.
Es el tercer liceo más antiguo del país, cuna de algunas de las principales fuentes de inspiración, pensadores y hombres que impulsaron a Concepción, la Región y el país durante varias décadas.