De la "OTAN amazónica" de Petro a la acción urgente: propuestas para resguardar la selva
La cumbre de ocho países que integran el bioma amazónico tuvo ayer la firma de la Declaración de Belém, en la cual se "urge" a las naciones más desarrolladas a cumplir con su compromiso de financiar el cuidado de estas reservas.
La cumbre que reunió ayer a los líderes y representantes de los ochos países amazónicos "urgió" a las naciones más desarrolladas a cumplir con su compromiso de financiar el cuidado y la preservación de las selvas, adoptado en diversos foros globales.
La exigencia figura en el punto 35 de la Declaración de Belém, ciudad brasileña donde se reunieron los presidentes y delegados de los Estados miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA): Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
"Urgir a los países desarrollados a cumplir con sus compromisos de provisión y movilización de recursos, incluyendo la meta de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en financiamiento climático", dice el punto 35 de la declaración final de la cumbre, la cuarta que se realiza y la primera desde 2009.
Defenderla "con armas"
Durante la jornada, cada representante expuso ideas para proteger la selva amazónica.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso crear un tribunal internacional ambiental para juzgar los ilícitos en la región y una "OTAN amazónica", un "tratado militar" para defenderla "con armas".
"Si el motor de la Amazonía es cada vez más ilegal y representa un crimen contra la humanidad, ¿cómo defendemos la vida? Con razones, pero también con armas", dijo Petro.
Sobre la corte ambiental, explicó que serviría para "juzgar los crímenes" contra la mayor selva tropical del planeta, "reconociendo los derechos" del bioma, que en los últimos años ha visto la expansión de las redes de narcotráfico en su territorio, así como la deforestación, la minería ilegal y la violencia contra los indígenas, entre otros crímenes.
Recordó que esa idea de establecer un "tribunal de justicia ambiental" ya la escuchó del expresidente ecuatoriano Rafael Correa a nivel global, pero lo que él propone es acotarla a los países amazónicos: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela.
El mandatario colombiano igualmente abogó por impulsar un "centro común de investigación" en el que científicos de los ocho países de la OTCA investiguen el bosque tropical.
Asimismo, volvió a levantar la bandera contra el uso de energías fósiles como carbón, petróleo y gas, con críticas veladas a gobernantes progresistas que defienden estos proyectos incluso en la Amazonía, como Brasil.
Según Petro, "si la selva produce petróleo", los gobiernos de la región "estarán matando a la humanidad" por el ecosistema dejará de ser una "esponja" de dióxido de carbono. "La solución están en dejar el petróleo, el carbón y el gas", reiteró.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, propuso "una alianza firme y clara para frenar los delitos ambientales, en especial la tala y la minería ilegal, el tráfico de drogas y especies y la contaminación que destruyen nuestra Amazonía", mientras que su par de Bolivia, Luis Arce, criticó fuertemente al capitalismo, del que dijo "está poniendo en riesgo a la humanidad y a la naturaleza. Sus formas de interacción tratan de sacar el mayor provecho de las fuerzas de trabajo explotando a la naturaleza como si esta fuera infinita".
En este sentido, el mandatario denunció el interés de Estados Unidos y Europa de querer intervenir en la Amazonía e hizo un llamado para que se respete la soberanía de los países que hacen parte del bioma.
Con sus 7 millones de kilómetros cuadrados, la Amazonía es el área de mayor biodiversidad del planeta y la principal reserva hídrica del mundo. En ella viven más de 40 millones de personas y 400 pueblos indígenas de los 800 que hay en América.
La polémica
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo estar "convencido de que la historia de la Amazonía será medida a partir de este encuentro, que habrá un antes y un después". Recalcó que esta selva "no es un tesoro para ser saqueado".
Sin embargo, su ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, tuvo que salir a desmentir que los países amazónicos tengan "posiciones divergentes" sobre la necesidad de prohibir la explotación de combustibles fósiles, luego de que su par de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, defendió la explotación de petróleo en la desembocadura del río Amazonas: "No se puede hacer la vista gorda frente a la desigualdad que existe en el país. Se necesita crecer para atender las necesidades del pueblo".