Mirada a la economía regional para este segundo semestre
Las industrias manufactureras, forestal y pesquera atraviesan un escenario de cuidado. Hay también preocupación por lo que pueda suceder en las áreas del comercio y servicios, además de la informalidad y la presencia femenina en el mercado. Eso sí, se prevé un repunte para 2024.
nicolas.alvarez@diarioelsur.cl
He aquí algunos hitos económicos de las últimas semanas. La tasa de desocupación regional del trimestre móvil abril-junio 2023 llegó al 8,3%, equivalente a un alza anual de 1,1 puntos porcentuales. El Índice de Percepción Empresarial Regional (IPER) de junio mostró una mejora en la percepción de los empresarios, pero planteó que se mantiene la incertidumbre frente al escenario económico, político y de seguridad. Y lo más lamentable, el cierre del aserradero Horcones II de la empresa Arauco debido a los problemas de abastecimiento de las plantas, el aumento de costos por efecto de la violencia rural y la menor disponibilidad de materia prima por el robo de madera y los incendios. Unas 121 personas se vieron afectados, entre trabajadores directos y de empresas que prestaban servicios.
Son todos elementos que preocupan y que elevan la alerta de los actores económicos de la zona, en especial respecto a lo que será este segundo semestre. Todos coinciden en que serán meses complejos, aunque algunos ven luz al final del túnel, ya hacia finales de año o a principios de 2024.
Panorama complejo que puede mejorar
Desde el punto de vista de los académicos y economistas, aún siguen existiendo puntos que atacar. Por un lado, advierten que hay un problema estructural que se arrastra por años y que responde a un rezago económico productivo con una economía regional muy dependiente de sus sectores más maduros y competitivos, como la cadena forestal maderera, mientras que por otro un problema coyuntural de incertidumbre, desconfianza y expectativas que tiene a la inversión privada muy desacelerada.
Ariel Yévenes, economista del Observatorio de Corbiobío, plantea que en lo inmediato se vislumbran meses más complejos para comercio y servicios. "En efecto, la manufactura ya se encuentra enfrentando fuertes dificultades derivadas de un crecimiento estancado y prácticamente recesivo. Ello no había tocado de manera muy intensa al comercio, sobre todo por la disponibilidad de transferencias, subsidios y liquidez que se le inyectó al sistema, pero eso se tiende a acabar y tiene en el corto plazo efectos acotados, si es que no se produce reactivación de la inversión, que continúa fuertemente estancada", asegura.
El profesional explica que mientras no se supere la incertidumbre y la desconfianza, "será muy difícil el despegue económico, más allá de las buenas o malas perspectivas que tengamos en el plano internacional".
El director de Ingeniería Comercial de la Universidad Andrés Bello, sede Concepción, Ricardo Fuentes, cree que los nudos económicos para los próximos meses tienen que ver con temas como la incertidumbre, la seguridad pública, o las dificultades vinculadas a la violencia en la Macrozona Sur, "que repercuten a la principal actividad económica regional, que es la industria forestal". Por lo mismo, dice que es necesario tener claridad sobre la reforma tributaria y regulaciones, las definiciones constitucionales que se están discutiendo y los elementos asociados a la estabilidad política, "donde la contingencia actual nacional y regional no favorece en este momento; tenemos mucha incertidumbre sobre cuál será la regulación para potenciar la actividad económica y generar nuevos negocios en el Biobío".
Pese al panorama que se proyecta, Fuentes insiste en que la contracción menor del último Imacec -que llegó en junio a un 1,0% interanual- y las señales que esta dando el Banco Central en cuanto a la recuperación paulatina relacionada a la inflación hacen que se proyecten nuevas bajas en las tasas de interés, entre otros elementos, que favorecerían empezar con variaciones positivas de futuros Imacec a fines de año.
"Es cierto que el escenario regional proyecta un crecimiento menor al 2022, pero hay señales positivas que auguran un 2024 mejor en materia económica. Creo que lo peor ya pasó", subraya.
Esta última opinión también es compartida por el académico del Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad del Bío-Bío, Luis Méndez, quien precisa que, independiente del bajo crecimiento que se observa hoy, es posible que en los próximos seis meses haya un mayor alivio para el financiamiento de créditos, siempre y cuando el Banco Central baje la Tasa de Política Monetaria. De acuerdo al profesor, de esa manera se podrían reactivar poco a poco rubros como la construcción, el transporte, el comercio y la manufactura, escenario de recuperación que con más seguridad se registrará durante el primer trimestre del año próximo.
En lo inmediato, Méndez se muestra preocupado por el nivel de informalidad que alcanza la Región, que según el último boletín del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) creció 8,8% en doce meses, alcanzando un total regional de 184.432 personas bajo esta condición. Este aspecto, enfatiza, debe ser atacado con urgencia, al igual que la baja participación femenina en el mercado laboral, ambos temas que son de carácter estructural y que no se resuelven con las medidas coyunturales, según explica. Afirma que ahí se necesitan medidas más profundas que apoyen, por ejemplo, a las mujeres en las labores de cuidado, o aquellas que incentiven la formalización de actividades productivas informales.
Otro punto que comparte Méndez dice relación con el mejoramiento de la productividad regional, "aspecto que se logra con mucha inversión en tecnología y una alianza entre el sector público y privado, pero el Estado debe dar el primer paso".
Rubros críticos y llamado urgente
La mirada del sector productivo local sobre la actual situación económica es certera, pues son varios los actores que incluso califican el escenario económico del Biobío como crítico. El presidente de la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC) Biobío, Álvaro Ananías, dice que de acuerdo a datos del último IPER el ambiente parece estar más tranquilo respecto a un segundo semestre de 2022 "más convulsionado", aunque por otro lado plantea que hay industrias anclas del Biobío que están con problemas, en especial la manufacturera, forestal y pesquera.
En el primer caso, sostiene que el precio del acero está muy mal a nivel internacional, situación que genera complejidades en empresas como Huachipato. En segundo término, advierte que hay un efecto tras los incendios del verano que quemaron más de 200 mil hectáreas, de las cuales más de la mitad corresponden a pequeños propietarios forestales, "y ellos no pueden cerrar aserraderos y seguir su operación como las empresas grandes". Por último, lamenta el escenario que vive la pesca ante la falta de certezas sobre la nueva norma general comprometida por el Ejecutivo.
"Hay demasiadas variables que afectan directamente a nuestra zona y que la dejan en una situación delicada", acusa Ananías, quien manifiesta otro punto de cuidado y que tiene que ver con las dificultadas advertidas en la generación de proyectos sustentables.
"Hay varios proyectos de energía eólica que todavía están parados en estudio. También está lo que pasó con Aclara, un plan minero que no requiere explosivos y que tiene un proceso limpio, pero el Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental lo bota del proceso por observaciones que hizo Conaf, en vez de haber informado que había este problema y ver cómo subsanarlo (...) Nos falta coherencia, y si no tenemos una actitud de favorecer con convicción las inversiones del Biobío, tendremos problemas", reclama.
Esta semana, la Agrupación de Organizaciones Productivas (Agop) del Biobío sesionó y emitió un comunicado en donde reiteró que "la Región enfrenta un crítico escenario económico y social". Los argumentos del gremio apuntan al cierre del aserradero Horcones II, "un ejemplo más de la realidad que vive Biobío en materia productiva". Dicen, además, que lo anterior demuestra la urgencia de otorgar condiciones e incentivos reales y contundentes para el desarrollo económico de este territorio por parte de las autoridades locales y nacionales.
Junto con llamar a un "diálogo público-privado poderoso" y que la mirada de la instancia sea considerada en las decisiones políticas y administrativas, enfatizaron que a la fecha se observa "una suerte de cerco que ahoga nuestras actividades económicas, por lo que nuestro llamado ha sido y seguirá siendo la prioridad de considerar las realidades territoriales a la hora de definir políticas públicas como las que están en discusión".
La agrupación está conformada por la Corma Biobío-Ñuble, Pymemad, Irade, Asexma Biobío, Asem Biobío, Pescadores Industriales del Biobío, la CChC Concepción y la Unión de Gremios Pymes Biobío.