Rol de la ciencia en la sostenibilidad de la Región
Ricardo Barra Ríos, Director Centro EULA, Investigador Centro FONDAP CRHIAM e Instituto Milenio SECOS UdeC,
Hace unos días, un panel convocado por un medio local mostró diversas miradas sobre el agua y la sostenibilidad de nuestra región. Se dialogó también sobre la experiencia de la gestión del agua en Israel, país reconocido por hacer un uso eficiente de su agua en el contexto de escasez y conflictos que viven.
Es de conocimiento que en nuestra región debemos prepararnos mejor para los eventos extremos que vivimos. El gobierno regional indicó los pilares sobre los que se construye la estrategia, y en ninguno de los pilares se mencionó a la ciencia y el conocimiento, primera lección que el colega israelí nos indicó en su presentación.
La crisis climática está golpeando con más fuerza a las regiones del norte, tal como lo predijo la ciencia hace décadas, pero también el impacto es grande hacia el sur por fenómenos como los mega incendios, cada vez más frecuentes, que se potencian con la mega sequía. A pesar de todos los esfuerzos desplegados por Centros como el EULA o el CRHIAM, produciendo conocimiento y difundiéndolo en la medida de nuestras posibilidades y limitaciones, no hemos logrado llegar a los tomadores de decisiones de una manera más efectiva.
En las economías más desarrolladas, en todos los estamentos de decisión política existen consejos asesores científicos y técnicos. Considerando la tremenda base intelectual que tenemos, y que se está creando un comité de Ciencia y Tecnología para la región, rara vez se llama a la ciencia para abordar los cada vez más complejos problemas que se enfrentan en nuestra zona, quizá porque no existen los mecanismos ni el lenguaje que nos permita dialogar y entendernos mutuamente.
Lo cierto es que la ciencia nos indica que en medio de la crisis ambiental que enfrentamos, debemos actuar basados en la información y conocimiento que generemos a nivel local, y que la forma más efectiva de responder a la crisis es teniendo las mentes abiertas y disponibles a colaborar. Mucha de la información generada por la ciencia, no es accesible ni comprensible por los tomadores de decisiones, y estos muchas veces no ven la utilidad del conocimiento que se genera en los centros de investigación regionales.
Creo que tenemos una tremenda oportunidad para revertir este escenario, sin esperar que las políticas vengan dictadas a nivel central, con la misma audacia que los fundadores de la Universidad de Concepción iniciaron su proyecto, sin esperar la decisión de la capital, hace más de 100 años.