Integran microalgas en proyecto de mejoramiento de efluentes industriales
En el marco de un proyecto que busca crear fuentes de agua para satisfacer la demanda hídrica del sector agrícola, dos académicos visitaron universidades españolas.
La escasez hídrica vigente desde hace unos 15 años ha motivado a la comunidad científica a desarrollar nuevas soluciones que permitan enfrentar esta problemática y sus diversas aristas. Bajo esta necesidad, en 2022 nace el proyecto "Uso de Efluente de Celulosa para Riego Agrícola", desarrollado por académicos y estudiantes de la Universidad de Concepción (UdeC), principalmente de la Facultad de Ciencias Ambientales, y cuyo objetivo es satisfacer la demanda hídrica de los medianos y pequeños agricultores mediante el reúso de efluentes industriales.
En ese contexto, dos investigadores y académicos UdeC que conforman el proyecto, Mauricio Aguayo y Roberto Urrutia, visitaron a mediados de junio el Centro de Tratamiento de Reutilización de Aguas Residuales del Campus Sustentable de la Universidad de Almería y el Instituto Andaluz de Biotecnología y Desarrollo Azul de la Universidad de Málaga, en España, país que atraviesa una fuerte crisis hídrica, donde se constató que los efluentes son tratados mediante el cultivo de algas.
"Ellas utilizan todos estos compuestos químicos que están presentes en el medio y lo utilizan para crecer y para alimentarse. Después, se van retirando y se utilizan como biofertilizante o proteína", explicó el doctor en Ciencias Ambientales y académico de la UdeC, Roberto Urrutia.
Los aprendizajes obtenidos en España fueron integrados al proyecto y se espera que los resultados sean expuestos a la comunidad a fines de año. Ahora, se trabaja en garantizar que el proceso no implique ningún riesgo sanitario.
Aprendizajes en españa
Frente a la crisis hídrica que atraviesa el país europeo, el tratamiento de las aguas residuales con microalgas se ha vuelto una alternativa viable para el riego agrícola, pues además permite desarrollar una economía circular. Esto, porque de las algas se obtienen productos como proteínas, que pueden ser usados para abastecer la alimentación de salmones u otras especies, en reemplazo de la harina de pescado.
"Tienen todo un proceso de producción de alimentos que utilizan estas aguas. El sur de España está lleno de invernaderos que abastecen gran parte de Europa con los productos que ahí se generan, y basados en la optimización de la poca agua que tienen", precisó el académico.
Como parte de su metabolismo, las algas son capaces de absorber nutrientes y contaminantes, lo que las hace idóneas para su uso en sistemas de tratamiento de aguas residuales. "Ellos tienen fotobiorreactores que tratan efluentes urbanos e industriales, y después hacen uso de esta agua para la agricultura, principalmente en el sur de España, que enfrenta problemas de sequía graves", sostuvo.
Efluente verde
Desde 2022, la iniciativa, denominada también Efluente Verde, avanza bajo la línea del reúso de estos elementos de celulosa para el riego agrícola. Como parte de los conocimientos adquiridos en España, se integró además el tratamiento con algas.
"Estábamos aplicando otro tipo de tratamiento con sistemas químicos, de ozono, para tratar los efluentes. De acuerdo con la experiencia que vimos en España, empezamos a probar tratamientos con microalgas como un sistema adicional en tratamiento biológico, que permite mejorar la calidad de los efluentes y a su vez obtener productos que pueden ser usados para la industria acuícola o agrícola", afirmó.
Ahora se están concretando los ensayos previos a validar el uso de estos elementos industriales en el riego, y hasta ahora no se han constatado complicaciones durante los experimentos, por lo que a fines de 2023 esperan exponer los resultados.
"Estamos haciendo pruebas con tratamiento adicional, realizando cultivos con especies que usualmente se plantan en la Región, como trigo, hortícolas como lechugas, rabanitos, cebada, y viendo si hay algún efecto negativo del uso de estos efluentes", reveló.
Posteriormente, se realizará un trabajo educativo junto a la comunidad agrícola para exponer los resultados y entregarles seguridad sobre el proceso. El sistema podría permitir el reúso definitivo de elementos de las celulosas y plantas de aguas servidas del país.