Prioridad para la atención primaria de salud
Durante los tres años de pandemia los países experimentaron retrocesos en los indicadores de salud, que han revelado o exacerbado debilidades en nuestros sistemas, en la detección y el tratamiento de enfermedades como la tuberculosis, el cáncer, y el VIH, en el diagnóstico y tratamiento de patologías no transmisibles y en la disminución de las tasas de vacunación de rutina.
Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado a que el objetivo central de los distintos países sea "Salud para Todos" y ha pedido a los gobiernos a fortalecer la atención primaria. Se trata de un mensaje potente en medio de un aumento de enfermedades como el cáncer, el asma, las cardiopatías, el VIH Sida, y de un alarmante incremento de la obesidad por malnutrición en los adultos y en los niños.
Hace tres años se declaró la pandemia de covid 19, que ha sido especialmente grave en América, donde en este período ha habido más de 190 millones de casos (25% del total mundial) y más de 2,9 millones de muertes, (el 43% del total mundial). Ningún país estaba totalmente preparado para el impacto de este virus.
Si bien el mundo no está totalmente fuera de peligro, al menos se superó la fase más crítica de la emergencia sanitaria, con programas de vacunación, pruebas de diagnóstico, tratamientos y planes de cuidado que tuvo que asumir la población. América en general es ahora la región con el segundo nivel más alto de cobertura de vacunación covid 19, con una cobertura del 71%.
Sin embargo, la enfermedad sigue entre nosotros, y el virus aún tiene que asentarse en un patrón predecible. Sólo en el último mes se han producido en el continente más de 1,5 millones de nuevos casos y 17.000 muertes, por lo que no se puede bajar la guardia. Los países tienen que mantener y seguir reforzando la vigilancia, ya que, en opinión de los expertos, el virus puede evolucionar y adaptarse rápidamente, de manera que el riesgo de nuevas variantes es real.
La OMS ha llamado a los gobiernos a colocar la salud en el lugar que le corresponde, para que sea el centro de la agenda de desarrollo sostenible. En nuestro país, desde hace tiempo que en diversos sondeos el tema de la salud es mal evaluado por la ciudadanía.
En 2020, el Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello dio a conocer la encuesta nacional, en la cual los usuarios en general le dieron una nota de 3,7 a su sistema. El estudio que se realizó en Concepción, Valparaíso y Santiago, registró la peor valoración de los últimos años, lo que posiblemente estuvo influido por la congestión de los servicios en el periodo de pandemia.
No obstante, en la Región del Biobío la evaluación llegó a 4,0, en una escala de notas hasta 7, que representaría la máxima satisfacción usuaria.
Estas cifras son preocupantes si se considera que los gobiernos han aumentado los presupuestos de salud pública y algo similar ha realizado el sector privado. Sin embargo, ha habido un descontento de los usuarios respecto de ambos sistemas.
En ese estudio, el67%de los afiliados a Fonasa dijo sentirse desprotegido, mientras el 28% de los usuarios de las Isapres también tenían esa percepción. Algunos de los aspectos peor evaluados fueron el tiempo de espera para recibir una atención médica, el tiempo que le dio el médico en la atención y el monto que tuvo que pagar.
Hay una crítica casi generalizada en cuanto a que los sistemas de salud son demorosos o poco oportunos en el acceso a las prestaciones, las urgencias y las hospitalizaciones. Hay que abordar el tema de salud en forma integral, para atender las necesidades de las personas y contribuir a mejorar su entorno.
Hay una crítica casi generalizada en cuanto a que los sistemas de salud son demorosos o poco oportunos en el acceso a las prestaciones, las urgencias y las hospitalizaciones.