Los nuevos desafíos de Mejor Niñez
Cuando casi se cumplen dos años desde la creación del Servicio Nacional de Protección Especializada a la Niñez y Adolescencia, conocido como Mejor Niñez, en octubre de 2021 a cargo de algunas de las funciones que tenía el antiguo Servicio Nacional de Menores (Sename) en el sistema de cuidado de menores vulnerados en sus derechos, su puesta en marcha y funcionamiento no ha estado exenta de complicaciones.
Así lo reconocen sus directivos, los funcionarios y también la ciudadanía, a la luz de hechos como los ocurridos con el cierre de la residencia Carlos Macera en Talcahuano en junio del año pasado, luego que se revelaran antecedentes de posibles abusos e incluso disparos en su interior, o el incendio ocurrido en otra residencia ubicada en el centro de Concepción en marzo pasado.
Lo anterior se suma que las características de las nuevas residencias familiares, tal como lo menciona su nombre, está lejos de los antiguos centros de internación y buscan tener un formato de una vivienda con dinámica familiar, con un número menor de residentes, de puertas abiertas y con horarios. Sin embargo, la estigmatización que existe de los niños, niñas y adolescentes que están bajo este sistema, ha hecho que la comunidad aledaña rechace que se instalen este tipo de viviendas. La última, tuvo relación con la posible instalación de una residencia en el sector de Nonguén.
Por eso la implementación de este servicio se reconoce que ha sido compleja también desde su instalación a nivel local, y a nivel directivo: la primera directora nombrada por Alta Dirección Pública (ADP) en febrero del año pasado, Claudia Hurtado, solo duró dos meses en su cargo, y la conducción regional ha estado en manos de subrogantes en 20 de los 22 meses de funcionamiento en la zona.
Por ello, resulta positivo desde el punto de vista local las novedades que se han conocido en las últimas semanas. La primera de ellas, relacionada con la apertura de cinco nuevas residencias, que se sumarán a las 27 que tiene hoy la Región y que cuentan con 443 plazas disponibles, las cuales aumentarían a 528 en un plazo estimado de tres meses si se cumplen los procesos licitatorios de buena forma.
El director (s) Diego Yáñez explicó que la ampliación de cobertura "se traduce en una mayor disponibilidad hacia los tribunales, a las necesidades de niños, niñas y adolescentes para poder recibirlos y darles ese cuidado alternativo". Decisión que no es casualidad, producto de que al momento en que los Juzgados de Familia decretan la medida de cuidado alternativo para un menor de edad, el servicio solo tiene dos horas para indicar la disponibilidad. Además, la licitación para cinco nuevas residencias contempla un aumento en los montos de subvenciones y bases propias del servicio, no las creadas anteriormente por el Sename.
A esta medida se suma también que durante esta semana se confirmó que mañana asumirá de forma oficial el cargo Andrea Saldaña, actual seremi del Deporte, luego de completar el proceso de concurso a través de la ADP. La exdirectora de la Junji tendrá la misión de darle un nuevo enfoque a la conducción y presencia a nivel regional, considerando la ausencia de un directivo titular por casi la totalidad de tiempo en que se ha implementado el servicio. Además, Saldaña tendrá la impronta que busca dar el Ejecutivo a nivel central a la labor del cuidado de menores vulnerados. Será clave que su labor interactúe con los distintos actores involucrados y logre generar las confianzas necesarias en una nueva institucionalidad que pareciera seguir en marcha.
Institucionalidad que debe también conversar con otras instancias como el trabajo que realiza el Observatorio de la Niñez, que actualmente avanza en la etapa de entrevistas para generar data a nivel regional, fundamentalmente respecto a las brechas a nivel territorial que viven niños, niñas y adolescentes. Todos elementos para lograr en el próximo tiempo posicionar aún más la labor que realiza Mejor Niñez y dejar atrás los inconvenientes de una compleja puesta en marcha.
Cuando se anunció, parte de las mejoras que traía esta nueva institucionalidad consideraba un sistema integrado, para perder el rastro de un niño que ingrese al servicio y no se sepa qué está pasando con él. También se elevaron las exigencias para los entes colaboradores y el conocimiento de quienes tienen que tratar con niños, bajo el sistema anterior no se exigía un título ni especialización para tratar con niños, niñas y adolescentes vulnerados, lo que se traduce en que no tenían las herramientas de contención necesarias y eso desembocaba en una serie de conflictos y casos de abusos ya conocidos.
Es de esperar que el trabajo que se realiza de parte de este organismo pueda avanzar acorde a su objetivo central por el cual fue creado: el cuidado integral de los niños, niñas y adolescentes que han sido vulnerados en sus derechos.
Será clave que su labor interactúe con los distintos actores involucrados y logre generar las confianzas necesarias en una nueva institucionalidad que pareciera seguir en marcha.