Reforzarán el aprendizaje escolar mediante tutorías comunitarias y universitarias
En la Región son 2.000 los tutores inscritos y el apoyo iniciará este segundo semestre. El propósito es enfrentar el rezago lector de los alumnos mediante dos o tres sesiones a la semana, complementarias a la jornada escolar.
El diagnóstico de aprendizaje a nivel país evidenció una deficiencia en la capacidad lectora en niños y niñas de primer ciclo. Esto resulta perjudicial incluso para la comprensión de contenidos futuros, por lo que desde el Ministerio de Educación se está abordando esta problemática desde su base.
Para ello, durante el primer semestre de 2023 se realizó la segunda convocatoria para llevar a cabo el programa de tutorías comunitarias, y sumó a 2.000 voluntarios que desde el segundo semestre acompañarán por alrededor de tres meses a alumnos de primer ciclo: primero, segundo, tercero y cuarto básico, que no han aprendido a leer comprensivamente acorde a su edad y al año que cursan, según lo determina la evaluación docente.
El objetivo es que reciban las herramientas necesarias para mejorar sus habilidades de lectura y escritura, mediante dos o tres instancias por semana de entre 30 a 60 minutos, fuera de la jornada escolar. El acompañamiento es realizado por estudiantes de pedagogías y carreras afines, con el soporte de organismos de educación superior. Este año se incorporarán las tutorías comunitarias, apoyadas por fundaciones con experiencia en el campo.
Novedades del programa
La iniciativa nace en 2022 e inicialmente integró a 224 docentes y estudiantes en práctica de carreras de pedagogía en formación de tres universidades regionales. Ellos lideraron las tutorías en 121 establecimientos del Biobío, apoyando a 1.120 alumnos.
Fue a raíz de los buenos resultados obtenidos que este año el Mineduc amplió el programa, sumando las tutorías voluntarias. La convocatoria nacional fue de 20.000 personas, y en la Región del Biobío la meta rodeaba los 1.700, cifra que se superó, alcanzando las 2.000. Aunque no se exige disponer de experiencia en la materia, sí hay una serie de requisitos, como ser mayor de 18 años y no tener antecedentes penales o estar inhabilitado para trabajar junto a menores de edad.
"Por ejemplo, en las mismas universidades podrían ser psicólogos, trabajadores sociales, estudiantes de esas áreas u otras. En el fondo, lo más importante es que además supieran que es gratuito, que es un aporte que están haciendo", explicó la seremi de Educación, Elizabeth Chávez.
Las jornadas tendrán una duración de entre 30 a 60 minutos y se concretarán dos o tres días a la semana, con un máximo de 16 sesiones por alumno, en modalidad online. Cabe destacar que para acceder al beneficio debe existir una autorización previa de los padres. "La tarea es complementar la acción que hacen los docentes. Esto es clave, porque el profesor es el profesional que facilita los conocimientos de los estudiantes, desarrolla todo el proceso educativo, y estos tutores tienen que apoyar estas tareas", planteó.
Impacto en la educación
La propuesta parte desde el plan de reactivación impulsado por el Ministerio de Educación, que busca enfrentar los efectos que la emergencia sanitaria, que comenzó en 2020 y se extendió por dos años, dejó en el ámbito educativo. Según precisó la autoridad, existen investigaciones que vinculan el ausentismo escolar por la pandemia con este déficit de aprendizaje.
"El mismo diagnóstico y el Simce no están mostrando que los niños y niñas de segundo ciclo tienen un rezago lector importante que hay que atacar y poner atención rápidamente para poder superar esta situación", agregó.
El acompañamiento contará con el apoyo de fundaciones que ya cuentan con experiencia en tutorías, como Letra Libre y Conectado Aprendo. Además, los voluntarios realizarán una capacitación inicial de tres a cinco horas, y también dispondrán de apoyo metodológico y material educativo para trabajar con los niños, pues la idea es adaptar el programa según sus necesidades e intereses.
Frente a eso, la jefa regional de la cartera educativa enfatizó que "el niño se siente atendido por otro, y muchas veces las familias no tienen tiempo ni las condiciones para poder apoyar a sus hijos en esta tarea, porque para aprender necesitamos un estímulo. Por ejemplo, que alguien los escuche, que les pregunte respecto al cuento que están leyendo, que los motive a seguir aprendiendo".