Motivan creación de piezas de artesanías con la fibra natural pita
Un equipo de artesanos y profesionales ligados al ámbito cultural trabaja desde 2019 por reactivar y difundir este arte.
Los avances de la tecnología e, incluso, la importación de diversos materiales ha llevado a que oficios artesanales vayan quedando progresivamente en el olvido.
Es así que el Fondart "Experiencias de cestería, desarrollo de formadoras y traspaso de técnicas de tejido", impulsado por la artesana Natalia Vásquez, es una iniciativa cultural por medio de la cual junto a artesanos, artesanas, aprendices y organizaciones se busca dar continuidad a la reactivación del oficio de la cestería en pita.
La iniciativa desarrolló una serie de taller presenciales en Coelemu, Chillán y San Ignacio, donde se enseñó la confección de objetos utilitarios y decorativos como, canastos, posavasos, carpetas, pajaritos, flores y nidos, tejidos solo con hilos de pita.
"Postulamos a esta línea para financiar actividades de transferencia de conocimientos entre artesanos en Pita y comunidades, puesto que, desde nuestra perspectiva esto aporta en los ámbitos de la cestería artesanal, la transmisión de la cultura tradicional, y, al desarrollo de la economía creativa", explicó la también integrante de la agrupación Manos del Bío-Bío.
Por el rescate
Para la también orfebre, la fortaleza de la experiencia radica en el trabajo enfocado en facilitar actividades, para "la transmisión de los saberes tradicionales en relación al tejido con pita, por artesanos y artesanas que lo practican como parte de su actividad creativa y cultural".
Como equipo de trabajo, indicó, crecen. "De esta manera, es posible avanzar en la formación de nuevos mediadores del oficio, lo que incidirá en la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial de este territorio", comentó sobre la importancia de vincular a los artesanos con las comunidades.
Este trabajo se sostiene en las exploraciones y trabajos anteriores desarrollados en torno al oficio de cestería con pita, visibilizando y recopilando la historia, técnicas de tejido y artesanías en lugares de Ñuble y Biobío como San Ignacio, Coelemu, Cobquecura, Quinchamalí y Tomé.
A partir de allí, se ha logrado generar acciones de revalorización del uso de esta fibra natural, más allá del uso práctico que ha ocupado en el mundo rural y, por otra parte, formar mediadores locales para que pueda seguir traspasando el oficio en su comunidad.
Oriana Reyes, profesora de filosofía y activista ambiental de San Ignacio, participa desde 2020 en los talleres virtuales de traspaso de las técnicas de tejido, en donde se aproximó a este saber, conociendo y practicando la técnica de la aduja. "Sólo conocía la pita por el uso que se le daba en el campo, para amarrar sacos y ese tipo de cosas, y me interesó mucho el tema de la fibra natural porque estoy enamorada de las pilguas", aseguró.
Aunque esta técnica fue difícil de lograr por Oriana, producto de la presión que realizan las manos al tejer, relata que comenzó a buscar una forma para evitar el esfuerzo de las manos. "Así nació una nueva técnica, identificada por Natalia, y que se llama 'Nido de pajarito', porque imita la forma en que los pájaros juntan sus fibras para poder hacer los nidos".
Es precisamente esta técnica, la que ella misma enseñó en los talleres presenciales realizados en su comuna.
A la ejecución de la iniciativa, desde julio a septiembre le seguirán los talleres remotos, en los que la comunidad puede participar escribiendo un mensaje a las redes sociales del proyecto, Artesanía en Pita Phormium tenax.
En esta línea se considera la realización de cuatro curso para distintos niveles de elaboración de objetos, separados por nivel de dificultad y técnicas.
Se sumará un taller dirigido a formadoras/es del oficio, es decir, personas que ya enseñan y se desempeñan en escuelas o como monitoras/es de talleres laborales y en centros culturales.