Estamos contentos de haber acompañado en La Moneda a los integrantes de la comisión que, tal como dice su nombre, buscará paz y entendimiento para que desde el diálogo y la escucha activa propongan mecanismos concretos y diversos de reparación, que miren más allá de la demanda de tierras y avancen en una solución de mediano y largo plazo en materia de reconocimiento y reparación para las comunidades mapuches. Esto debiese ser plasmado de un modo que concite acuerdo entre los diversos sectores de la sociedad para que no se convierta en un foco de conflictividad.

Esperamos que esta comisión avance en una solución definitiva y que permita, en un período de tiempo acotado donde pueda determinar y acotar la demanda, alcanzar una solución de Estado a través de una vía institucional, amplia y transversal. Como gremio estamos disponibles y comprometidos con el trabajo de las y los comisionados en la búsqueda de soluciones de alcances reales y que nos marquen un futuro de bienestar social para todos los habitantes del sur de Chile.

Tengo una apreciación bien positiva de esta comisión, sobre todo porque hay participantes de nuestra Región del Biobío. Me parece muy favorable que esté participando la encargada de la Unidad de Pueblos Originarios del Gobierno Regional, Gloria Callupe, ya que la conozco y sé que es una persona con mucha capacidad y muy pertinente para abordar esta comisión, y también para entregar la visión de la Región del Biobío en el conflicto, lo que es muy relevante.

Creo que el tema del catastro de tierras es, sin duda, un paso muy importante. En el viaje a Nueva Zelanda realizado a mediados de mayo vimos que el tema de la tierra es un asunto que tiene que abordarse. Hay muchas otras cosas que se pueden hacer también, pero ese es uno de los temas más controversiales, y se debe abordar de una manera dialógica, es decir, pasar del conflicto y de la oposición a buscar una manera discutida, acordada, coordinada o negociada en que se llegue a una solución. Eso es algo que hay que abordar y me parece bien que se esté tomando ese punto.

La comisión debe ser recibida con la esperanza de que se llegará a varios consensos que, a veces, han quedado trabados. Esta vez no es menor que haya varios comisionados de ascendencia mapuche en dicho organismo, lo cual puede abrir más puertas al diálogo y un camino hacia la paz social que todos esperamos, en especial en la antigua frontera. Eso no quita que sea un tema complejo, pues involucra no sólo un trasfondo económico, sino que también tiene antiguos antecedentes de índole histórico, cultural y social desde ambas partes.

Pienso que el tema central es el de la posesión de la tierra. Se debiera llegar a consensos por medio de los cuales a un grupo no menor de comunidades les sean entregadas tierras, sean de sus ancestros o no (pueden ser fiscales), mientras que en otros casos se deberán desocupar tierras que hoy están en manos de comunidades mapuches. Esto implica acuerdos políticos concretos, pero también negociaciones de carácter económico. Lo importante es que se logre llegar a una paz duradera que garantice una convivencia.

En Arauco estamos comprometidos con la comisión por la Paz y el Entendimiento y, en ese sentido, nos alegran los anuncios realizados por el presidente Gabriel Boric para construir una relación con el pueblo mapuche basado en el conocimiento, respeto y la valoración de su cultura. Esta es una tarea de todo el país, el sector público, privado y sociedad. Desde Arauco hace años asumimos el desafío de enriquecer nuestra mirada hacia el pueblo mapuche mediante el conocimiento mutuo y el diálogo permanente. Esto nos ha permitido un importante trabajo conjunto.

Una vez más nos ponemos a disposición, porque queremos aportar al buen desarrollo de esta comisión, ser parte de las soluciones que se requieren y cooperar con todo el conocimiento y la experiencia que por años hemos obtenido. Estamos convencidos de que Chile requiere renovar su mirada respecto al tema indígena para avanzar con inteligencia y perspectiva de futuro.

Esta es una sorpresa para el mundo indígena y el pueblo mapuche, ya que no hubo mucha información y participación en el tema de la creación de esta comisión. Todo se hizo en Santiago y no en los territorios que realmente representan el sentir de las comunidades. Además, hubo un premio de consuelo a Adolfo Millabur. Boric le entregó un subsidio para que pueda sobrevivir dos años más, porque quedó comprobado que en Tirúa hubo un 70% de la población mapuche que votó rechazo. Respecto a Gloria Callupe, hemos tenido una reunión con ella, pero nunca más nos hemos juntado. Sólo sabemos que es alguien que trabaja en el Gobierno Regional.

No tenemos ninguna expectativa, porque partimos promoviendo el diálogo hace más de cuatro años. Partimos diciendo que la violencia que se estaba instalando en nuestro territorio no iba a llegar a buen fin. La única sorpresa que pudiera ocurrir es que el Presidente traiga un par de sacos de plata para comprar los terrenos que están en disputa, pero creo que eso no será así. Lo más concreto es que se hará un documento más, como los cientos de documentos que existen.

Recibimos este espacio con harta esperanza, pero sobre todo esperamos que resulte. Hay una muy buena intención del gobierno de querer hacerse cargo de una situación que durante décadas o siglos el Estado no ha logrado resolver. Esperamos que esto siga siendo parte del plan integral que ha intentado impulsar el Ejecutivo, con más presencia en el territorio, mayor inversión y eficiencia en la persecución de los delitos. Hay que avanzar en el todo, pero también tiene que haber voluntad de todos para que esto resulte.

Estos son dos años de trabajo. Conociendo el territorio y sus problemas, pienso que el Estado va a tener que disponer de mucha reparación, porque son años de abandono y necesidades, y lo más probable es que sea a través de compra de tierras, de un Estado más eficiente, de políticas públicas más directas y mayor inversión. Creo también que está el ánimo para hacerlo y espero que esto resulte bien, y lo que me da mayor esperanza es que veo que la animosidad de las instituciones, de las comunidades y el país no busca conflicto ni una confrontación, sino que poder dialogar y reencontrarse para que vuelva la paz.

Recibimos con alta expectativa la constitución de la comisión para la Paz y el Entendimiento. Es un desafío bastante grande poder cuantificar y establecer mecanismos de resolución para el conflicto de tierras que enfrenta al Estado con el pueblo mapuche, en particular, y es también una definición de mediano y largo plazo. Nosotros esperamos que en estas definiciones exista un involucramiento importante de parte de las comunidades, en términos de plantear sus demandas en materia de tierras.

Además, creemos que esto va a ser virtuoso y entendemos que así será en la medida de que el acuerdo que se logre establecer sea un acuerdo legitimado por todas las partes, y cuando hablamos de todas las partes nos referimos a partes que son del tipo empresarial, social y político, que deberían permitir que esto se convierta en acciones concretas de resolución a mediano y largo plazo. Como plan vamos a poner a disposición nuestros recursos logísticos y humanos, pero además la gestión que hemos desarrollado en la Región para ser un vehículo y ponerlo a disposición de los comisionados.

No veo para nada bien esta comisión. Siento que es lo mismo que se ha estado haciendo, pero con diferentes actores que no tienen mucha relevancia en nuestro pueblo. Es una pena decirlo, pero siento que el Presidente se vuelve a equivocar, convocando a personas que no son representativas. El señor Huenchumilla no está bien visto, y Adolfo Millabur no sé qué trabajo tan grande tiene con las comunidades. Si bien él fue alcalde de Tirúa, eso no habla de que tenga una labor con las comunidades.

La devolución de tierras es un gran tema de muchos años y el asunto en que se están centrado es, precisamente, ese. Las formas que van a usar para hacer esta devolución de tierra nadie las sabe. ¿Cómo lo van a hacer? ¿Se van a guiar por los títulos de merced antiguos? ¿O van a empezar desde cero? Si van a empezar desde la nada, con todo lo que significa la recuperación territorial, estamos mal, porque las recuperaciones hoy no son lo que fueron. Creo que hay que bajar a las comunidades y conversar con la gente que no se acostumbra a conversar.