Sector agrícola rescata que temporada de riego está asegura tras lluvias
Representantes, además, dicen que es bueno para cultivos del secano y que permitirán enfrentar 2023-2024 "sin mayores sobresaltos".
A diferencia de los últimos años, las lluvias han estado más presentes esta temporada en la Región del Biobío. Esta "vuelta a la normalidad" se potencia con la llegada del denominado fenómeno de "El Niño" -que según algunos expertos se dejaría sentir hasta agosto-, el cual traerá sistemas frontales más intensos. El efecto del agua caída se observa, por ejemplo, en el volumen actual de los principales reservas de agua de la zona, algo que es destacado por el gremio agrícola local.
"Tenemos asegurada la temporada de riego, sin mayores sobresaltos, hasta la temporada 2023-2024. Eso es lo más fantástico de estas lluvias, porque estamos recuperando los caudales y los niveles de los embalses y lagos. También ha caído harta nieve, lo que es mucho mejor, así que se ha dado una condición bastante normal respecto a lo que era el clima de los últimos 10 años", precisa José Miguel Stegmeier, presidente de Socabio.
Cultivos del secano
El dirigente gremial dice que si esta situación se mantiene, sobre todo las lluvias tardías de primavera, se ayudará mucho al rendimiento de los cultivos del secano, como trigos, centenos, avenas o raps. Eso sí, aclara que para alcanzar ese objetivo las lluvias de invierno y primavera "deben ser adecuadas", de tal forma de optimizar la producción y la calidad de los productos. Factores como las posibles heladas o vientos fuertes de los próximos meses, advierte Stegmeier, podrían jugar en contra, situación que mantiene alertas a los productores, quienes de todas formas esperan un buen nivel de producción dado el actual contexto.
El productor agrícola Germán Hermosilla también ve un impacto positivo, aunque cree que es vital ver cómo se distribuirán las precipitaciones. "Pueden haber muchas precipitaciones hacia julio o agosto, pero quizá en primavera o en verano sean muy pocas (...) Lo importante es que se transformen en nieve en la cordillera para que puedan ayudar a los embalses naturales como artificiales", comenta.
Datos de la Dirección General de Aguas indican que al 19 de junio los embalses Pangue, Ralco y Lago Laja mantenía un 90%, 49% y 16% de ocupación, respectivamente. Este último es el único de los tres destinado a actividades de riego.
Posibles afectaciones
La seremi (s) de Agricultura y directora regional de Indap, Fabiola Lara, explica que los agricultores presentes en la Región del Biobío establecen sus cultivos de acuerdo a qué tan adaptados se encuentran a las condiciones climáticas (horas de frío), "de ahí que las siembras de invierno del grupo de hortalizas son de hojas, por ejemplo, cilantro, acelga y lechuga, las que en suelos permeables y bien preparados en general se mantienen en buenas condiciones ante las lluvias".
El problema, según cuenta, aparece cuando se experimenta un exceso de precipitaciones, igual o mayor a 50 milímetros por día, lo que podría generar problemas de anegamiento de suelos, especialmente los que tienen cierta pendiente o aquellos que se sembraron en condiciones de preparación de suelos no muy nivelada.
"Otro aspecto que preocupa son las probables bajas temperaturas después de la lluvia, donde puede ocurrir lo que se denomina 'descalce' a plantas que no tengan aún un buen desarrollo radicular", plantea la autoridad.
Afortunadamente, añade que a la fecha el sector agrícola no ha registrado afectaciones graves por heladas. "En cuanto a praderas y cereales, las que se establecen en otoño, ya se encuentran más adaptadas en junio a las condiciones de lluvias y bajas temperaturas", cierra Lara.