Acciones individuales para cuidar el medio ambiente
Las escenas de los microbasurales en algunos barrios o a la salida de las distintas comunas se repiten en varios puntos de la zona, de manera que esos lugares comienzan a transformarse en improvisados botaderos de desechos.
El aumento de la población se traduce también en incremento de la basura en las calles, cuando no se acompaña del cuidado del ambiente. Pero no tendría que ser así, si cada uno cumple con las medidas de cuidado del ambiente mínimas.
Los habitantes de distintos puntos del Gran Concepción, a través del correo lectores@diarioelsur.cl, denuncian estos basurales, enviando cartas o fotografías que muestran cómo a pesar de que se instalan letreros prohibiendo dejar desechos o escombros, algunos vecinos burlan la normativa.
Los municipios llaman a los habitantes a cuidar el entorno en que viven ya no generar microbasurales en sus barrios. Pese a los constantes operativos de limpieza que se realizan, no se logra erradicarlos. Algunas comunas tienen convenios con empresas recicladora de neumáticos, de vidrios y plásticos, pero muchas personas dejan escombros y desechos en la vía pública o sitios eriazos, incluso algunos peligrosos, porque no tienen conciencia de que todas las acciones suman para preservar el ambiente y vivir en un entorno más agradable.
Los sitios web de varias municipalidades incluyen información relevante para que cuando vecinos tengan estos escombros y residuos peligrosos utilicen esos canales oficiales, de manera que todos contribuyan a tener una ciudad más limpia. Asimismo, las autoridades difunden con frecuencia sus planes destinados a eliminar desperdicios y escombros, mediante recolecciones programadas, para evitar que éstos sean dejados en microbasurales que nacen en sitios abandonados o a orillas de las carreteras. Aun así, es posible apreciar restos de muebles, colchones, televisores, desechos de demoliciones y otras especies que los camiones recolectores del servicio domiciliario no reciben.
Cuidar el medioambiente es de la mayor importancia, si consideramos cómo las sociedades han deteriorado el entorno, sin considerar que nuestra existencia forma parte de un todo mucho más complejo. Nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de magnitud, causados por el hombre. El calentamiento global que hemos generado es la mejor prueba de ello y los daños son evidentes, como ha denunciado un informe de la ONU: aguas y territorios contaminados, grandes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen a nuestro hábitat con cambios de insospechadas consecuencias.
La Región del Biobío no escapa a ello, cuando se analizan la contaminación del mar, de los ríos, recursos acuáticos que se secan y emisiones a la atmósfera causadas por las industrias, los vehículos o el uso de estufas a leña en invierno, especialmente cuando se trata de aquella que no está certificada. Es clave tomar conciencia del problema en el que estamos involucrados y asumir compromisos individuales y colectivos respecto de la disposición final de la basura.El tema exige acciones concretas para comenzar a remediar el daño y transformaciones ocasionados, porque las futuras generaciones lo requieren.
La percepción general es que hoy la conciencia ecológica crece en la comunidad.Así también se desprende de las organizaciones sociales que se forman y ponen de relieve estas discusiones. Sin embargo, más allá de los grandes temas medio ambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no menos importantes, de las comunidades, en las que no se mide la envergadura de las acciones y que tiene impacto. Es frecuente que muchas personas asignen a los demás la responsabilidad de mantener limpio el ambiente y sus ciudades, pero no se entiende que es una tarea que parte por cada uno.
Algunas comunas tienen convenios con empresas recicladora de neumáticos, de vidrios y plásticos, pero muchas personas dejan escombros y desechos en la vía pública o sitios eriazos.