Tulio Mendoza apunta a la seducción poética con "Las bayas del Enebro"
El docente de filosofía de la Universidad Católica de Santísima Concepción, Patricio Shwaner, realizará la presentación del contenido del texto.
Si algo tiene Tulio Mendoza es esa capacidad de publicar bastante y con regularidad, ya sea desde la poesía, el ensayo, crónica o narrativa. Siempre está pensando en un nuevo proyecto literario, muy a la manera del director de cine alemán, Rainer Werner Fassbinder, dueño de una acelerada productividad en el cine o televisión.
Intensos creativos, como hay muchos en las expresiones artísticas, Mendoza cuenta que desde ya tiene cuatro libros de poesía inéditos, incluyendo uno de prosa poética. Listos para lanzarse.
Pero antes viene "Las bayas del Enebro", nueva entrega de poesía, que obtuvo la beca de creación literaria del Fondo Nacional del Libro y la Lectura, concitando el apoyo del mismo Fondo para su edición. Es ésta la que será presentada hoy, a las 18 horas, en la Casa Pencopolitana (San Martín 1201), en jornada abierta a todo púbico.
Este texto aparece tres años después de "Monedas/Miradas", lo que para el autor no necesariamente es una vuelta a la escritura, en consideración a que el mismo 2020 publicó los cuentos "En un abrir y cerrar de ojos".
Sus textos tienen como cuestiones generales temas principales de la propia de la literatura universal: el amor, la muerte, el erotismo, la soledad, el paso del tiempo, la belleza, la juventud, la tristeza de la pérdida y la vejez, entre otros.
"El clásico tópico del 'carpe diem' o 'la consagración del instante', como lo llama Octavio Paz, y la complicidad con el lector, como nos enseña Julio Cortázar, desempeñan un papel primordial en la visión de mundo que se desprende de la mayoría de los textos", señala el escritor originario de Rancagua (1957) y con residencia en Concepción desde 1976.
Sobre el título del poemario, anota que es muy connotativo y sugerente y que, por el carácter de la obra misma, podría relacionarse con algo clásico.
"Dice relación con la poesía misma en un claro sentido lírico metapoético: las bayas son como las semillas, el fruto carnoso, la pulpa, es decir, los poemas, y el enebro, un arbusto (planta leñosa, sin tronco preponderante, porque se ramifica a partir de la base), de tres a cuatro metros de altura, de madera rojiza, fuerte y olorosa: la poesía", ilustra Mendoza.
Estar en la poesía
Apelando a esa productividad señala, cuenta que estos poemas datan de 2020, y para darle cuerpo a la obra misma obtuvo la Beca de Creación Literaria del Fondo del Libro y la Lectura/Creación/Poesía.
"Me pone muy contento lanzarlo en la Casa Pencopolitana, un nuevo espacio para la cultura en Concepción, con personas siempre dispuestas a apoyar las manifestaciones artísticas", saluda el autor, quien con esta presentación inicia una serie de otras a nivel regional y nacional.
- ¿Para esta obra en particular cuáles fueron las inspiraciones?
- En lo que dice relación con la escritura poética propiamente tal, responde a una línea esteticista y culturalista, pero cruzada a veces por un coloquialismo narrativo de carácter visual muy emparentado con el cine y con la poesía española contemporánea, especialmente con Luis Antonio de Villena, Ana Rossetti, Isla Correyero y Juan Carlos Mestre, pero sin olvidar a los grandes como Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma.
Siempre, acota, con ese toque propio que celebra la belleza, del cuerpo, del erotismo y de la seducción (en la línea de Gonzalo Rojas).
"Una pulsión de vida, la conciencia humana del deseo y que los poemas expresan, cada uno a su modo, a través del libro: el poema y el cuerpo como instrumentos, la lengua (la palabra) como música, como melodía cómplice y seductora", indica, apuntando a un "sonido con sentido, al decir de Paul Valéry", explica.
- Llama la atención aquella implicancia musical que refieres.
- La música es lo dicho que se palpa con todos los sentidos (erótica verbal), la música es transformación y caricia, rito y celebración. "La maravilla de la música es ser únicamente movimiento", como dice un poema de Louis Aragon, es decir, vida, cambio.
- Has publicado cuentos, ensayos, pero ¿qué es para ti la poesía?
- Como dice Octavio Paz, es el "testimonio de los sentidos", es también "un decir que es un hacer que es un decir". Cuando digo, estoy haciendo algo con la palabra (en el caso de la lengua) y al hacer, digo de otro modo, desde otra voz hecha con las palabras de todos los días, pero al mismo tiempo misterio, inefabilidad, sugerencia y siempre algo más.
- ¿Eres poeta primordialmente, te sientes ahí?
- Me gusta el adverbio de tu pregunta: ahí. La poesía, entonces, como un lugar. Recordemos que Heidegger afirmó que la lengua es la "morada del ser" y Jacques Derrida que no podemos salir de la lengua. Desde estos puntos de vista, la lengua, que es el instrumento primordial del poeta, es para mí el gran poema, la "poyesis" griega (creación, el hacer). Me siento poeta, porque vivo en poesía y porque también como Rimbaud, hubo un momento en que uno se preguntó lo que eso significa, un canto de acción, la poesía activa de Gonzalo Rojas.
- ¿Qué viene en proyectos, en qué estás trabajando ahora?
- Los proyectos son muchos, yo no dejo de escribir, tengo varios libros inéditos en diversos géneros: poesía, cuento, novela, drama y ensayo literario (la segunda parte de mi libro "Lugares ejemplares"); "Lo que tengo que decir": un libro que reunirá las principales entrevistas literarias que me han hecho.
- ¿Cuándo pretendes volver a publicar?
- En cualquier momento. Tengo varias obras inéditas participando en concursos literarios.