Sellos editoriales de la zona proyectan mejorar el negocio pese a dificultades
Parte de los proyectos con presencia en la zona se han visto obligados a imprimir una menor cantidad de ejemplares.
Por Estefany Cisternas Bastías
El mercado editorial nacional enfrenta una difícil situación, la que se vio acrecentada con la pandemia. Durante el último año, según el informe de estadísticas publicado a través de la Cámara Chilena del Libro, la producción anual de libros publicados pasó de 8.531 en 2021 a 8.288 en 2022.
El mismo informe señaló que al menos el 61% de los libros corresponden al tiraje mínimo, desde un ejemplar hasta 500 como máximo. Además, más del 78% de lo publicado en el 2022 se originó en la Región Metropolitana.
El fundador de Ignición Editorial, Guillermo Pereira, precisó que la pandemia los afectó debido al "cierre de imprentas, tiempos de producción más lentos y, lo peor, la imposibilidad de lanzar libros en eventos presenciales, que es donde una editorial como la nuestra más vende".
Las editoriales universitarias también se han enfrentado a problemas económicos ante el escenario actual. Ese es el caso de Ediciones UCSC, donde su director, Gonzalo Bordagaray, reconoció que el gasto de impresión ha subido en promedio un 40%, lo que ha afectado el presupuesto y los obligó a decidir si imprimir o no una obra, y esperar a que tener recursos para llevarlo en papel.
Elementos desfavorecedores
Paulina Cofré es cofundadora de Vísceras Editorial, proyecto local independiente que pronto cumplirá cinco años de trayectoria. Dice que previo a la pandemia ya veían un alza en los valores del papel, el que finalmente incrementó en un 60%. "En el caso de nosotras, nos ha hecho actuar con mayor cautela, imprimiendo menor tiraje de ejemplares. Bajamos de 500 ejemplares a 200", contó Cofré, agregando que la mayor complicación para prosperar en el mundo editorial es el desconocimiento que hay de los distintos eslabones de la cadena del libro y de cómo operan y que el desafío es lograr una comunicación fluida entre gestores y una mayor asociatividad.
Igualmente, el editor de Al Aire Libros, Darwin Rodríguez, registró otros elementos que dificultan la proliferación de este mercado, como "los valores de los insumos de impresión, especialmente de la impresión digital para bajos tirajes, el IVA y la falta de compromiso de las cadenas de librerías por las producciones regionales". Todo esto finalmente acabó encareciendo el precio final de un libro.
Ediciones UCSC lleva más de 20 años difundiendo el conocimiento en libros, y a pesar de su experiencia admitieron que hace falta más financiamiento.
"Estamos en una situación desmejorada en comparación con las grandes editoriales. Creemos que falta más apoyo para fortalecer las editoriales regionales, porque ellas conocen más la realidad de sus propios territorios", expuso Bordagaray.
Expectativas
A pesar de las dificultades, las editoriales esperan mantener o aumentar el número de publicaciones actuales en sus catálogos, e incluso potenciar las ventas con el comercio online de libros, como es el caso de Ignición.
De igual manera, el director de Ediciones UCSC proyectó que "en la medida que las editoriales locales respondan a lo que el público busca, puede surgir y fortalecerse el interés. Nuestra experiencia es positiva, como editorial universitaria nos hemos atrevido a dar espacio pensando en el público general y el interés lo hemos visto reflejado en las ferias".
Hoy en día las pequeñas editoriales se mantienen a través de la postulación a fondos culturales del gobierno, específicamente a convocatorias del Fondo del libro y la lectura, aunque no todas logran adjudicarse la ayuda. El Gobierno Regional también genera instancias de apoyo a proyectos culturales.