El poeta que busca conectarse con la naturaleza
El autor publicó su primera obra cuando la pandemia cubría los días, por lo que giró su mirada a la naturaleza y la sabiduría que se esconde en los pequeños detalles.
Por Catalina Titerman Queirolo
Un texto que apunta a una perspectiva poética de las cosas pequeñas y humildes, las que a veces tienden a pasar inadvertidas en la vida cotidiana; son aspectos motivantes para Stephan Püschel, poeta de la nueva generación, quien en 2021 publicó su primer libro "Cachivaches".
El autor de 36 años cuenta que, a través de su obra, trata de reivindicar el valor de lo que considera como "innotado", concepto que para él señala aquello que no es notado. "La palabra no existe, pero siento que es tremenda", dice el vate nacido en Santiago y que desde mediados de 2021 reside en Florida, junto a su pareja.
En esta localidad señala que ha encontrado el espacio perfecto para conectarse con la naturaleza, algo que siempre ha sido fundamental en su vida. "Vivo en una casa de madera, rodeada de monocultivos de pino y eucalipto, y diminutos parches de bosque de nativo que son como tesoros (…) La naturaleza (en Florida) es una presencia fuerte e increíblemente viva", destaca.
En su escritura, reitera, explora lo que permanece oculto a simple vista, desde "animitas abandonadas y malezas", hasta "charcos de agua, insectos y lagartijas". Todo puede ser una fuente de inspiración, explica, cuando se mira con una nueva perspectiva. "Hay que ser curiosos, mantener los ojos bien abiertos", asegura.
Arquitecto de profesión, este año comenzó a hacer clases de su área en la U. San Sebastián, donde imparte la asignatura de Taller de Diseño I, rol académico que cruza con su labor escritural.
Al vivir alejado de Concepción, admite no tener relación con el mundo literario penquista, pero igualmente trata de ir seguido a la Biblioteca Municipal, cuando viene a la ciudad, lugar donde le agrada e inspira estar.
Sobre sus pares poéticos actuales, dice que le gustan aquellos que "hablan sobre temas que han sido sepultados por décadas por el sistema político-social reinante: la naturaleza, mujeres, pueblos originarios, ruralidad, entre otros", indica, mencionando nombres como los de Victoria Ramírez y Mariana Camelio.
Inicios como escritor
Su interés por la práctica de las letras nació mientras cursaba su segundo año de arquitectura, en la Universidad de Chile, en 2006. Fue así que a los 19 años comenzó su viaje como escritor, gracias a diversos talleres de la misma casa de estudios, donde le pedían que plasmara el concepto de sus proyectos arquitectónicos en palabras. "Empecé a sentir como un llamado y dije a ver, hay que hacer algo con esto. Ahí me puse a trabajar estas ideas", cuenta.
Jorge Teillier, Mary Oliver y los poetas chinos de la dinastía Tang, son algunos de los referentes que tiene desde aquellos años y que, comenta, se ven reflejados en "Cachivaches".
Sin embargo, acota que su principal inspiración fue Fernando Rouliez Bascuñán, abuelo materno, abogado y traductor. "Tengo su imagen muy clara, era un poeta que nunca publicó. Tenía este rasgo interesante, que era como un bardo -poetas de la edad media que iban de pueblo en pueblo declamando historias, escribían todo con la cabeza- era impresionante", resume el nieto. "Lo siento como el espíritu de la poesía que, sin saberlo, se traspasó en mi", señaló con emoción en sus palabras, quien hacia el 2012 comenzó a escribir poesía ya con ciertos trazos futuros.
Son estos los que dieron forma a la temática central de su libro: la naturaleza, la infancia y la sabiduría guardada en la cotidianeidad. "Finalmente de esos inicios, habrán llegado tres o cuatro poemas más o menos a 'Cachivaches' y todo el resto se formó después de los últimos años", contó.
Los cachivaches
El libro, publicado por la editorial Osoliebre, representa el resultado de tres años de trabajo. "Es un libro muy nostálgico", apunta sobre "Cachivaches" obra que, poco a poco, fue tomando la forma de lo que es hoy con 54 poemas.
- ¿Por qué el título?
- Remueve ese acto antiguo, de los juguetes. Se relaciona con las cosas pequeñas, con las cosas insignificantes, sobre todo, con guardar cosas en una cajita. Era tu cajita, sagrada, y eran tonteritas.
"Pertenencias", habla de esas "tonteritas" olvidadas. Menciona objetos que pueden parecer sin valor, pero que son tesoros para uno mismo. "Por ejemplo, el envoltorio de un dulce que ya no existe, un broche que perteneció a un abuelo lejano o un juguete roto", comenta aludiendo al título de la obra.
Otro de los aspectos tratados es la idea de que actualmente se vive en un mundo con una estructura artificial. "Una que creamos y en la cual nos olvidamos de que somos parte de la naturaleza", expresa, indicando que ahí aparece un poema como "Maleza". "Se habla de las malezas que nacen de la nada y que aguantan todo, las quieren matar todo el tiempo", cuenta.
- ¿Cree que este libro podría colaborar a que la gente se reconectara con la naturaleza?
- No sé, y no tengo una respuesta para ello. Ésta es una pequeña obra, simplemente de un poeta desconocido, pero quizá les ayude a despertar un poco esa curiosidad o esa mirada.