BICE proyecta duplicar actividad en la Región en los próximos cinco años
El ejecutivo también abordó con EL SUR el nuevo proceso constitucional. Dice que el cuidado del mercado de capitales es un factor clave.
En su reciente visita a la zona, el gerente general de BICE, Alberto Schilling, participó de un encuentro desarrollado en Mitrinco. La actividad tuvo por finalidad acercar el banco a los clientes, que en total llegan a las 3 mil personas y unas mil 400 empresas en la Región del Biobío. A nivel nacional, estos mismos números alcanzan los 200 mil y 11 mil, respectivamente, lo que a juicio del ejecutivo representa "una presencia proporcionalmente más alta acá que en otras partes de Chile".
"Hay que estar cerca de los clientes, en terreno con las estructuras locales. Antes de la pandemia hacíamos con bastante método y rigor, al menos una vez al año, visitas a las sucursales, pero eso se descontinuó por la particularidad que vivimos y ahora estamos retomando. La idea es que una vez al año un grupo de directores y gerentes venga para ver a los clientes en sus proyectos, porque el detalle de sus actividades muchas veces refleja cosas que los números no dicen", plantea Schilling.
En virtud de estos dos elementos, el rol que tiene Biobío en el desarrollo del banco y la necesidad de estar "más cerca", el gerente general adelanta que uno de los desafíos que BICE tiene en la zona es duplicar su actividad dentro de un período de cinco años, entendiendo el ritmo de crecimiento que han mantenido en los últimos tiempos. Bajo este parámetro, por ejemplo, la idea es lograr una combinación de factores: mayor cantidad de clientes, créditos otorgados y ahorro captado, "pero ojalá nos acompañe el país, porque con puro voluntarismo no se puede. Un país razonable y que crece algo ayuda, aunque ahora último está un poco más difícil".
Confianzas y nueva constitución
Alberto Schilling es enfático al decir que para lograr esta meta es necesario que el país cuente con confianza y un orden institucional, lo que a la postre atrae capital para hacer proyectos, "un proceso en el que los bancos son facilitadores".
-¿Esa confianza está hoy, en virtud del panorama político, social y económico que atraviesa Chile?
-La confianza en cualquier país es cíclica y en función de muchos factores. Con el rechazo del proyecto de nueva Constitución volvió un sentido común, en el entendido de que Chile quiere cambios, pero bajo una Constitución que no sea refundar el país desde cero. Espero que el proceso actual nos lleve a poder dar vuelta esto, aunque no es sólo el tema constitucional, sino que también las discusiones en torno a proyectos de ley en materias tributarias, de salud, retiros previsionales o derechos mineros. Hay mucha discusión simultánea que asusta y da incertidumbre, y no hay que olvidarse de que el capital es cobarde y se moviliza cuando hay confianza.
-¿Qué temas cree que debe proteger una nueva Constitución?
-Puedo comentar sobre el sector financiero, y si tuviera que decir algo, sería que no corresponde dejarlo en la Constitución, porque son convicciones que deben estar cuidadas por leyes y reglamentos. La profundidad de un mercado de capitales local es súper relevante para que los bancos tengamos materia prima para prestar (...) Mirando sólo el estrecho mundo de servicios financieros, para mí el cuidado debe estar en el mercado de capitales, que a veces es una entelequia que la gente no entiende, porque cree que es una cosa fría, pero no es otra cosa que millones de decisiones voluntarias de personas para ahorrar en un sistema, es un sustrato básico para seguir funcionando.
-¿Y piensa que ese punto será respetado en el nuevo proceso constitucional?
-Creo que los bordes que se han definido en el proceso constitucional son más cuidadosos y permiten una convivencia más lógica. Ahora, el demonio está en el detalle, porque el mercado de capitales es una cosa de detalles y construcción específica. Ojalá las discusiones tengan una preocupación subyacente para que las decisiones no atenten contra el mercado de capitales.