El desafío de los nulos y blancos
El pasado domingo nuestro país acudió a las urnas para la elección de los integrantes del Consejo Constitucional, una de las instancias que es parte del actual proceso para la definición de una nueva propuesta de Carta Magna y que es la única con participación directa de los ciudadanos. En la Región del Biobío, donde debían ser electos tres de los cupos, resultaron vencedoras dos candidaturas de la lista del Partido Republicano, como son Patricia Spoerer y Aldo Sanhueza -este último presentó su renuncia al partido hace unos días- y la integrante de la lista oficialista Unidad para Chile, Paloma Zúñiga, militante del partido Revolución Democrática.
Según los datos del Servicio Electoral, a nivel regional fueron emitidos más de un millón 151 mil votos, lo que representa alrededor del 82% del padrón electoral, una cifra esperable considerando que en este proceso se incorporó el voto obligatorio, lo que llevó a que la participación fuera alta, aunque no tanto como para superar el 88% registrado en el plebiscito de salida del anterior proceso constitucional, realizado en septiembre del año pasado.
Las recientes votaciones tuvieron características muy distintivas respecto de otras realizadas en los últimos años. Lo primero es que hubo un claro ganador desde el punto de vista de los votos válidamente emitidos, ya que el Partido Republicano ganó en todas las comunas de la Región e, incluso, cinco de ellas son parte de las diez con mayor porcentaje de preferencias para esa colectividad. Se trata de Tirúa (65,3%), Contulmo (61,5%), Los Álamos (60,4%), Alto Biobío (56,9%) y Lebu (54,9%).
Otro de los resultados que generó sorpresa entre los partidos políticos fue la ausencia de pactos tradicionales entre los vencedores. Chile Seguro, conformado por la Unión Demócrata Independiente, Renovación Nacional y Evópoli -sin candidaturas a nivel regional- no consiguió ningún representante, pese a tener figuras consideradas fuertes en su lista, como el exintendente y exdiputado Jorge Ulloa, así como el exgobernador Robert Contreras. Similar destino corrió el pacto Todo por Chile, conformado en la zona por la Democracia Cristiana, el Partido por la Democracia y el Partido Radical, donde la balanza tampoco se inclinó a su favor.
Sin embargo y más allá de las estadísticas que directivas y representantes de partidos políticos seguirán analizando durante los meses siguientes, el resultado más relevante se centra en la proporción de sufragios nulos y blancos, que alcanzaron su máximo histórico a nivel regional, con un 18,31% y 4,46% respectivamente, superando de esta forma a los 20 aspirantes al Consejo Constitucional en todas las comunas.
Fueron 262 mil votantes que no optaron por ninguna de las candidaturas presentes en la papeleta o prefirieron anular voto al rayarlo o marcarlo sin una preferencia clara. En total fue el 22,74% de los sufragios emitidos en la Región del Biobío, una cifra que supera el promedio nacional, que se empina a un 21,53% total entre ambas alternativas. En tanto, las comunas donde se constató una mayor votación nula o blanca fueron Alto Biobío (36%), Lota (31%), Curanilahue (28%), Hualqui (27%), y Coronel (27%).
Es de absoluta obligatoriedad que se realice un análisis acabado de los factores que cambiaron entre septiembre de 2022 y este mes para que uno de cada cinco votantes decidiera no elegir a ningún postulante, a diferencia de las bajas cifras registradas en el plebiscito de salida en nulos y blancos. En ese proceso, de poco más de un millón 184 mil sufragios válidamente emitidos, sólo 17.565 fueron nulos, es decir, el 1,48%, en tanto otros 6.622 quedaron en blanco, apenas el 0,56%.
Algunas de las razones que los expertos han entregado para este fenómeno son variadas, porque sin duda todavía requerirán nuevas observaciones. Descontento con los actuales partidos, desinterés por la llamada "fatiga electoral" dada por una serie de procesos realizados en los últimos tres años o derechamente desconocimiento de los motivos de la votación y de las propias candidaturas asoman como algunas de las posibles explicaciones.
Lo concreto por ahora es que la ciudadanía enfrentará un nuevo proceso en diciembre, cuando se realice el plebiscito de salida de la propuesta constitucional, elecciones municipales en octubre del próximo año y luego, en 2025, nuevamente elecciones presidenciales, parlamentarias, de gobernadores regionales y consejeros regionales. La participación activa de los votantes, no sólo en acudir a las urnas, sino también en expresar una preferencia será parte de los desafíos que deben enfrentar, en especial, los partidos políticos y sus representantes, que requieren no olvidar que la representatividad y legitimidad de sus triunfos está, precisamente, en convocar y no sólo en el ejercicio de los cargos.
Es de absoluta obligatoriedad que se realice un análisis acabado de los factores que cambiaron entre septiembre de 2022 y este mes para que uno de cada cinco votantes decidiera no elegir a ningún postulante.