Inversiones en energías limpias
Desde hace bastante tiempo la comunidad ha puesto objeciones al desarrollo de las centrales termoeléctricas a carbón, por ser muy contaminante. Por ello, se realizó un programa para el cierre paulatino de esas termoeléctricas, y si bien las autoridades se han dado plazo hasta el año 2040 para el cierre de las plantas a carbón, se siguen buscando alternativas para avanzar rápido hacia una matriz más renovable, económica y amigable con las comunidades locales. Pese a ello, la crisis hídrica que se ha derivado de la prolongada sequía por más de una década, ha llevado a retrasar la salida de circulación de algunas plantas.
Se señala con frecuencia que las Energías Renovables No Convencionales (Ernc) son las del futuro y Chile no está ajeno a esta tendencia. Los gobiernos las han apoyado y estimulado en las últimas décadas, porque se ve en ellas la solución limpia al abastecimiento. Se prevé que las Ernc que más prosperarán en Chile serán la solar y la eólica, tecnologías que se generan en la medida que dispongan del recurso renovable: sol y viento. Asimismo, está la generación de hidrógeno verde, que podría ser exportable. También se requerirá de las plantas convencionales de respaldo, para llenar con rapidez los espacios cuando el recurso renovable esté ausente.
La generación a partir de las Ernc representa más del 35% de la producción total, mientras que en 2021 el indicador a esta fecha llegaba al 26%. La principal razón es la fuerte entrada de nuevos proyectos a funcionamiento, tanto solares como eólicos. La energía es vital para que la economía y el país crezcan. Cuando las empresas programan su desarrollo para los años siguientes, requieren de electricidad, de la misma manera que los hogares consumen más.
En Chile, los grandes consumidores son las compañías mineras. Por eso, el país debe proyectar su requerimiento energético para las décadas venideras. Bloomberg New Energy Finance publicó el reporte Climatescope 2020, con el ranking de países más atractivos para la inversión en energías limpias. En esa versión, consideró 108 naciones emergentes, además de 29 países desarrollados. En el estudio, Chile lideró el ránking, al ser calificado como el mejor país para invertir en energías renovables. Nuestra nación cuenta con una inversión en construcción y desarrollo de energías limpias por casi 30 mil millones de dólares, demostrando la robustez del sector energético y del marco regulatorio que lo acompaña.
Desde hace años se trabaja para que las Ernc alcancen una mayor participación en la matriz eléctrica nacional. El requerimiento de energía va en constante crecimiento y las distintas fuentes deberán hacerse cargo de entregar la electricidad que dejarán de producir las plantas termoeléctricas a carbón. Desde hace tiempo que la situación energética nacional ha estado complicada, por una prolongada sequía que durante más de una década ha afectado a gran parte del territorio nacional, y especialmente en la zona centro sur, donde se encuentran las plantas hidroeléctricas. No es un problema nuevo, porque la crisis hídrica se viene acumulando desde hace tiempo. También está la fuerte oposición que han recibido algunos proyectos importantes, cuyas inversiones han quedado detenidas.
El sector energético ha planeado sus estrategias y hojas de ruta, acelerando una transición hacia una matriz más eficiente, económica y limpia, capaz de sostener el desarrollo del país y, a la vez, reducir su impacto sobre su entorno y el clima. Si bien el cambio hacia la producción de energías más limpias es un camino sin retorno, en este proceso también hay que actuar con el mayor cuidado para proteger a los trabajadores de las plantas a carbón que deberán cerrar, con el fin de atenuar el problema social en sus familias.
La generación a partir de las Ernc representa más de un 35% de la producción total, mientras que en 2021 el llegaba al 26%. La principal razón es la entrada de nuevos proyectos.