Sin preferencias: votos nulos y blancos lideran comicios en todas las comunas de la Región
En al menos 19 comunas de la Región, la media de votos nulos y blancos superó el promedio del 22%. Analistas estiman que espacio puede ser una opción para nuevas fuerzas.
Patricia Spoerer y Aldo Sanhueza del Partido Republicano, y Paloma Zúñiga de Revolución Democrática, fueron los vencedores de la elección de consejeros constitucionales en el Biobío este domingo.
Comicios que tuvieron también a otro vencedor. Uno inesperado, que, si bien se anticipaba que podía ser protagonista, su dimensión y alcance aún es incalculable.
Se trata de los votos nulos y blancos, que alcanzaron su máximo histórico en comicios en la Región, superando a los 20 aspirantes en todas las comunas.
En concreto, fueron 262 mil votantes que no optaron por ninguna preferencia, o anularon el voto al rayarlo o marcarlo sin una preferencia clara. El 22,74% de los sufragios emitidos en el Biobío, cifra que supera la media nacional y también a otras seis regiones -entre ellas la de Valparaíso, Metropolitana y La Araucanía-, y que en promedio fue superada en 19 comunas de las Región. Las zonas en que mayor votación nula o blanca hubo fueron Alto Biobío (36%), Lota (31%), Curanilahue (28%), Hualqui (27%), y Coronel (27%).
La cifra regional representa un alza de un 1.100% respecto a la última elección con voto obligatorio -un 2,04% en el Plebiscito de salida de 2022- y la mayor del último ciclo electoral. Un invitado de piedra al que hay que ponerle cada vez mayor atención.
Múltiples factores
El director de Observa Biobío y académico de la Universidad San Sebastián (USS) Lucas Serrano reconoce que existe cierta dificultad a la hora de identificar las razones tras los votos blancos y nulos. "Ningún candidato sacó más votos que los nulos y blancos juntos en su circunscripción, y ocurrió lo mismo en todas las comunas. Es la primera elección de candidatos con voto obligatorio e inscripción automática, y si uno mira los resultados similares en otros países, hay tendencias similares", dice, para luego señalar que "esta elección no generó la misma convocatoria como ocurrió en el Plebiscito de salida. Es difícil hacer la lectura de los votos nulos o blancos, porque en algunos casos las personas votaron por toda una lista o uno de cada lista, o bien quienes quisieron demostrar su descontento. No estábamos acostumbrados a vivir con estas votaciones, que no son tan descabelladas en democracias similares a la nuestra, y se abre el apetito para fuerzas políticas que buscan crecer".
Lesley Briceño, analista política y académica de la Universidad del Desarrollo (UDD), apunta por su lado a que los números corresponderían a los de una fuerza política "sin necesariamente serlo", y que a nivel de lectura política "no es un dato tan preocupante por el desconocimiento de la ciudadanía y el desgaste que vive el electorado del proceso constitucional".
"Quienes votaron blanco representa a un grupo de personas que temió la multa, en una lectura rápida, ya que no hay ninguna manifestación. En el caso de quienes anularon, hay muchas razones ya que -por ejemplo- no sabían cómo se debía votar, o bien marcaron todas las preferencias o una por lista. Por otro lado, una lectura plausible es que hay un voto rechazo al proceso constitucional en general, que partió en 2020, y también un grupo de personas que emitió un voto castigo al Gobierno o a la clase política, y que se refleja en las encuestas", complementa.
Discusión a futuro
A la hora de abordar el futuro que debería tener la política de voto obligatorio e inscripción automática -presentada por la diputada del distrito 21 Joanna Pérez- Lucas Serrano expone que "cuando había voto voluntario, se hablaba mucho del rol que jugarían los votantes que no participaban. No se pueden hacer cambios en base a si nos gustaron o no los resultados, y cuando se instaló el voto obligatorio se pensaba que las personas votarían más por no hacer el trámite de inscripción. Pero eso no pasó, y hoy a lo menos debemos esperar un ciclo electoral, incluso a la elección presidencial para ver un fenómeno que se pueda estudiar. Nuestra democracia debe demostrar que tenemos una democracia sólida y madura".
En tanto, Lesley Briceño señala que "es difícil que haya fuerzas políticas que, tras una exitosa votación en materia de participación, apunten a restituir el voto voluntario, no sería políticamente correcto y se podría instrumentalizar. Pero sí hay que revisar los mecanismos, ya que al hablar de voto obligatorio e inscripción automática mucha gente emitirá votos nulos o blancos, y eso puede traer de la mano una crisis de legitimidad".
"Debería incorporarse un mecanismo de desinscripción, ya sea a través de la Clave Única o por la página del Servel, para una elección específica y restar personas que nunca han querido participar; esto nos genera un problema democrático enorme", añade.