Falta de invernaderos y recursos complica recuperación agrícola
Durante el primer mes tras los megaincendios de febrero, se vieron dificultados con el acceso al agua y el no contar con estanques. Hay pérdida de merkén y otros productos de temporada.
Por Estefany Cisternas Bastías
Uno de los rubros más afectados tras los megaincendios forestales de febrero pasado fue el agrícola, donde se contabilizaron a más de 4 mil damnificados. De momento, los productores de hortalizas de Santa Juana lograron recuperar sus cultivos, pero con un gran atraso en los tiempos y con cantidades menores a las habituadas.
La gran mayoría retomó sus labores por merito propio, el municipio les facilitó mangueras y agua, pero el apoyo económico de parte de organismos estatales aún no se ha concretado, señalan. No sólo perdieron sus huertas, también sus hogares y sus ingresos, pues la comercialización de sus productos también decayó.
Claudina Yáñez es agricultora y productora de merkén, sus plantaciones en gran parte son destinadas para la venta, y contó que normalmente "en estas fechas ya teníamos sacada la cosecha, ya íbamos en la segunda plantación y ahora están recién creciendo. En tiempos buenos eso ya lo hubiera vendido".
Lenta recuperación
El trabajo con vegetales puede parecer sencillo, pero quienes viven de ello saben que requiere de condiciones y tiempos especiales para cada hortaliza. Algunas semillas se plantan al aire libre, mientras que otras necesitan de un invernadero que las proteja de las temperaturas extremas, y si ésta estructura se perdió en los incendios, su reconstrucción atrasaría más el proceso de recuperación.
Los vecinos del sector Chacay en Santa Juana trabajaron coordinadamente con las maquinarias arrendadas por el municipio, de este modo repararon sus terrenos, reconstruyeron sus hogares y los invernaderos. "Tenemos cuatro invernaderos listos de seis. El tema es que ya empezamos a plantar, tenemos la mitad de un invernadero porque no podemos plantar todo el mismo día o estará todo listo a la vez", aclaró Osvaldo Martínez, productor y presidente de la Junta de Vecinos Chacay.
Un factor que dificultó la situación de los hortaliceros fue la falta de acceso permanente al agua, principalmente el primer mes, cuando las lluvias aún no llegaban. Claudina Yáñez especificó que cada semana recibe bidones de 20 litros, pero lo que le hace falta son estanques.
"En estos momentos tengo unas lechugas plantadas que tuve que ir regando con el agua que usaba del lavado, cuando planté usaba sólo un poco de agua. Tengo en mente que si no tengo un estanque, voy a colocar tarros y reunir agua al empezar las lluvias", expresó la productora.
Además, la agricultora perdió por el calor toda su producción de ají destinada al merkén. Este tipo de verdura no se puede recuperar, porque requiere de una temporada calurosa para crecer.
Marcela Gallardo, vecina de Santa Juana, también vive de sus cultivos y logró replantar su invernadero a tiempo, pero las hortalizas de exterior no podrá sembrarlas hasta la próxima temporada. Recibió apoyo en alimento para sus animales, pero de momento "ayuda en dinero no, ni avisos".
"La lechuga, cilantro, perejil, chascudo y apio se pueden sembrar todo el año en un invernadero, mientras que el pepino, tomate y morrones son de septiembre. La albahaca, ají y cebolla son de verano", explicó Gallardo.
Nuevas dificultades
La situación de Martínez se complicó debido a que puede cultivar, pero perdió el sitio que le permitía vender como solía hacerlo antes de la emergencia. "Ya no tengo una entrega fija, no sé si mis clientes me van a estar esperando cuando tenga producción. Por eso no puedo llenar los invernaderos, no tengo muchos clientes", lamentó.
El representante de Chacay manifestó que hay un nuevo riesgo ahora con las lluvias, porque todo lo quemado y cubierto de cenizas correrá a las quebradas por el arrastre del agua, eso entrará en las mangueras y será necesario implementar medidas para que no llegue hasta los cultivos.