Los cam bios en el mercado laboral
Se recuerda mañana en todo el mundo que el 1 de mayo de 1886, en Chicago, alrededor de 190 mil trabajadores iniciaron una huelga para conseguir mejores condiciones de trabajo y una jornada laboral de ocho horas. En aquella jornada, cinco sindicalistas anarquistas fueron ejecutados por su participación en un atentado explosivo. El Día del Trabajador se celebra en Chile desde 1931, para recordar a esos mártires de Chicago y para aprovechar de plantear la reivindicación de los derechos laborales.
El tema del empleo y la necesidad de tener ocupaciones de calidad, ha sido complejo en los últimos años. Se afectó durante la crisis por el estallido social, cuando muchas empresas tuvieron que cerrar sus puertas, y luego recibieron el fuerte golpe de la pandemia de covid 19. En la actualidad, la crisis económica ha seguido afectando la actividad.
En su reciente reunión de Política Monetaria de abril, el Banco Central señaló que el desempleo subió a 8,4% a nivel nacional y que la percepción de los hogares y de las empresas sigue en niveles pesimistas, aunque ha mejorado en parte respecto de los meses previos. Es decir, el empleo en Chile se mantiene estancado, y aún no alcanza a recuperar los puestos de trabajo destruidos por la pandemia. Asimismo, los despidos por necesidad de la empresa continúan en alza.
Por otra parte, diversos analistas y los representantes sindicales han cuestionado lo que consideran carácter regresivo del empleo que se está creando en nuestro país, al decir que el crecimiento de los trabajadores por cuenta propia no solo resulta preocupante como expresión de la tendencia a la informalidad laboral sino que es una alerta respecto del tipo de ocupaciones que se están creando, sin protección social, de salud, y muy probablemente sin cotización para una futura pensión. Las inquietudes son atendibles y reflejan que el mercado laboral ha tenido marcados cambios en los últimos años, en el sentido de que el llamado empleo asalariado está siendo reemplazado por el trabajo por cuenta propia, acorde a los tiempos y a las necesidades. Asimismo, hay una gran rotación de los trabajadores, a diferencia de lo que ocurría hace décadas, cuando los funcionarios cumplían toda una vida laboral en la misma empresa.
También es bueno recordar que algunos expertos estiman que hay una tendencia a que las personas pierdan su empleo y sean reemplazadas por máquinas, juicios que pueden ser controvertidos pero que abren una discusión que deberíamos tener y que cuenta con asidero real. Las máquinas -cada vez más inteligentes- están reemplazando muchas de las labores que eran realizadas por personas, lo que hasta hace poco era inimaginable. Son más eficientes, no descansan, no piden aumentos de sueldos y, lo que es más inquietante, pueden discriminar y tomar decisiones cada vez más acertadas. Basta que cada uno de nosotros analice cuántas actividades u operaciones hace hoy desde nuestras casas, vía computador o celular, sin la presencia de un funcionario, o al autoatenderse en el banco, en el supermercado o el servicentro.
Los cambios en el mundo del trabajo exigirán mayor especialización, innovación e inteligencia, lo que obliga a tener una nueva visión de la forma en que abordamos nuestro desempeño remunerado. Tales temas no están presentes en los análisis que se realizan, sino que los tópicos que se plantean son de un carácter más bien reivindicativo.
Hay que recordar que hace unos días fue aprobada la ley 40 horas, una iniciativa que estaba en el Congreso desde el año 2017, que reduce la extensión de la jornada laboral para mejorar la calidad de vida de los trabajadores que se rigen por el Código del Trabajo. Una de las características de esta legislación es la reducción de horas laborales es su aplicación gradual, y se llevará a cabo progresivamente, en un plazo de cinco años. Como sea, hay que considerar que el mercado del trabajo ha tenido y seguirá teniendo importantes cambios.
El mercado laboral ha tenido marcados cambios en los últimos años. El llamado empleo asalariado está siendo reemplazado por el trabajo por cuenta propia, aunque sin protección social.