"Música para cuarteto de cuerdas" escucha la naturaleza de Concepción
El bajista eléctrico, músico y compositor penquista se inspiró en sus salidas a trotar por los puentes Llacolén, Chacabuco y San Pedro de la Paz, para darle forma una pieza que se aleja de la tradición figurativa de la música, para internarse en ciertos sonidos más abstractos.
Es un viaje de carácter sonoro con tintes abstractos, que remite a un paisaje donde pareciera escucharse el aura de la zona.
De ese sector donde Rodrigo Álvarez Vidal suele trotar, entre San Pedro de la Paz y los puentes Chacabuco y Llacolén. Un espacio vivo, también diverso y que este músico y compositor penquista de 45 años transparentó en su más reciente obra: "Música para cuarteto de cuerdas".
Lanzada hace menos de dos semanas en plataformas digitales del medio -YouTube, Spotify, Apple Music y Amazon, entre unas 70 variantes- Álvarez dio forma a esta pieza de unos 30 minutos en seis partes, como resultado de un proyecto financiado por la vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la UdeC, en 2022. Fue grabada en vivo el 28 de enero pasado, en la Casa del Arte, para estar ahora en servicios streaming.
"La inspiración es bien sencilla, y se explica en que me gusta trotar, y lo hago en ese círculo que se forma entre los puentes que cruzan en río Biobío y San Pedro de la Paz, en todos los paisajes que puedes encontrar ahí. La niebla y el sol de la mañana, las nubes, las aves, el río y el Cerro Chepe, entre otros", señala el también docente del Departamento de Música de la casa del Campanil desde 2010.
Precisamente los lugares mencionados y observaciones señaladas dan los nombres a las seis partes de la obra fundada en la mirada del compositor y la interrelación con la propia fuente de agua que cruza Concepción y San Pedro.
Escuchar la naturaleza
En lo ya propiamente musical y compositivo, como área de mayor interés para el bajista, ésta tiene que ver con algunos principios de composición de la primera mitad del siglo XX. De esta forma, el material que se trabaja cruza la música serialista con las corrientes minimalista.
"Teóricamente son dos perspectivas diametralmente opuestas. Intento unirlas y el resultado está en este cuarteto. También está presente el tema tímbrico, con imitación de sonidos", señala relacionándolo al viento, el aire o la naturaleza. También otros, apunta, como "ruido blanco", que logra pasando el arco por las cuerdas sin que estas suenen.
"La idea fue buscar nuevos caminos a lo que es tradicional a principios del siglo XX", acota, ejemplificando aquello con los designios de la Bauhaus, que buscaba extraer todas las capacidades de los materiales, en este caso, tratando de sacar todo lo posible de los instrumentos de cuerda.
- Efectivamente se siente como una obra cercana a la naturaleza.
- Claro, si tú caminas por esos pasajes diferentes, son especiales y apuntan formas de vida (parecen escucharse en la composición). Hay peces, aves, mamíferos de todo tipo, como inspiración.
- Y hay una intención compositiva, una mirada autoral en ello.
- La idea es situarse un poco en la composición de la primera parte del siglo XX, entendiendo que en la segunda aparece la música electrónica. Todo esto situándolo en un contexto local, en el territorio, lo más cercano a nuestra realidad como ciudad.
- Está la grabación digital, pero ¿piensas en un disco físico?
- Me gustaría en el futuro, pero la idea es siempre superar etapas. En ese sentido, siento como que ya pasó y quiero hacer otras cosas (en la composición). Por supuesto, estoy abierto a invitaciones donde mostrarla, como temporadas sinfónicas de música de cámara.