Déficit de locomoción colectiva
En los últimos años, los usuarios de la locomoción colectiva del Gran Concepción se han quejado de un notorio descenso en el número de taxibuses y de colectivos que circulan al atardecer, lo que significa largas esperas para poder llegar a sus domicilios, buses llenos de pasajeros y una baja frecuencia, que se ha acentuado en el último año.
Dirigentes vecinales han señalado que antes de la pandemia había una frecuencia de aproximadamente 15 minutos, como promedio, hacia diversos barrios, pero en la actualidad deben esperar casi una hora por algunos recorridos y en algunos casos se han quedado sin buses de retorno. También estudiantes de las diversas universidades del Gran Concepción han planteado el tema hace unos días y advierten con movilizaciones si las autoridades no adoptan las soluciones. Dirigentes han dado a conocer esta inquietud en la Seremi de Transportes para manifestar su molestia. Según señalan, al atardecer la frecuencia de las diferentes líneas disminuye en forma considerable, a lo que se suma la congestión en los paraderos.
Representantes vecinales dicen que desde hace tiempo hay dificultades en recorridos hacia sectores de Cerro Verde Bajo, Montahue, Millahue, Lomas del Sol y toda la parte alta de Penco, donde después de las 21.30 ó 22.00 horas ya no pasan los buses, lo que complica el retorno de los vecinos que por razones de trabajo se desplazan desde otras comunas. Situación similar se vive en sectores de Talcahuano, como Los Lobos y Tumbes; en Hualqui y Chiguayante, desde Valle del Sol a La Piedra.
Los gremios Asociación Provincial de Dueños de Taxibuses y Asociación Provincial de Dueños de Taxibuses reconocen que alrededor de las 19.00 horas comienza a disminuir la frecuencia de los buses hacia algunos sectores que son más complicados por la inseguridad y que a las 21.30 horas salen los últimos desde los terminales.
Algunos empresarios de buses estiman que hay una merma de casi un tercio de la flota, y que ello se debe a que faltan conductores y que la intercomuna de Concepción tiene graves problemas de congestión de las calles, por lo que el flujo se hace lento y no se puede cumplir con todos los recorridos. Asimismo, la inflación y las alzas del dólar han elevado en forma considerable los precios de repuestos, neumáticos y sobre todo los combustibles. Los atascos siguen siendo un problema para el transporte público, por lo que sería importante tomar medidas para despejar las vías y privilegiar el funcionamiento de la locomoción colectiva.
Pero no solo los usuarios de microbuses han reclamado por la baja frecuencia de los recorridos, sino que también lo hacen quienes usan taxis colectivos. Se estima que la flota ha bajado en un 50% desde la pandemia, en la intercomuna Concepción-Talcahuano. Los empresarios del sector confirman que varios factores han influido en la merma, como los altos precios de los combustibles y los repuestos, que encarecen el costo de los recorridos. Asimismo, con la gran congestión que hay en las calles el conductor debe hacer menos vueltas, lo que baja su rentabilidad y el negocio deja de ser atractivo. De ahí que algunos colectiveros han decidido desempeñar otras actividades más rentables, y estiman que en la medida que estos factores no se resuelvan, continuará el éxodo.
Por años se ha dicho que la locomoción colectiva de la zona funciona mal. La primera licitación del transporte público del Gran Concepción ocurrió el 2002 y se mantuvo por tres años. Después no se realizó un nuevo proceso, sino que se fue prolongando la vigencia mediante decretos. La cuestión es que el público se queja por la mala calidad de la locomoción, con máquinas antiguas y en mal estado, muchas de las cuales no cumplen los horarios y abandonan el servicio al atardecer, en algunos casos, para prevenir asaltos al llegar a determinados barrios. Las soluciones definitivas están pendientes desde hace tiempo.
La flota de taxibuses ha bajado casi un tercio y la de taxis colectivos disminuyó a la mitad. Además, los buses se retiran temprano, sobre todo aquellos que van a los sectores que son más inseguros.