Los riesgos de conducir bajo los efectos de drogas
La Ley de Tránsito, prohíbe y sanciona como delito la conducción de vehículos o medios de transporte bajo la influencia de sustancias estupefacientes o sicotrópicas, de la misma forma y con las mismas penas que en el caso del alcohol. De acuerdo con un estudio de Comisión Nacional de Seguridad en el Tránsito (Conaset), si bien es el alcohol el que tiene mayor presencia en las tragedias de las calles y carreteras, cada vez toma más fuerza manejar bajo los efectos de las drogas.
Los accidentes de tránsito bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad suelen tener amplia cobertura noticiosa. Sin embargo, hay otras sustancias que son igual de peligrosas al manejar, pero respecto a las cuales la población todavía no toma real conciencia. Es el caso de la marihuana, cada vez más extendida en nuestro país, cuyas consecuencias al volante pueden ser nefastas, como lo estableció una publicación de Jama Psychiatry, prestigiosa revista internacional para médicos, académicos y científicos. Los resultados de un ensayo clínico mostraron que personas que consumen cannabis ven deteriorada su capacidad de conducción durante las siguientes cuatro horas y media, independiente de sus hábitos previos en relación con esta droga.
Dado este estudio, en Chile la Asociación Médica para la Prevencióndio una voz de alerta al decir que "conducir después de haber consumido marihuana es tan peligroso como hacerlo después de haber ingerido alcohol, porque el consumo afecta la capacidad de tomar buenas decisiones, baja el tiempo de reacción y pone más lentos los reflejos, por lo que implica un peligro cuando hay cualquier actividad que puede poner en riesgo la vida de otros".
Dependiendo del tipo de droga que se consuma, ésta puede actuar de formas distintas. Por ejemplo, algunas provocan estados de estimulación o euforia, en cuyo caso la persona se impacienta y podría no esperar la luz verde sino que acelerar antes. Otras deprimen la actividad cerebral, y el conductor podría no alcanzar a reaccionar ante un peatón que se cruza repentinamente. En otros casos, se perturba la actividad cerebral, de manera que es posible que el conductor cometa una infracción pero no recuerda qué ocurrió.
Los especialistas coinciden en que la gente no está al tanto de los riesgos que corre, para sí misma como para un tercero. Por eso, alertan a los conductores. La percepción de riesgo es muy baja, puesto que la gran industria de cannabis ha gastado millones de dólares para convencer de que la marihuana es benigna, casi médica, y que no causa ningún problema. Médicos especialistas en prevención dicen que se ocultan los verdaderos peligros, particularmente en jóvenes y en situaciones como estar manejando, y la fiscalización está siendo peligrosamente insuficiente en nuestro país.
Son frecuentes las quejas de los usuarios de algunas líneas de locomoción, cuando señalan que los choferes muestran signos notorios de haber consumido alguna droga, por lo que circulan a alta velocidad o se muestran excesivamente irascibles. En ocasiones, éstos admiten en la privacidad que lo hacen para enfrentar jornadas extenuantes y una alta competencia para cortar más boletos. La realidad indica que los choferes trabajan muchas horas diarias, para cumplir con las metas de recaudación. En consecuencia, la locomoción deja de ser un servicio y se cae en los abusos e irregularidades que bien conocen quienes a diario deben subir a los buses.
Sin embargo, la conducción bajo los efectos de drogas también se da entre los automovilistas y sobre todo en los jóvenes, muchos de los cualred arrancan a gran velocidad para evadir controles policiales, cuestión que no puede soslayarse, por lo cual es necesario en forma periódica ir revisando la legislación y adecuarla a las nuevas situaciones, junto con adoptar las medidas preventivas para evitar accidentes que cobran vidas y dejan lesionadas a muchas personas, y acentuar la fiscalización en las calles y carreteras.
Son frecuentes las quejas de usuarios de algunas líneas de locomoción, cuando señalan que los choferes muestran signos notorios de haber consumido alguna droga, y circulan a alta velocidad.