El costo de la ola de incendios forestales en la Región
La superficie forestal quemada durante las últimas semanas, desde que se declaró la ola de fuego en la zona centro sur del país, bordea las 450 mil hectáreas de bosques y matorrales. Casi la mitad de esa superficie arrasada por el fuego corresponde a nuestra Región del Biobío.
La emergencia por el fuego es la más mortífera registrada en el país en la última década, y ha dejado 26 fallecidos, de ellos, 17 en esta región, y centenares de lesionados. Casi seis mil bomberos y brigadistas han luchado por combatir los incendios, y el Ministerio Público investiga el origen de las llamas. Medio centenar de personas han sido detenidas por su presunta responsabilidad en la tragedia.
Los informes oficiales indican que la ola de incendios ha destruido 2.410 casas, y nuevamente la Región del Biobío es la zona más afectada con 1.706. A nivel nacional hay 7.657 damnificados y 408 albergados. Las comunas locales más afectadas por el fuego han sido Santa Juana -donde el 75% de los suelos del área rural se vieron dañados- Tomé, Chiguayante y Hualqui.
Si bien las autoridades aseguran que muchos de esos siniestros han sido provocados, las condiciones climáticas, con altas temperaturas, fuerte viento y sequedad de los pastizales, generan condiciones que dificultaron su control y extinción. El avance de las llamas incluso destruyó casas en sectores rurales.
A pesar de las condiciones naturales, hay que recordar que los incendios forestales tienen su origen, casi en su totalidad, en el ser humano y sus actividades, ya sea que fuesen provocados en forma deliberada o por negligencia. Salvo unos pocos causados por caídas de rayo durante tempestades eléctricas, la gran mayoría de ellos se ocasiona por descuidos o negligencias en la manipulación de fuentes de calor en presencia de vegetación combustible, por prácticas agrícolas, por una escasa cultura ambiental o por intencionalidad originada en motivaciones de distinto tipo, incluso delictivas.
El ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, ha informado que dos tercios de los afectados son pequeños productores agrícolas y campesinos usuarios del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), en muchos casos personas de escasos recursos a quienes les será muy difícil o casi imposible reponerse por sí solos de las pérdidas totales que han sufrido.
La empresa GPS Corredores de Seguros realizó un estudio de las empresas forestales y sectores afectados, estimando que las pérdidas producidas por el fuego en las regiones del Biobío, Ñuble y La Araucanía llegarían a 750 millones de dólares. Si bien todavía no se puede determinar el total de las pérdidas, debido a que persisten focos de incendios activos, se puede adelantar que el 65% corresponde a plantaciones de bosques y el resto se divide entre edificios habitacionales, comerciales, industriales y vehículos. Solo las grandes forestales y empresas de mayor tamaño cuentan con cobertura para este tipo de siniestros, de manera que el 20% de estas compañías pueden cubrirlo, lo que representa 150 millones de dólares en seguros comprometidos, pero la inmensa mayoría de pequeños y medianos propietarios afectados prácticamente lo perdió todo.
La cobertura de actos terroristas, adicional de las pólizas de incendio, se encuentra excluida o restringida en cuanto a su límite máximo asegurado, teniendo establecidos deducibles que terminarán siendo de cargo de los asegurados. Así, si las autoridades y los tribunales determinaran que han existido acciones terroristas en el origen de los incendios, las aseguradoras quedan liberadas de su obligación de indemnizar a los propietarios afectados.
Resultó notorio que desde que el Gobierno decretó estado de excepción, con toque de queda para las regiones del Ñuble, Biobío y La Araucanía por los incendios forestales, hubo un descenso de los focos de fuego y un mayor control sobre los incendios activos.
Casi la mitad de esa superficie arrasada por el fuego corresponde a nuestra Región del Biobío. La emergencia es la más mortífera en la última década, y ha dejado 26 fallecidos, de ellos, 17 en esta región.