Estado de excepción por incendios intencionales
Los incendios forestales que golpean el centro sur de Chile desde hace más de una semana, muchos de ellos provocados intencionalmente, según afirman las autoridades, han amenazado con propagarse a otras regiones, lo que aumenta el desafío para los más de 5.600 bomberos y brigadistas que luchan contra las llamas.
Al menos 24 personas han perdido la vida y 2.180 han resultado heridas por los incendios en las regiones de Ñuble, del Biobío y La Araucanía, declaradas en estado de excepción de catástrofe. Desde que comenzó la crisis, las llamas han consumido cerca de 400 mil hectáreas de bosques y pastizales y han destruido unas 1.200 viviendas. La ola de incendios es la más fatal de los años recientes, sólo comparable con la tormenta de fuego que azotó al país en 2017. Y para los próximos días se prevé que las condiciones ambientales sigan potenciando el desarrollo de los siniestros.
Sin embargo, también hay una treintena de personas que han resultado detenidas, acusadas de iniciar focos de fuego o de alguna intencionalidad asociada a los siniestros, lo que ha generado preocupación entre las familias intentan resguardar las pocas pertenencias que les quedan, así como entre las autoridades, quienes han llamado a denunciar a quienes sean vistos en alguna acción sospechosa.
El gobernador de la Región del Biobío, Rodrigo Díaz, ha señalado hace unos días que "estamos viviendo una situación muy complicada y compleja, que no cambiará en los próximos días porque sigue habiendo personas prendiendo fuego. A mi juicio, criminalmente prendiendo fuego, por lo que necesitamos más patrullaje militar".
El Gobierno anunció el miércoles toque de queda para las regiones del Ñuble, Biobío y La Araucanía por los incendios forestales, pero dejó en manos de los jefes de la Defensa de cada región las zonas específicas y los horarios de esa medida. En total, 28 comunas de las tres regiones en emergencia se encuentran con toque de queda que rige desde la medianoche hasta las 05 horas, con el fin de que las Fuerzas Armadas puedan detectar a quienes pudieran salir a avivar el fuego y también para resguardar los bienes de los damnificados. Asimismo, en el marco del estado de excepción, se permite además requisar herramientas, maquinarias y agua si es necesario, con el fin de continuar con el combate de los incendios.
Y si bien las autoridades coinciden en que muchos de los siniestros han sido provocados con intencionalidad o negligencia, ha habido condiciones climáticas que favorecen su avance durante este verano, arrasando con bosques en tiempo récord, como son las altas temperaturas debido a una ola de calor, sumado a fuertes vientos y la intensa sequía que ha afectado al país durante los últimos catorce años. Así, durante los últimos días también se han registrado incendios en la Región de Los Ríos, en la del Maule y en O'Higgins, mientras el humo ha llegado a la Región Metropolitana, que se caracteriza por tener mala ventilación. La ministra de Salud, Ximena Aguilera, ha subrayado el deterioro de la calidad del aire desde Santiago al sur debido al humo generado por el fuego, y cómo esto afecta a las personas.
Sin embargo, algunos especialistas han señalado que otra razón detrás del rápido avance del fuego en esta temporada es una deficiente gestión de los bosques y del modelo agroforestal, que ha repoblado los bosques con especies no nativas, más sensibles a los incendios. Creen que la tala de la vegetación originaria de la zona centro sur de Chile y la reforestación con pino radiata y eucalipto han incrementado el riesgo de incendios.
En el frente de batalla contra el fuego actúan los brigadistas de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y de las empresas forestales, principalmente el grupo Arauco y Cmpc, además de bomberos y brigadistas voluntarios llegados desde diferentes regiones del país y del extranjero, para redoblar los esfuerzos para apagar o al menos controlar los focos de incendio. Asimismo, personal de Carabineros y de las FF.AA. han sido desplegados en aquellas comunas donde se ha declarado estado de emergencia.
Esta tragedia también ha permitido a la ciudadanía reconocer y valorar el trabajo incansable que realizan muchos voluntarios, entre ellos los de los Cuerpos de Bomberos de todo el país, que se han hecho presente para ayudar en el combate al fuego, movidos por su espíritu de servicio a la comunidad, sin más retribución que el aplauso de los habitantes cuando llegan con sus carrobombas y material de trabajo. Los bomberos están trabajando al menos dieciocho horas diarias, duermen poco, por lo general en lugares improvisados, pero se desempeñan con mucha entrega. Se han conocido casos dramáticos de voluntarios que combatían el fuego y los llamaron para decirles que sus casas se habían quemado. Y aun así no han bajado los brazos.
Cabe esperar que a medida que avanzan los días se puedan controlar los incendios forestales, se tomen las precauciones para que no se generen nuevos focos y se haga el reconocimiento que merecen quienes han trabajado incansablemente por volver a la normalidad.
Si bien las autoridades coinciden en que muchos de los siniestros han sido provocados con intencionalidad o negligencia, ha habido condiciones climáticas que favorecen su avance durante este verano.