Biblioteca Municipal acogió encuentro de loza y cristalería
La muestra recibió a coleccionistas de Santiago, Viña del Mar, Rancagua, Yungay, Los Ángeles y del Gran Concepción.
Durante el siglo XX, la industria de la cerámica fue uno de los grandes pilares industriales de la zona. Al mismo tiempo, estas piezas se han convertido en objetos de culto por su valor patrimonial y artístico.
El pasado fin de semana, la Biblioteca Municipal de Concepción acogió el "2º Encuentro de Coleccionistas de Loza y Cristalería", evento que reunió más de seis mil piezas -provenientes de Santiago, Viña del Mar, Rancagua, Los Ángeles y el Gran Concepción- de distintas series y colecciones
Estas últimas datan desde mitad del siglo XIX, entre las que se cuentan "Cerámica Lota", "Cerámica de Quinchamalí", "Cristalerías Chile", "Lozas Cor Sal", "Cerámica Onetto", "Fanaloza" o "Cerámica Asem", entre otras.
De acuerdo a la fundadora de Fundación ProCultura y una de las exponentes, Ilonka Csillag, "este encuentro, único en la Región del Biobío, tiene muchas aristas. Una de ellas, es la recuperación de la historia nacional vinculada al patrimonio industrial y producción chilena de la cerámica y loza en distintas localidades".
Encuentro
Con más de cinco mil asistentes -el pasado viernes, sábado y domingo- la idea era contemplar, aprender y disfrutar de las exhibiciones de cerámica y el documental "Willow de Penco", en la sala Teresa Águila de la biblioteca.
También del conversatorio "Experiencias de Conservación y Coleccionismo de Loza y Cristalería Nacional", organizado por Museo de la Historia de Penco y Museo de Loza y Cerámica Nacional, el cual se realizó en Galería de la Historia.
A lo anterior, se sumó el taller práctico "Exhibiciones efímeras de objetos de loza, cerámica y porcelana", impartido por Ilonka Csillag y Alejandra Luhrs, de "Museal", ambas destacadas conservadoras del patrimonio chileno.
Los ceramistas nacionales dieron vida a una de las industrias más ricas y prolíficas en cuanto a calidad y producción. Nacida como una necesidad cuando la comunidad primitiva se hizo sedentaria y debe almacenar sus productos agrícolas, guardar líquidos, trasladar agua, y finalmente cocer y servir los alimentos.
En ese sentido, destaca la publicación y distribución gratuita de la "Guía Histórica y de reconocimiento de la cerámica del Biobío: Fanaloza, en busca de lo vernáculo. La serie diaguita de Penco", del director de la Biblioteca Municipal, Boris Márquez.
"En Chile, la Serie Diaguita creada por la Fábrica Nacional de Loza (Fanaloza) de Penco en 1968 es el encuentro del mundo ancestral y contemporáneo. Reconoce a los pueblos originarios, su estética precolombina, la variedad de modelos y versatilidad. Su bajo costo monetario permitió democratizar el acceso a la cerámica de calidad", comentó el historiador, quien destacó que la publicación fue posible gracias al programa "Biobío Turismo Creativo", ejecutado por ProCultura.
Inspirados en las tradiciones alfareras de los pueblos originarios, influenciados por la cultura europea y respondiendo a las necesidades de la época, la industria de la cerámica nacional ha podido perpetuar una tradición que se remonta hace más de mil años.
La puesta en valor de los pueblos originarios a través de la masificación de piezas de cerámica convertidas en vasos, platos, jarrones y adornos es parte del aporte de esta industria al país.
"Creemos que tiene una importancia histórica muy relevante, ya que el trabajo de estos pueblos fue relevar aquellos elementos que constituían parte de su cosmovisión e incorporarlos en la cerámica, de manera de instalar en el imaginario colectivo una cultura importante que forma parte de Chile", destacó Csillag.
Además de la puesta en valor de una gran cantidad de objetos y piezas producidas en la región -las cuales se utilizaron en todos los hogares de Chile durante más de 50 años- los platos de Fanaloza, por ejemplo, se han revalorizado como un patrimonio nacional intangible.
"Tenemos un proyecto a largo plazo, en conjunto con Boris Márquez, Armando Cartes y otras personalidades de la región, que es instaurar una ruta de la cerámica en el Biobío, que incorpore a Penco, Lota, Nacimiento, entre otras localidades, que sin duda generará un movimiento turístico importante, además de entregar trabajo a las y los ceramistas y a quienes participan de esta actividad, en este verdadero renacimiento de la cerámica regional", comentó la fundadora de ProCultura.