Por Nicolás Álvarez Arrau / nicolas.alvarez@diarioelsur.cl

Tengo en mis manos una piedra. Es lisa, negra y parece un pequeño botón, aunque debo sincerar que una de sus caras es mucho más hermosa, pues la otra tiene un aspecto degradado por el paso del tiempo y el polvo. La encontré esta semana en isla Santa María, en medio de un viaje con autoridades que se embarcaron para dar cuenta de proyectos y avances en un lugar históricamente olvidado. Ahora que la vuelvo a ver, recuerdo la reunión que ese día mantuvieron los isleños de Puerto Norte con representantes de diversas esferas políticas. Varios de los vecinos acusaron desigualdad y diferencias con sus pares de Puerto Sur, pero también, en general, falta de desarrollo y urgencias que, pese a los hitos marcados recientemente, aún son latentes. La isla es bella -fascinante en muchos casos por playas y caballos salvajes que pastan a la orilla de enormes acantilados y del único camino que conecta las áreas urbanas-, pero esa belleza también experimenta abandono. Santa María, en síntesis, es como esta piedra que sostengo.

El grupo continental de hombres y mujeres estuvo liderado por comitivas del Gobierno Regional, el municipio, el Consejo Regional, el Servicio de Salud Concepción, el Centro Regional de Telemedicina y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Juntos llegaron el lunes a destacar los trabajos de pavimentación del camino en Caleta Inglés, una antigua aspiración de los habitantes de Puerto Norte que, al día siguiente, se vio enlutada por la muerte de una persona luego del volcamiento de una barcaza que transportaba materiales de construcción. A esto se sumó la implementación pionera a nivel regional de un servicio de consultoría en teleurgencia, una iniciativa que permitirá a los pacientes del Centro Comunitario de Salud Familiar de Puerto Sur conectarse virtualmente, por ejemplo, con profesionales del Hospital de Coronel para brindarles una repuesta inmediata a sus problemas de salud, resolver dudas y evitar operativos de evacuación de menor urgencia. Según datos del Gobierno Regional, en 2022 se contabilizaron 111 operaciones médicas de rescate.

La comunidad insular celebra y agradece estos hitos por su trascendencia en el camino hacia el desarrollo y dice que los planes que hoy se ejecutan marcan un punto de inflexión en sus demandas, tal como describe la presidenta de la Junta de Vecinos de Puerto Norte, Aurora Chamorro. Eso sí, esta misma comunidad precisa de inmediato que los esfuerzos materializados no son suficientes, que las más de dos mil personas que en su mayoría transitan por caminos empinados de polvo y barro, o que se ven limitadas en el uso del agua potable, requieren soluciones definitivas. De este discurso nace un petitorio que fue plasmado a viva voz a las autoridades en la última reunión sostenida en una sede que, por lo demás, da señales inequívocas de los años y la poca mantención en su base exterior .

Preocupaciones

Hay temas básicos que inquietan. Por ejemplo, la falta de agua potable que afecta de manera directa a unas 200 familias de Puerto Norte. No es que carezcan siempre de agua, pero sí se ven limitadas de este recurso durante la mayor parte del día. Por lo mismo, se llegó a la conclusión de avanzar en una asesoría independiente y en una línea de financiamiento que permita generar una solución exclusiva para el sector. Con eso se busca, además, evitar problemas de coordinación con los vecinos del sur.

Otra preocupación natural es la falta de medios de evacuación. El concepto de "ambulancha" sonó con fuerza el año pasado tras la muerte de un joven isleño que no logró ser derivado a tiempo al continente. Desde el Gobierno Regional precisan que tras lo visto en terreno "se hace muy necesario contar con algún medio de evacuación aérea", por lo que la tarea será articular una propuesta "sostenible en lo económico" que permita hacerse de una aeronave.

Así, surgen también otras demandas apremiantes, como la necesidad de que los pescadores de la isla puedan pescar en sus propias aguas. Aunque parezca ilógico, acusan que a raíz de la normativa vigente se ven imposibilitados de capturar recursos del mar que los rodea, un espacio que sí se tienen permitido pescadores del continente. Quienes lo hacen dicen, lamentablemente, que deben "salir a robar". "La isla está rodeada de sardina, jurel y merluza, pero nosotros no podemos pescar porque no tenemos un permiso, y ese es un problema que no ha podido ser solucionado por el Estado. Hemos solicitado que Santa María sea reconocido como un espacio insular y no como una población más de Coronel", dice Enzo Escobar, representante de los pescadores de Puerto Norte.

Tanto Escobar como Aurora Chamorro piden igualmente aprovechar los parajes de la isla e incentivar el turismo, para lo cual se requeriría un transporte definitivo que llegue en las mañanas y se vaya por las tardes. Todo esto, argumentan, ayudaría a levantar hospedajes y cocinerías, al igual que otras caletas presentes en la Región, "porque ya tenemos telemedicina, vivienda, se solucionará el tema del agua y la pavimentación, pero hay que incentivar una reactivación socioeconómica y laboral de la isla. Hay que potenciarla y buscar vías que nos permitan subsistir".

El alcalde Boris Chamorro añade que para concretar todo esto es vital incorporar en el presupuesto del Gobierno Regional a los territorios insulares, en el sentido de "reconocer a los habitantes de las islas Santa María y Mocha como habitantes de la Región". Durante 2022 el Gobierno Regional anunció que se elaboraría una glosa especial, pero esta no se plasmó en el erario 2023, ya que los recursos de ambos territorios, según recalcan, estaban considerados dentro de los $133 mil millones solicitados a Hacienda, cifra que finalmente no se otorgó.

La isla como piloto

La reciente visita y los problemas relatados llevaron al Gobierno Regional a establecer la idea de convertir a Santa María en un laboratorio de innovación. Óscar Ferrel, jefe de la División de Infraestructura y Transporte de la entidad regional, anunció que el primer compromiso es mejorar la infraestructura general, "pero a través de maneras innovadoras" que posibiliten una construcción que evite los altos costos que significa el envío de materiales desde el continente. Por lo mismo, plantea que el desafío es buscar materiales dentro de la isla con los que se pueda avanzar hacia pavimentaciones más económicas.

"Hay toda una línea asociada a los pavimentos sustentables, y me voy con que la isla es un muy buen laboratorio para incorporar ciertos elementos que están presentes aquí mismo. Con los nuevos polímeros y las nuevas innovaciones en caminos se pueden hacer algunos pilotos para recarpeteo o en zonas dañadas por el agua. Hay distintas soluciones y creo que sería muy útil encaminarse hacia pilotos", sostiene Ferrel, quien afirma que esta idea se puede extrapolar al tema del agua potable, a través de la asistencia técnica que se firmará con el gobierno de Israel.

El concepto de laboratorio también será desarrollado para subsanar el inconveniente de la basura y potenciar el plan de telemedicina lanzado el lunes. De acuerdo al representante del Gobierno Regional, existe la opción de instalar una planta piloto de compostaje que ayude a preservar este lugar y aprovechar la velocidad que alcanzó la conexión a internet para sumar, por ejemplo, un servicio de rayos en el área de salud.

"En definitiva, vemos que Santa María debiese ser un piloto en sí mismo para materias de innovación y desarrollo, y para eso hay que recurrir a asesorías internacionales o consensuar y articular opiniones. Creemos que en la medida que determinemos la dirección en que queremos ir, las iniciativas irán cayendo solas, y el hecho de que nos hayan acompañado cuatro consejeros regionales habla de la voluntad para financiar estos pilotos. La tarea es buscar los aliados que presenten los proyectos y pasar a la etapa de financiamiento", resalta Ferrel.

El objetivo es que este año estén listos los diseños de algunos de los planes pilotos mencionados.