En junio pasado fue publicada en el Diario Oficial la Ley Marco de Cambio Climático, una normativa que ha sido calificada de histórica y que, entre otros, establece como meta que Chile sea carbono neutral y resiliente al clima a más tardar el 2050, una fecha que incluso podría adelantarse si las circunstancias así lo permiten, ya que será revisada cada cinco años.
Chile hasta ahora no contaba con un marco jurídico que permitiera asignar responsabilidades de reducción de emisiones o exigir implementación y reporte de medidas de mitigación de emisiones y adaptación a los impactos del cambio climático. Por eso, la ley actualmente en vigencia es clave porque permite establecer la lucha contra el cambio climático como una política de Estado, así como también definir los mecanismos que utilizará el país para enfrentar este fenómeno, de hecho, establece acciones concretas para 17 ministerios.
Pero más allá de la carbono neutralidad, la normativa tiene entre sus objetivos disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que provoca el cambio climático, pero también buscar formas para adaptarnos a los impactos que generan, por ejemplo, marejadas anormales, los aumentos de temperatura, aluviones, sequías, entre otros, y potenciar la seguridad alimentaria, aumentar la disponibilidad de agua y disminuir la contaminación y los riesgos de salud.
Así como hay ciertas metas para los ministerios de manera transversal, también a nivel regional y local hay ciertas obligaciones y atribuciones que quedaron establecidas, donde los gobiernos regionales y las municipalidades son centrales. Esta semana la Asociación de Municipalidades de la Región del Biobío (AMRBB) y la Seremi de Medio Ambiente dieron un paso adelante en el tema, al convocar a la primera mesa regional de Medio Ambiente, donde determinaron ciertos acuerdos para avanzar en la definición de planes de acción comunales, que según la ley deben estar listos a mediados de 2025.
El trabajo responde al escaso desarrollo de estas estrategias, que solo existen en dos de las 33 comunas del Biobío, como son Concepción y San Pedro de la Paz, donde los planes fueron elaborados por iniciativa propia y de forma previa a la legislación vigente. Si bien hay poco avance en estos instrumentos, hay otros 29 municipios que están en proceso.
Desde la misma Asociación de Municipalidades entienden que la relevancia de estos planes comunales radica en que se trata de herramientas de planificación local que permiten una mejor gestión del territorio para afrontar los problemas del calentamiento global, incorporando medidas de adaptación y mitigación en forma participativa, buscando sumar fuerzas entre los distintos sectores de las comunas para abordar los desafíos que impone el cambio climático.
En el caso de Concepción, se explicó desde el municipio que la estrategia que se construyó de forma previa al inicio de la pandemia y que se desarrolló de forma participativa con la comunidad, lo que permitió concretar programas y proyectos en la comuna. Entre ellos se cuentan iniciativas que terminan en arborización, en acciones relacionadas con recuperación de humedales, con residuos, etcétera. Eso sí, se destacó que uno de los puntos a considerar es que la importancia de que cada municipio tenga un plan es que el cambio climático no tiene límites territoriales por lo que es relevante que existan acciones locales como regionales.
En esta primera sesión de la mesa regional de Medio Ambiente se contó con la presencia de representantes de más de 15 los municipios, lo que demuestra que existe interés de parte de las autoridades comunales para cumplir con una tarea que está pendiente y cuyo mayor desafío es alinear a las corporaciones para trabajar de manera conjunta el requerimiento dispuesto por la ley.
Realizada esta primera reunión y de aquí en adelante, el trabajo de la AMRBB y la Seremi de Medio Ambiente debería tener como principales objetivo el orientar el desarrollo de los planes en distintas comunas, sobre todo coordinando la entrega de información sobre la normativa, pero lo cual se realizaría un nuevo encuentro en enero próximo, lo que fortalecerá el posible avance que se pueda concretar desde las distintas direcciones de medio ambiente. La Seremi de Medio Ambiente también forma parte de un Comité Regional de Cambio Climático, que tiene por misión coordinar estos instrumentos que la ley estableció que deben estar en un máximo de tres años. Además, se comenzará con un plan de acción regional y en base a eso se orientarán los planes de acciones locales, es decir, se acompañará el proceso en la búsqueda de las decisiones más acordes a las realidades locales.
En esta primera sesión de la mesa regional de Medio Ambiente se contó con la presencia de representantes de más de 15 de los municipios, lo que demuestra que existe interés de parte de las autoridades comunales para cumplir con una tarea que está pendiente.