Educación Superior y estrategias en salud mental
A partir del reciente diagnóstico del abordaje de las instituciones de educación superior con respecto a la salud mental de sus estudiantes, realizado por los ministerios de Educación y Salud, algunas universidades de la zona han detallado cuál es el trabajo que están realizando al respecto y cómo desde 2019 a la fecha las consultas por esta temática han crecido al interior de las distintas entidades.
El documento presentado por ambas carteras en conjunto analiza la encuesta que respondieron 107 instituciones a nivel nacional, de las 134 que integran el sistema y que en total representan al 86,9% de la matrícula total de estudiantes de pregrado del país. Esto incluye a los centros de formación técnica, institutos profesionales y universidades.
Se trata del primer diagnóstico en materia de salud mental que se realiza para el sistema de educación superior y que cuenta con características muy valorables en el análisis realizado. Esto, porque no solo es una primera mirada en torno a una problemáticas actual y tremendamente relevante, sino porque se realiza luego de dos años de pandemia por el covid-19, que sabemos generó efectos en la salud mental de la población en general, y prioriza las definiciones institucionales de los planteles, integrando también por primera vez considera a la educación técnico profesional.
Es importante tener presente que el ambiente educativo en las distintas etapas de la vida es fundamental, más todavía durante un periodo tan relevante y crítico para el desarrollo personal. Que ese proceso se desarrolle en un entorno saludable es clave y, por lo tanto, realizar diagnósticos para evaluar ese entorno es también necesario.
Tras el análisis de las respuestas de las instituciones de educación superior se pudo concluir que una parte importante ha puesto en marcha unidades específicas encargadas de la salud mental, con el 65,4%, y de ellas, cerca del 40% fueron creadas entre 2019 y 2022, periodo que coincide con las restricciones y cambios que se realizando por la llegada del coronavirus al país.
También fue posible detectar que durante este mismo periodo hubo preocupación en torno a sensibilizar respecto de la salud mental, lo que se refleja en que el 62,6% de las instituciones realizaron campañas sobre esta materia. Una situación similar se observa en la elaboración de guías de actuación o protocolos de detección y/o respuesta a problemas de salud mental, ya que el 56,1% de las entidades declara contar con ellos.
En este aspecto, sin embargo, se aprecia una brecha importante, ya que si bien un 89,1% a las universidades cuenta con unidades para abordar la salud mental estudiantil, solo un 57,5% de las instituciones del subsistema de educación superior técnico profesional cuentan con ellas.
A nivel local y tomando en cuenta la información publicada hace unos días por este matutino, es relevante detallar que gran parte de las consultas recibidas por las distintas unidades dedicadas a la atención de salud mental indican que las causas más comunes son las dificultades de adaptación, baja en el rendimiento académico, inestabilidad o afectación emocional, manifestaciones agudas de ansiedad, miedo e inseguridad y problemas de concentración, además de dificultades para dormir.
Tal como se señaló desde las casas de estudios, las consultas son tan variadas como sus causas, por lo que no pueden ser atribuidas a un solo factor y también requieren estrategias combinadas para ser abordadas. En ese sentido, al trabajo que están realizando las instituciones educativas debería también sumarse la autoridad ministerial, que tras el diagnóstico anunció la elaboración de un plan de acción de salud mental para la educación superior.
Tal como se señaló desde las casas de estudios, las consultas son tan variadas como sus causas, por lo que no pueden ser atribuidas a un solo factor y también requieren estrategias combinadas para ser abordadas.