Luego de 3 días de tensión, equipos de Lula y Bolsonaro inician transición de Gobierno
Representantes de ambos líderes se reunieron ayer para coordinar el traspaso del poder que finaliza el 1 de enero de 2023, cuando el nuevo mandatario tome posesión del cargo por tercera vez en la historia de Brasil.
Los equipos del presidente Jair Bolsonaro y del mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva iniciaron ayer la transición de Gobierno luego de la victoria en las urnas del líder progresista y tres jornadas de protestas callejeras y de camioneros.
"La transición ya empezó", señaló el vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, encargado de coordinar el proceso de transición con el Gobierno de Bolsonaro, quien aseguró que cumplirá la Constitución, tras dos días de silencio.
"El compromiso del presidente Lula da Silva es viabilizar las propuestas elegidas en las urnas por la población brasileña con responsabilidad y previsibilidad", dijo Alckmin , quien se trasladó a Brasilia, donde mantuvo ayer una primera reunión en el Palacio presidencial de Planalto con el ministro de la Presidencia, Ciro Nogueira, quien es su contraparte responsable en el Gobierno por el proceso de transición.
"La conversación fue bastante provechosa, muy objetiva" agregó Alckmin, en conferencia de prensa, luego del encuentro con Nogueira.
Asimismo, el vicepresidente electo explicó que el objetivo de la reunión era intercambiar informaciones para "dar continuidad a los servicios prestados a la población a partir de enero".
"La transición será instalada con los objetivos de transparencia, planificación y de continuidad a los servicios prestado a la población", agregó.
"Ahora hay que hacerla (la transición) de la mejor manera posible, en beneficio de la población", señaló.
Alckmin estuvo acompañado por la presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, y por el coordinador del programa de Gobierno de Lula, el exministro Aloizio Mercadante, quien visitará hoy la instalación designada como centro de operaciones en el proceso de traspaso de informaciones.
Equipo de transición
La legislación otorga al presidente electo el derecho de formar un equipo de transición, con 50 cargos a disposición, para tener acceso a los datos de la administración pública y preparar las primeras medidas de Gobierno.
En este sentido, los funcionarios comenzarán a trabajar desde este lunes y durante los próximos dos meses en las oficinas del Centro Cultural Banco de Brasil.
Con 69 años, Alckmin, exdirigente histórico del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fue designado por Lula da Silva como coordinador de este proceso de transición con la administración bolsonarista hasta que Lula tome posesión del cargo de Presidente, el próximo 1 de enero de 2023.
La transición fue autorizada por el presidente Jair Bolsonaro tras admitir de forma velada la victoria de Lula, quien ya gobernó Brasil entre 2003 y 2010.
Las negociaciones para este proceso comenzaron después de tres jornadas de protestas de activistas de ultraderecha que apoyan a Bolsonaro, que incluyeron bloqueos de carreteras por parte de camioneros y hasta multitudinarias manifestaciones a las puertas de los cuarteles.
En ambos casos, los manifestantes reclamaron una "intervención militar" que, según afirmaron en sus protestas, debería impedir que "el comunismo" asuma el poder en Brasil, en una clara incitación a un golpe ignorada por las Fuerzas Armadas.
No obstante, los bloqueos ilegales perdieron fuerza luego que el miércoles el actual mandatario pidiera a los manifestantes cesar los cortes de carretera.
Ley de presupuesto
Entre la abultada agenda que mantuvo ayer, el futuro vicepresidente se reunió en el Congreso con varios diputados del partido. El motivo de la visita fue comenzar a tratar el plan presupuestario del gobierno para el año siguiente, junto con el senador responsable del tema, Marcelo Castro, publicó Infobae.
El Congreso tiene hasta el 17 de diciembre para aprobar este proyecto con aportes de la nueva administración. Tras la reunión, Alckmin pidió a los parlamentarios que adopten una medida de emergencia que permita a su gobierno gastos que consideran esenciales, como los aportes mensuales en programas de asistencia social.