Por Redacción

Luego de conocerse la filtración de casi 400 mil correos del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas el mismo día de las Glorias del Ejército (19 de septiembre), la ministra de Defensa, Maya Fernández, participó ayer de una sesión secreta de la Comisión de Defensa del Senado, en la que ahondó en lo ocurrido y la manera de subsanarlo y evitar un nuevo hecho de estas características en un futuro.

A la salida de esa instancia, la secretaria de Estado reconoció que fue informada de la magnitud del hackeo el día 20 de septiembre, ya que el 19, tras la Parada Militar, viajó con la delegación del Presidente Boric a Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU.

Al instante, según aseguró Fernández, el subsecretario de Defensa, Gabriel Gaspar, se hizo cargo de la situación en Chile, contactándose con los jefes de las Fuerzas Armadas, pero también "con los presidentes de las comisiones de defensa y siempre la disposición obviamente era venir a las comisiones de defensa donde teníamos que partir conversando".

También mencionó que durante la comisión se habló del proyecto de ciberseguridad presentado por el senado Kenneth Pugh (independiente de la bancada RN), quien además es oficial de la Armada en retiro.

"Queremos avanzar tener todas las herramientas para garantizar y proteger a nuestro país", dijo, y agregó que "hoy entiendo se iba a aprobar en general, pero como venimos a la comisión a exponer, va a quedar para la próxima sesión y la idea es avanzar siempre", detalló.

Fernández aseveró que en el Gobierno "desde el primer día hemos estado trabajando por fortalecer nuestro sistema de ciberseguridad para resguardar y proteger a Chile".

Dijo también que todas las instituciones pública "permanentemente tienen que luchar porque tratan de hackearlos y siempre existen posibles vulneraciones. A eso se refería cuando decíamos que habíamos conversado la necesidad siempre de tener mejores softwares".

A raíz de la filtración, en primera instancia el ministerio de Defensa y las ramas de las Fuerzas Armadas comenzaron diversas investigaciones y sumarios internos dentro del EMCO para dar con los responsables, para identificar dónde estuvo el problema y quién o quiénes fueron los responsables, pese a que horas después de conocerse el hecho renunció el entonces jefe del EMCO, Guillermo Paiva.

También planteó que habrá un sumario para identificar el contenido de la información filtrada y si eso debería haber estado comunicado por correo.

Durante la aprobación el octavo estado de excepción para la Macrozona Sur en el Congreso, la ministra del Interior, Carolina Tohá, anunció que La Moneda explora nuevamente una alternativa al estado de emergencia que permite destinar a las Fuerzas Armadas para el resguardo del orden público, luego de valorar la renovación de la medida y al mismo tiempo reconocer que "no es suficiente".

En concreto, "antes de la próxima renovación (del estado de excepción), que es en 15 días más, el Gobierno va a incorporar indicaciones, para un proyecto similar al de infraestructura crítica, pero en estas indicaciones será distinto, partiendo por su nombre", explicó la titular de Interior.

Tohá también precisó que elEjecutivo "no quiere que sea de infraestructura crítica, sino que un proyecto de resguardo y protección de la infraestructura, despeje de las vías y proteja a las personas, con uso de las Fuerzas Armadas, pero que no implique restricciones a las libertades constitucionales como implica el estado de emergencia y que mantenga una capacidad de las autoridades civiles de estar a cargo de la situación"

También dijo que el problema de la Macrozona Sur (Región de la Araucanía y provincias de Arauco y Biobío, en la Región del Biobío), "no es de 15 días. Lo que queremos es comprometer que no vamos a dejar los estados de emergencia si eso significa dejar a las personas desprotegidas o a merced de lo que puedan hacer las policías con los limitados recursos. Pero tampoco nos parece adecuado que estemos en estas renovaciones de manera indefinida. (Buscaremos)una intervención de plazos mayores, que no vengamos cada 15 días discutir desde cero aquí al Congreso".

El estado de excepción fue aprobado con 118 votos a favor, 20 en contra y dos abstenciones en la Cámara de Diputados y 38 respaldos en elSenado. El único voto en contra fue el de la senadora Fabiola Campillai, y solo se abstuvo José Durana.

Desde la llegada de Carolina Tohá a La Moneda, la medida dejó de estar concentrada solo en caminos y se añadió que la acción de los militares tiene como prioridad proteger la vida.

Critican coordinación

La oposición, si bien valoró la aprobación del nuevo estado de emergencia, criticó la coordinación operativa en terreno.

Miguel Mellado (RN), por ejemplo, dijo que las personas en La Araucanía no se "sienten protegidas", pues la coordinación entre FF.AA. y de Orden no estaría dando buenos resultados. La diputada UDI Flor Weisse pidió por su parte "una fiscalización de parte de las policías en coordinación con las Fuerzas Armadas que sea mucho más eficiente. En los hechos, en lo real, en la práctica, en el terreno no se ha visto mayor capacidad de fiscalización".

Una curiosa cadena de incidentes involucraron al chofer del vehículo fiscal que traslada al presidente de la Cámara de Diputadas y Diputados, Raúl Soto.

Durante la mañana de ayer se informó que el funcionario denunció haber sido víctima de un portonazo cuando salía de su casa en la comuna de Pudahuel. Según esta versión, desconocidos lo abordaron en el acceso a su domicilio con la intención de arrebatarle el auto e ingresar a robar a su casa. Él, para evitar la acción delictual, chocó el vehículo contra la reja, lo que afectó también a la de sus vecinos.

El teniente de Carabineros Bastián Insunza entonces informó que al acudir a "un procedimiento de robo frustrado", el afectado "que sería el conductor del presidente de la Cámara de Diputados" les relató que "a las 6:15 horas aproximadamente" había sido atacado por cuatro personas que luego de las maniobras evasivas del chofer "se dieron a la fuga en un vehículo de color negro".

Sin embargo, horas más tarde, el Servicio de Encargo y Búsqueda de Vehículos de la institución policial dio a conocer que tras revisar los registros de cámaras de seguridad del barrio, determinaron que no hubo tal intento de robo, sino que el choque se debió simplemente a una mala maniobra del funcionario.

En ese momento se habló de una posible detención del conductor por hacer una denuncia falsa ante la policía. Y como posible explicación del accidente se apuntó que el vehículo tiene transmisión automática y el empleado pudo haber pisado el acelerador en lugar del freno.

Tras conocerse este nuevo escenario, la Cámara de Diputados instruyó un sumario contra el chofer "que establecerá las eventuales responsabilidades del funcionario involucrado". Además informó que el Ministerio Público y las policías investigan el hecho y que "esperamos tener a la brevedad todos los antecedentes que permitan esclarecer el hecho y perseguir las responsabilidades que correspondan".

La empresa sueca de diseño (Ikea) se ha instalado en Chile y apenas ello ocurrió ha recibido más de tres millones de visitas en su sitio web y casi trescientas mil personas ha in do a su sala de ventas apenas a treinta días de su apertura.

¿Hay alguna relación entre ese fenómeno y la política?

Desde luego parece haber una gigantesca inconsistencia entre esos miles de personas ocupadas de conocer y comprar ese producto sueco (el diseño aplicado a la vida cotidiana) y los diagnósticos que, ya casi con porfía, se han formulado, y se siguen formulando, respecto del Chile contemporáneo. El embajador Javier Velasco y el propio presidente Boric --cada uno a su modo, uno sin remilgos, el otro envuelto en eufemismo y en idas y venidas-- insisten en que Chile es un país donde las mayorías rechazan el tipo de modernización que el país experimentó en los últimos treinta años. La reciente derrota electoral (que eso y no otra cosa fue el plebiscito donde se rechazó el proyecto constitucional) sería el fruto de engaños masivos, o, como acaba de decir el presidente, de andar demasiado rápido, más rápido que la gente, la misma a la que se quiere redimir evitándole un sistema que abusaría y enajenaría.

Bastaría sin embargo mostrar el fenómeno Ikea (o los eventos masivos que se multiplican y que a pesar de su abundancia siempre se hacen escasos) para advertir cuánto ha cambiado la cultura cotidiana y de qué forma las rutinas del consumo y del mercado se viven por las mayorías históricamente excluidas de una forma que se aleja de la manera en que describen esa experiencia muchos jóvenes burgueses del Frente Amplio (que más que la falta de consumo es probable que hayan experimentado su hartazgo).

Una abundante literatura enseña que la experiencia del consumo es muy otra que una práctica de enajenación, como ha sugerido tradicionalmente la izquierda, y muy distinta también a una experiencia absurda de despilfarro y mal gusto, como muchas veces la describió la derecha aristocratizante.

Para las mayorías históricamente excluidas (muchas de las cuales salieron de la pobreza en las últimas tres décadas, como acaba de recordar el expresidente Lagos al reprender, no hay otra palabra, al embajador de Chile en España quien pintó un cuadro sombrío del Chile contemporáneo, de esos que gustan a las audiencias europeas a las que no les sienta bien un país sudamericano más o menos decente) la experiencia de consumir es una práctica de autonomía y, hasta cierto punto, de modelar la propia vida. Hoy se sabe que la gente, en su mayor parte, no compra para sí, sino para aquellos con los que posee vínculos, y en el acto de comprar para otro hay también un anhelo de configurarlo, de comunicar cómo se le quiere ver. En consumo posee pues un profundo significado simbólico para quien participa de él y forma parte del esfuerzo de las personas para construir su propia identidad y experimentarse como dueños de sí mismos. Alfred Marshall, quien escribió casi al mismo tiempo que Marx, y quien es el padre de la economía neoclásica (un abuelo, podría decirse, de lo que hoy, con afán polémico, se llama neoliberalismo) observó que la gente comercia y consume la mayor parte de las veces no para satisfacer necesidades, sino que lo hace, dijo, "para distinguirse".

Basta dar un vistazo al fenómeno Ikea y otros semejantes para advertir cuánta verdad hay en esa observación de Marshall y la importancia posee hoy la práctica del consumo masivo y cómo ella desmiente la imagen de esa mayoría abusada y doliente que la izquierda del Frente Amplio intenta devolverle a las grandes mayorías las que, al no reconocerse en ella, se niegan a seguirlo sin más.

Y no es que la gente ande lento y el Frente se haya apurado -como sugirió en su enésima frase el presidente Gabriel Boric- es que la gente va para otro lado.

Carlos Peña