Baja donación de órganos y tejidos
La donación de órganos y tejidos es un acto voluntario y gratuito, por el cual una persona o su familia deciden cederlos para que sean extraídos e implantados en otra persona. Puede ser realizada por personas vivas que lo aportan a algún familiar, siempre que no altere el funcionamiento vital de su cuerpo, o por pacientes fallecidos, previa autorización de su entorno.
Lamentablemente tanto las cifras de donaciones como las de trasplantes en Chile son insuficientes. El año pasado, a nivel país hubo solamente 129 donantes, de los cuales diez correspondieron a la Región de Biobío. Por ello, las autoridades de Salud acudieron hasta el Hospital Las Higueras, en Talcahuano, para hacer un llamado a las personas, a participar en estos aportes altruistas, y a la vez poner de relevancia el Día Nacional del Donante de Órganos y Tejidos, que se conmemora cada 27 de septiembre.
Nuestro país tiene una baja tasa, que bordea los 10,4 donantes por millón de habitantes, mientras que en naciones europeas se superan los 30 donantes por millón de habitantes. En Chile, según la ley, todas las personas mayores de 18 años de edad son donantes, a menos que en vida acudan a una notaría y declaren la voluntad de no serlo. No obstante, la palabra final la tienen los familiares.
Los aportes están muy lejos de cubrir la demanda de más de 2.400 pacientes que se encuentran en lista de espera en el país, muchas de las cuales requieren de un trasplante para poder seguir viviendo. En Chile, el número de aportantes ha ido en descenso. En 2017 hubo 173, que se tradujeron en 450 intervenciones a pacientes que esperaban algún procuramiento. En 2018, fueron 119 donantes, que se materializaron en 342 trasplantes, considerando que de cada persona se extraen varios órganos. En los años posteriores, la declaración de emergencia sanitaria por la pandemia hizo dejar de lado el tema, para poner todos los esfuerzos en el combate contra el covid-19.
Si bien son muchas las personas que en vida expresan su decisión de que al fallecer donarán sus órganos, los familiares rara vez respetan esa determinación, y la negativa ha ido en aumento. En 2003, el 30% de los parientes se oponía a la cesión de órganos de sus seres queridos, cifra que en 2019 se elevó a 59%. La ley mantiene como familiares que pueden oponerse a la donación, al cónyuge o conviviente civil, hijos mayores de 18 años, padres, representante legal, hermanos y nietos mayores de edad.
En el caso de los donantes fallecidos, la extracción se realiza en pabellón, con cirujanos especializados. De cada paciente fallecido, se obtienen varios órganos, por lo que esa decisión solidaria puede ayudar a salvar a unas cuatro o cinco personas. El protocolo seguido en Chile para la donación se conoce como procuramiento, que se realiza una vez que la persona muere, mediante exámenes ejecutados por expertos, quienes determinan si hay compatibilidad con pacientes en lista de espera. Tras el análisis, se entrevista a las familias para conocer si existe voluntad para llevar a cabo la donación. No obstante, éstos pueden negarse aunque el paciente haya tomado la decisión en vida, lo que se podría revertir paulatinamente en la medida que se entienda la necesidad de salvar vidas por esta vía.
Es cierto que la muerte significa un padecimiento para las familias de los donantes y quienes esperan los órganos en momentos de suma complejidad, pero los procedimientos quirúrgicos para los trasplantes se han perfeccionado y la experiencia adquirida constituye, en todo el mundo y en nuestro país, una alternativa válida para enfrentar enfermedades que de otra forma no tendrían curación posible dado el deterioro del órgano y las condiciones del enfermo. La donación puede traer resignación e incluso de conformidad, cuando las familias ven que los órganos de su ser querido están contribuyendo a la prolongación de la vida de otra persona.
En el caso de los donantes fallecidos, la extracción se realiza en pabellón, con especialistas. De cada persona fallecida se obtienen varios órganos, por lo que esa decisión puede salvar cuatro o cinco vidas.