Sustentabilidad: los avances logrados en la Región y el trayecto que aún hay que cubrir
Reforestación, cambio en la matriz energética y nuevas normas son aspectos que ya cuentan con resultados locales. No obstante, aún falta, aseguran, para acercarse a un ideal en esta materia. Experta internacional en tierras raras compartió con alumnos y académicos de la Universidad de Concepción un proceso de rescate de estos elementos, críticos para el futuro del planeta, que es único en el mundo: limpio, simple e inocuo para el medio ambiente.
E l concepto de sustentabilidad se encuentra presente en diferentes lineamientos de la Estrategia de Desarrollo Regional del Biobío, dándole a esta materia una importancia que hasta hace algunas décadas no tenía. Por ejemplo, cuando se habla de "Ciudad y territorio", se pretende "promover una relación sustentable de ciudades y territorios con su entorno natural en el punto referido a la "Infraestructura", se menciona que hay que incorporar energías renovables y limpias, además de resguardar un suministro estable, seguro y equitativo de la energía en el territorio.
No hay duda de que las intenciones de los distintos actores públicos y privados de la Región van por ese camino: ser responsables, como sociedad, con el medio ambiente, el entorno natural y los recursos que nos brinda el planeta.
Pero ¿cómo vamos al respecto?, ¿estamos logrando el objetivo?, ¿la Región es un territorio que se preocupa de ser más sustentable?, ¿qué se hace para serlo? Katherine Brintrup, directora de Ingeniería en Energía y Sustentabilidad Ambiental de la Universidad San Sebastián (USS), opina que la Región del Biobío avanza a paso firme en términos de sustentabilidad, ya que existen iniciativas que fomentan, por ejemplo, la reforestación, con el valor agregado que implica el incluir a la ciudadanía en esta labor. "Por otro lado, existe un recambio en nuestra matriz energética, el que incluye la baja de centrales termoeléctricas y la construcción de nuevos proyectos de energía renovable en la Región", dice.
Respecto al mismo punto, Alejandro San Martín, director de carrera de Ingeniería Civil en Minas e Ingeniería Civil en Metalurgia de la Universidad Andrés Bello (Unab), concuerda en lo referido a la descarbonización de la matriz eléctrica del nuestro territorio, y suma como un indicador destacable la reciente aprobación de la política regional de biodiversidad. Sobre el último punto dice que es "un elemento central para avanzar hacia una gestión territorial sustentable, esto es que los proyectos se instalen en zonas adecuadas para ello y se protejan los principales ecosistemas de nuestra región".
Entonces es claro que hay acciones que promueven un Biobío más sustentable, sin embargo, falta mucho camino por recorrer para acercarse a un ideal. Brintrup sostiene que, en el caso de los proyectos de energía renovable, es necesaria una planificación territorial, ya que incluso estos generan externalidades ambientales, por lo tanto, también debe ser evaluada la capacidad que tienen los ecosistemas para recibirlos. "Además, es necesario la puesta en marcha y creación de normas que impulsen iniciativas de eficiencia energética y economía circular en todas las organizaciones", agrega.
Por su parte, San Martín vislumbra dos desafíos en el mediano plazo para la Región. El primero tiene relación con darle una bajada a nivel comunal a todos los instrumentos de planificación territorial que se están aprobando, como la mencionada política de biodiversidad. "O los Planes Regionales de Ordenamiento Territorial (PROT), de manera de lograr una correcta convivencia entre los distintos sectores productivos y sociales".
El segundo desafío es que, a partir del 2023 se comenzarán a ver los primeros resultados tangibles de la ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), con la recogida masiva de envases y embalajes desde las casas y puntos de reciclaje. "Es esperable que este sea el punto de partida hacia una economía más circular para nuestra región", plantea el académico.
COMUNIDAD
Ambos docentes destacan que hay iniciativas en marcha que se pueden destacar por su carácter "sustentable". Katherine Brintrup recuerda, por ejemplo, el plan de reforestación en el cerro Caracol, liderado por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo Biobío y la Fundación Reforestemos. "Además, entre 2021 y 2022 se han aprobado 32 proyectos de energía renovable en la Región del Biobío, lo cual es un claro indicador del incremento de este tipo de instancias", asevera.
Alejandro San Martín destaca la labor que realizan las denominadas empresas B, de las cuales hay varios ejemplos locales, afirma. "Estas incorporan desde sus lineamientos estratégicos el aportar no solo al desarrollo económico sino también al social y ambiental, por lo que son constantemente auditadas de manera de asegurar que todos sus proyectos contemplen este triple impacto".
Pero por muchos proyectos o iniciativas que se hagan en este sentido, siempre es necesaria la participación comunitaria, la que muchas veces puede adolecer de conocimiento o información sobre estos temas.
La académica de la USS piensa que en general la comunidad tiene nociones de sustentabilidad, sin embargo, muchas veces la ciudadanía no tiene las herramientas disponibles para implementar medidas más sustentables. "Por ejemplo, no tiene a disposición una recolección de residuos asimilables a domiciliarios con segregación y posterior reciclaje, o la opción de compras más sustentables, por lo tanto, existe una brecha estatal y municipal que no está cubierta para que la ciudadanía aporte con su grano de arena. Sí creo que es necesario cubrir brechas de educación ambiental, en torno a los ecosistemas, en especial los urbanos, sobre el consumo responsable, manejo de residuos, huella hídrica y de carbono".
Alejandro San Martín opina que se ha avanzado bastante en la educación de la comunidad, en especial en los niveles escolares y preescolares, no obstante, apunta a que aún se ven contenedores de reciclaje llenos de residuos que no corresponden, mucha basura en las ciudades, campos y playas y en general una actitud muy individualista que no permite avanzar hacia el bien común.
"Es por ello que una mezcla de restricciones normativas, incentivos económicos y educación ambiental debieran ser el camino a seguir hasta lograr una internalización de la importancia y significado de la sustentabilidad en una gran mayoría de la población", concluye el académico de la Unab.
"Biobío tiene una oportunidad única para liderar la lucha contra el cambio climático"
E n el mundo y en Chile, es urgente avanzar en la transición energética y en la viabilidad de tecnologías limpias, para asegurar un desarrollo responsable que permita mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas y el medio ambiente.
En nuestro país, la Ley Marco del Cambio Climático y la Estrategia Nacional de Electromovilidad, entre otras iniciativas, plantean metas exigentes y necesarias, con el objetivo de convertir a Chile en carbono neutral. Una de ellas es que al 2035 la venta de vehículos livianos y medianos sean 100% eléctricos, para seguir en los siguientes años con otros transportes terrestres y eventualmente conseguir la electrificación total.
En este desafío, así como el litio o el hidrógeno verde, hay elementos claves para combatir el cambio climático que en el mundo se han definido como críticos para el desarrollo de las tecnologías limpias. Se trata del Disprosio, Terbio, Neodimio y Praseodimio, entre otros, que se clasifican como tierras raras. Biobío puede convertirse en la principal zona en el mundo proveedora de tierras raras con un sistema único, limpio, simple e inocuo para el medio ambiente.
En el marco de una charla sobre innovación en el proceso de cosecha de tierras raras a alumnos y académicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, la profesora del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Toronto y directora en Aclara, Gisele Azimi, nos cuenta los avances y oportunidades para la Región del Biobío y el país como productor de estos elementos.
-Doctora Azimi, ¿qué son las tierras raras?
-Tierras raras se denomina al conjunto de 17 elementos que incluyen el Disprosio, Terbio, Neodimio y Praseodimio, fundamentales para la electromovilidad, energías renovables y la tecnología limpia, dados sus usos en la fabricación de vehículos eléctricos y turbinas eólicas. Además, estos elementos están presentes en múltiples productos y aplicaciones de uso diario como los smartphones, equipamiento de salud y la aeronáutica, entre muchas otras.
-¿Cuáles son las propiedades de las tierras raras que las hacen claves para el cambio climático?
-Las tierras raras tienen propiedades magnéticas, espectroscópicas y catalíticas que son únicas. Por lo tanto, se han convertido en un componente principal de muchas tecnologías verdes. En la zona del Biobío se encuentra una alta presencia de Disprosio y Terbio, además de las tierras raras livianas Neodimio y Praseodimio. Estos elementos son críticos para la producción de magnetos permanentes de alto rendimiento, empleados principalmente en la fabricación de los motores para los vehículos eléctricos y aerogeneradores para producir energía eólica.
-¿Qué innovación existe en el mundo para cosechar las tierras raras de manera sostenible?
-Vine al Biobío a dar una charla sobre un nuevo proceso de cosecha de tierras raras que nace justamente en esta zona, gracias al desarrollo de una innovación forjada por el talento de profesionales de Aclara que se apoyaron en académicos de la Universidad de Concepción y en académicos internacionales de la Universidad de Toronto en Canadá. Desde acá se creó un proceso de producción, inédito en el mundo, que queremos aplicar en el Módulo Penco y así revolucionar la oferta de tierras raras. Por primera vez en el mundo va a existir una fuente sostenible y verde de estos importantes elementos.
-¿Qué características especiales tiene este sistema?
-Se trata de un circuito cerrado que recircula el 95% del agua del proceso y tiene un consumo muy bajo de este recurso, apenas 10 litros por segundo, muy por debajo a lo usado en la mayoría de actividades productivas. Es un proceso limpio, que utiliza fertilizantes comunes para separar los minerales de las arcillas y luego devolverlas al suelo de forma inocua, pudiendo revegetar con especies nativas.
Además, no requiere tronaduras, lo cual lo diferencia de la producción convencional. Tampoco necesita chancado ni molienda, reduciendo así el consumo de energía y la huella de carbono. Otro atributo es que no se extrae ningún elemento radiactivo, a diferencia de otros productores de tierras raras alrededor del mundo. Es sin duda uno de los procesos más sostenibles que puedan existir a nivel global.
-¿Qué oportunidad tiene Penco en materia de producción de magnetos de tierras raras para combatir el cambio climático?
-Biobío tiene una oportunidad única para liderar en la lucha contra el cambio climático. Las arcillas de Penco contienen las tierras raras pesadas más demandadas del mundo y pueden obtenerse con un proceso muy sencillo y limpio. Pero sumado a esto, el potencial de investigación, desarrollo e innovación que se genere desde la academia, gremios y proveedores locales de la zona, puede iniciar un camino hacia la manufactura de magnetos permanentes de tierras raras desde Chile al mundo y dar un nuevo posicionamiento a la Región y el país. Tenemos que luchar contra el cambio climático y permitir la descarbonización de nuestro planeta por el bienestar de las generaciones del presente y futuro.