Por Nicolás Álvarez Arrau

Las ventas presenciales del comercio minorista de la Región del Biobío evidenciaron una caída de 22,2% real anual en julio, según evidenció el último informe presentado por la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC). Con esta estadística la zona cerró los primeros siete meses del año con un alza de 3,5%. Respecto a junio de este año y julio de 2019 también hubo crecimientos de 1,9% y 17,9%, respectivamente.

Pese a todo, el panorama se ve crítico. Tanto Biobío como las regiones de Valparaíso y Metropolitana -las zonas estudiadas por la CNC- acumulan tres meses de descensos consecutivos. De acuerdo a la gerente de Estudios de la entidad, Bernardita Silva, la baja se debe en gran parte a un tema de base de comparación, ya que julio de 2021 alcanzó el mayor nivel de ventas en el segundo semestre del año pasado. Agrega que este efecto se seguirá repitiendo en los siguientes meses.

A este escenario de desaceleración suma el comportamiento de las recientes cuentas nacionales, como el PIB. "Durante el segundo semestre seguiremos experimentando fuertes caídas en las ventas del comercio minorista. Las altas bases de comparación seguirán influyendo fuertemente en los resultados hasta fines de año, junto a los altos precios que afectan el nivel adquisitivo de las personas, el estancamiento en la creación de empleos formales y los altos niveles de incertidumbre que enfrentamos hacia adelante", precisa Silva.

Aumento del desempleo

Juan Antonio Señor, presidente de la Fecomtur Biobío, proyecta que el déficit seguirá su camino en los próximos meses, lo que lleva a pensar en un eventual recrudecimiento del desempleo local hacia finales noviembre. Según el último reporte del INE -correspondiente al trimestre mayo-julio-, la tasa de desocupación de la Región llegó a l 7,1%, con 51.996 personas sin trabajo.

Para evitar dicho panorama, el dirigente dice que hay que tomar algunas estrategias a modo de anticipar el problema. Por un lado, advierte que la caída generalizada debe ser enfrentada a través de del ajuste de gastos, como papelería, luz, agua o gas.

"También hay que sacarle punta al lápiz y ponerse más ágil en la presentación de productos. Un empresario comercial debe ser más proactivo, mejorar vitrinas y todo lo que es marketing de venta. Ajustar un poco los márgenes a mínimos que permitan al negocio sobrevivir igual es una buena política", remarca Señor, quien añade la posibilidad de que el Estado se anticipe y genere una nueva línea de subsidios que disminuya los costos a las empresas y solvente el desempleo estimado para los meses venideros.

Las proyecciones de la Cámara de Comercio de Concepción tampoco son óptimas, más aún cuando las ventas de septiembre bajaron en 30% respecto al mismo mes de 2019. Desde el gremio coinciden con el análisis de la CNC, aunque dicen que puede ser mucho peor hacia finales del último trimestre de 2022.

Sara Cepeda, presidenta de la entidad penquista, dice que ya hay locatarios que tienen pensando poner punto final a sus negocios. El bajo nivel logrado este último tiempo y el oscuro escenario futuro hacen tomar este tipo de decisiones.

"Hay muchos locales que estaban esperando ver si subían un poco las ventas en septiembre, pero no fue así. No se ven muy buenas perspectivas de aquí al último trimestre debido a las políticas poco claras del gobierno, y las ayudas tampoco han llegado", sostiene.

Dentro de las estrategias que podrían implementarse, Cepeda dice que en primer lugar es necesario resolver totalmente el tema de inseguridad en el centro de Concepción, a fin de que la gente se sienta segura y visite los locales. A eso suma el trabajo concreto con la Seremi de Economía para generar proyectos que tengan resultados, "pero ahora ya".

En el mejor de los casos, el panorama óptimo recién se verá a fines de 2023, de acuerdo al gremio.

No son tiempos fáciles de leer en materia inmobiliaria. Hay varios "pelos en la sopa" que provocan que el análisis no sea sencillo: alza en los materiales de construcción, inestabilidad socio-política, efectos Covid y un largo etcétera, complican cualquier evaluación.

Sin embargo, de algo estoy seguro: el mercado inmobiliario está lejos de una nueva crisis subprime.

En ese período, una fuerte contracción de ventas provocó una caída estrepitosa de los precios, donde hubo las llamadas "ventas nocturnas" con descuentos nunca antes vistos.

Varias inmobiliarias se vieron muy complicadas de caja, con un alto nivel de stock sin vender y plazos de crédito agotándose y tasas de interés draconianas sobre las espaldas.

Hoy, el panorama es distinto. Los costos de construcción hacen imposible bajar mucho más los precios y la composición de la oferta también permite a los desarrolladores moverse con mayor margen de acción. Lo cierto es que ellos aprendieron la lección y ante las primeras señales de ajuste de la demanda, muchos comenzaron a disminuir el ingreso de proyectos. Tanto así, que en poco más de un año prácticamente no habrá nueva oferta, si es que no se reactiva el mercado.

Con esto, el stock puede absorber una demanda que no es nula, pero que sí ha cambiado drásticamente de perfil. Con las condiciones hipotecarias actuales, la mayoría de las personas naturales que compran son quienes van a vivir efectivamente en la propiedad; los inversionistas hormigas que buscan oportunidades de ampliar su portfolio son cada vez menos.

En el caso de los inversionistas de mayores espaldas, muchos han optado por diversificar sus carteras, viendo más hacia afuera que dentro de Chile.

En este escenario, los multifamily parecieran tener la cancha despejada para seguir sumando protagonismo.

Para ellos, el negocio sigue siendo atractivo pues las propiedades en arriendo no han hecho más que subir, dada las mayores restricciones de crédito hipotecario para las personas naturales.

Ahora habrá que esperar a ver qué pasa con el proceso constitucional y la elección de constituyentes.

Hasta que eso no ocurra, es difícil ver cómo se comportarán las ventas y el perfil de quienes adquieran propiedades. Lo único que está claro es que no es una nueva subprime.

Ignacio Ruiz,

ingeniero

comercial

Un total de 50 usuarios y usuarias del programa Prodesal de Arauco, recibieron 7.000 kilos de fertilizantes por parte de Indap en el Centro Cultural de Arauco.

La entrega, que se enmarca en el Plan "Siembra por Chile", está beneficiando a un total de 223 agricultores y agricultoras de la comuna de Arauco, quienes están recibiendo 48 mil kilos de fertilizantes con el objetivo de reactivar los cultivos tradicionales como: papas, trigo, avena, y leguminosas. La actividad contó con la participación de la directora regional (s) de Indap, Jeannette Larenas, la alcaldesa de Arauco, Elizabeth Marican, el jefe del Área Indap Arauco, Javier Pampaloni, y autoridades invitadas.

Según indicó Larenas esta iniciativa es parte del plan del gobierno que busca aportar a la reactivación económica del país, la mitigación de precios, la generación de empleos y la seguridad alimentaria de sus habitantes. "El plan Siembra por Chile, nace para ir en ayuda de los pequeños y medianos agricultores, con el fin de apoyarlos en sus sistemas productivos", precisó.

Elizabeth Marican, alcaldesa de Arauco, valoró el apoyo que se está entregando a los agricultores, considerando el alza en los precios de los fertilizantes, "gracias a estos insumos, los agricultores podrán asegurar la producción local de alimentos, que es tan importante para nuestra comuna y la provincia".

Ana María Torres, usuaria del Prodesal de Arauco, sostuvo que "para todos los agricultores es importante recibir fertilizantes para seguir cultivando; más aún con el alto costo que han alcanzado, lo cual nos ayuda a disminuir el gasto en la producción".