Carlos III en el Parlamento británico: "No puedo evitar sentir el peso de la historia"
El monarca dio su primer discurso frente al órgano legislativo y dijo que respetará los "principios constitucionales". Hoy estará en Irlanda del Norte.
Carlos III del Reino Unido afirmó ayer, en su primer discurso como rey ante los miembros del Parlamento británico, que reinará de forma "desinteresada" como lo hizo su madre, Isabel II, y con respeto "a los principios constitucionales".
El nuevo monarca recordó el legado de la soberana, fallecida el pasado jueves a los 96 años, en respuesta a los mensajes de condolencias que previamente le habían transmitido los presidentes de la Cámara de los Lores (alta), John McFall, y los Comunes (baja), Lindsay Hoyle, en el edificio de Westminster Hall.
McFall y Hoyle alabaron la labor "de liderazgo y servicio" de su difunta majestad y prometieron lealtad al nuevo monarca, con la confianza de que reinará en base al principio constitucional de monarquía parlamentaria.
"Estando aquí ante ustedes hoy (ayer), no puedo evitar sentir el peso de la historia que nos rodea y que nos recuerda las tradiciones parlamentarias cruciales a las que los miembros de ambas Cámaras se dedican con tanto compromiso personal", declaró Carlos III en su intervención, después de escuchar a los políticos sentado en un trono junto a la reina consorte, Camila.
Isabel II fue "un patrón para todos los príncipes vivientes", manifestó, citando a William Shakespeare en Enrique VIII, al recordar el reinado de su madre, que el pasado 6 de febrero impuso el récord de 70 años en el trono.
La reina "se comprometió a servir a su país y a su pueblo y a mantener los preciados principios del gobierno constitucional que constituyen el corazón de nuestra nación", declaró Carlos III.
"Sentó un ejemplo de deber desinteresado que, con la ayuda de Dios y el consejo de ustedes, estoy resuelto a seguir fielmente", mantuvo.
Previamente, los representantes de las dos cámaras transmitieron sus sentidas condolencias en nombre de todos los parlamentarios, en una solemne ceremonia en la que el luto de los asistentes se combinó con el oro y el terciopelo rojo de la parafernalia real.
Lord McFall recordó que Isabel II visitó muchas veces durante su reino las Casas del Parlamento, en el centro de Londres, no solo para inaugurar anualmente las sesiones parlamentarias sino también en otros eventos históricos, y siempre fue un ejemplo de "líder y servidora de su pueblo".
Admitió que muchos "habían cerrado los ojos" a la realidad de que su reinado acabaría. "Pero acabó", constató, antes de prometer lealtad a su sucesor y desearle lo mejor, junto a la reina consorte, "en la vida de servicio a la que se ha dedicado".
Hoyle destacó la sensación de pérdida que experimenta todo el Reino Unido, otros territorios británicos y los países de la Commonwealth (excolonias), en catorce de los cuales Carlos III es ahora el rey.
"Por más profundo que sea nuestro dolor, sabemos que el suyo lo es aún más", le dijo al monarca.
Ayer el soberano se trasladó a Edimburgo y recibió en una audiencia en Holyroodhouse a la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon. Posteriormente acudió al Parlamento autónomo para escuchar y contestar al mensaje de condolencia de los diputados, lo que también hará en días sucesivos en Belfast y Gales.
A irlanda del norte
Carlos III y su esposa Camila tenían previsto arribar hoy a Belfast para participar en diferentes eventos programados tras su proclamación como nuevo rey el pasado sábado, un acto que fue repetido, sin su presencia, ayer domingo en la capital norirlandesa.
Por la mañana los planes eran ir al castillo de Hillsborough, a las afueras de Belfast, para reunirse con el ministro británico para Irlanda del Norte, Chris Heaton-Harris, y con representantes de los principales partidos de la región.
La pareja real también recibirá las condolencias de la ciudadanía norirlandesa transmitidas por el presidente de la Asamblea autónoma, el dirigente del Sinn Féin Alex Maskey (ver recuadro).
Por la tarde asistirán a un servicio religioso en la Catedral de Santa Ana de Belfast en recuerdo de Isabel II.