Corcudec resguarda las reliquias de la Sinfónica
La corporación conserva diversas partituras de la orquesta, las que constituyen un archivo inédito e invaluable.
En un concierto sinfónico uno de los elementos más importantes y casi ocultos al público son las partituras.
Es así que, entendidas como un material invaluable y verdaderas reliquias en papel, la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción (Corcudec) resguarda más de mil 500 partituras de la Orquesta Sinfónica.
Todo en dos bodegas al interior de la corporación, situada en las mismas instalaciones del Teatro UdeC, frente a la Plaza Independencia.
De acuerdo al encargado del archivo, Juan Carlos Araya, "esta recopilación de partituras comenzó aproximadamente en 1965. Principalmente para, guardarlas, mantener un orden y clasificarlas para quienes vayan a interpretar estas obras".
Y es que, precisamente, la idea de resguardar este material es que estos mismos archivos puedan ser usados por los músicos en las tradicionales temporadas sinfónicas que presenta la Orquesta.
Invaluable
Este archivo contiene partituras musicales para instrumentos, partituras de director y material completo de óperas, divididas en música de cámara, sinfónica y óperas completas.
En ellos se encuentran composiciones de Beethoven, Sain-Saëns y Holst, así como soundtracks de películas como "Interstellar" (2014), "Apollo 13" (1995) y "First Man" (2018), son algunas de las obras que conserva y cuida la institución para su nuevo uso en conciertos.
Precisamente, para ayudar a esto último, las bodegas que albergan el "Archivo de Partituras Corcudec" son oscuras y sin ventanas, para evitar la humedad y los ácaros, ya que estos destruyen y deshacen el papel con el paso del tiempo.
Además, como en todas las orquestas del mundo, la Corcudec guarda estos documentos en cajas especiales de cartón, libres de ácidos y otros elementos que también puedan arruinar las impresiones.
"Esto crece, nunca decrece, porque cuando llega el momento en que una obra está muy destruida, o hay que comprarla de nuevo, fotocopiarla o bajarla de internet, pero no pierde su espacio, no se elimina nada", expresó Araya.
Y es que, a diferencia de las bibliotecas tradicionales, que dan sus libros de baja cuando quedan obsoletos -o desactualizados- la Orquesta no da de baja archivos ni excluye a ninguna obra que llegue.
De acuerdo al encargado del archivo, "la música clásica no pasa de moda. A veces se dan de bajas obras en formato físico, porque su destrucción está muy avanzada. A pesar de esto, la orquesta aún usa materiales que tienen hasta 50 años de antigüedad".
Con respecto al uso de estas partituras, las obras son de uso exclusivo de Corcudec, ya que se deben pagar los derechos de autor y los derechos a las editoriales si es que los archivos no son de dominio público.
"Existe gran cariño a la reserva de estas partituras, ya que significan una herramienta fundamental de trabajo. Es motivo de consulta para los y las integrantes de la orquesta y también director, en cada una de las temporadas a lo largo de los años", señaló Araya.