Comer frutos secos reduciría el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
Si bien ofrecen diversos beneficios para el organismo, los frutos secos se deben consumir con moderación para no subir de peso y no confundir con las frutas deshidratadas, que tienen un alto contenido de azúcar.
Con la llegada del invierno, aumentan las ganas de comer productos o tentempiés con muchas calorías como empanadas o pasteles, perjudicando con ello nuestra salud. Una alternativa mucho más sana, económica, fácil de guardar y empaquetar son los frutos secos. Estos alimentos, tales como almendras, avellanas, nueces, pistachos y castañas de cajú, entre muchos otros, son naturales y cuentan con propiedades nutricionales que benefician a nuestro organismo y nos protegen de enfermedades metabólicas.
"Los frutos secos son aquellos cuya porción comestible tiene en su composición menos del 50 por ciento de agua. Su consumo ha aumentado en nuestra población, siendo muy apetecidos, destacándose por su versatilidad y sabor. Además, se pueden comer en su estado natural o incluirlos en diferentes comidas o preparaciones, como en el desayuno, la colación y las ensaladas, por ejemplo", indicó Solange Martínez Gallegos, académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián sede Concepción.
AYUDA AL CORAZÓN
Las propiedades nutricionales son tan amplias como sus variedades. En líneas generales, se caracterizan por ser ricos en ácidos grasos insaturados y vitaminas E, fibra principalmente insoluble y arginina, lo que los hace ser alimentos muy saludables para fortalecer el sistema cardiovascular.
"Los ácidos grasos insaturados mejoran el perfil lipídico sanguíneo, reduciendo el colesterol total y el colesterol LDL (considerados como dañinos), mejorando la elasticidad de los vasos sanguíneos. Además, la fibra dietética insoluble brinda saciedad y ejerce un rol crucial sobre la microflora intestinal. También, son una buena fuente de proteínas de origen vegetal, destacando su contenido en arginina, aminoácido que, entre otras funciones, es precursor del óxido nítrico, cuya función es actuar como un vasodilatador y antiagregante plaquetario, reduciendo el riesgo de enfermedades circulatorias", indicó Solange Martínez.
Respecto a su contenido de vitamina E, este es un potente antioxidante y que, junto a otros componentes bioactivos, puede ser muy favorable no solo para el sistema cardiovascular, sino también para controlar el peso corporal. "Eso favorece la reducción de enfermedades metabólicas e inclusive se ha estudiado sus efectos sobre algunos cánceres", dijo la nutricionista.
CONSUMO
Lo positivo de estos productos es que los podemos encontrar en supermercados, almacenes de barrio y kioscos. Sin embargo, aunque sean accesibles por precio y lugares de venta, no se debe abusar de su consumo, ya que pueden hacer que las personas suban de peso y, además, se recomienda no confundirlos con las frutas deshidratadas que tienen un alto contenido de azúcar.
En lo que concierne a la manera de consumirlos, se aconseja seleccionar aquellos que vengan en su forma natural, y comerlos crudos para mantener intactas sus propiedades, como vitaminas y componentes termolábiles. Además, se sugiere elegirlos sin azúcar o sal, y evitar siempre los confitados.
"Los frutos secos deben consumirse con moderación de 3 a 7 porciones a la semana, considerando que una porción debe ser no mayor a un puño o bien un cuarto de taza y en el caso de las nueces de 5 a 6 unidades", recomendó Solange Martínez, magíster en Promoción en Salud Familiar y Comunitaria.
Todos los efectos protectores de la salud presentes en los frutos secos no se dan por un nutriente específico, sino por todos los que contienen estos sanos alimentos, generando un efecto sinérgico que beneficia a nuestro organismo.