Los 100 primeros días (y algo más) de Dresdner a la cabeza de la Delegación
Tres analistas de la zona estudian el desempeño de la socióloga en sus 107 días de ejercicio. Plantean que el contexto que vive la Región y la naturaleza misma del territorio son factores que han incidido negativamente en su andar. Consolidar su presencia y alcanzar una voz más fuerte asoman como las primeras urgencias.
Gobernar no es una tarea sencilla y quien diga lo contrario pecará, probablemente, de una soberbia extrema, sobre todo si es alguien que ha asumido cargos de poder. Para ningún gobierno lo ha sido en la historia y menos para el que encabeza Gabriel Boric, administración que debutó el 11 de marzo pasado luego de un proceso eleccionario sorpresivo y que hoy se sostiene gracias a dos coaliciones políticas, algo atípico si se compara con la situación del Ejecutivo en las últimas décadas.
Desde su debut han pasado exactamente 107 días y los errores y aciertos del nivel central se han extrapolado a las regiones. El trabajo de Daniela Dresdner a la cabeza de la Delegación Presidencial no ha estado exento de aquello y ya son varios los eventos que han marcado su estadía en uno de los dos cargos políticos más relevantes que hay en Biobío. En medio de sus primeros 100 días (y algo más), por ejemplo, la socióloga y expresidenta local de Revolución Democrática (RD) se vio envuelta en una polémica nacional al afirmar que "el gobierno no tiene manera de controlar la situación de violencia que se vive en la zona", hecho que llevó a los representantes de víctimas de atentados en la Macrozona Sur a pedir su renuncia a inicios de abril.
Durante ese mismo período, imágenes de medios de comunicación mostraron cómo la delegada escapó, literalmente, de un punto de prensa mientras era consultada por un ataque armado que dejó a dos carabineros heridos en Tirúa. Y suma y sigue, ya que la administración que lidera Dresdner debió en estos primeros meses lidiar con un paro de camioneros y con complejas manifestaciones en Central Pangue y Bocamina II, ambas instalaciones de Enel, y la Refinería Bío Bío de Enap. Respecto a este último caso es posible advertir, al menos, dos elementos de conflicto: su luz verde para que la fuerza pública desalojara el recinto y el audio que enfrentó las posiciones de la máxima representante del Ejecutivo en el territorio y la seremi del Trabajo Sandra Quintana, en relación a la veracidad de una propuesta realizada a los subcontratistas en huelga.
En el camino se añaden diferencias de opinión con el gobernador regional Rodrigo Díaz, las demoras en el nombramiento de los seremis y algunas renuncias del mismo equipo, como la del ex seremi de Educación Héctor Aguilera, quien dejó su plaza luego de emitir polémicas declaraciones con las que relativizó una denuncia de abuso en el Liceo La Asunción de Talcahuano. Sin tiempo para más, y enviando de inmediato al seremi al despeñadero, la delegada presidencial afirmó en su cuenta de Twitter que "no se puede relativizar una situación de abuso sexual y en esto no nos perdemos". Más adelante diría que "quien debería pedir disculpas es quien cometió el error".
Todo lo anterior es muestra de que su proceso de instalación estuvo lejos de ser algo fácil.
Evaluación general
La docente de la Universidad del Desarrollo (UDD) Lesley Briceño prefiere no poner una nota en particular al desempeño de la Delegación Presidencial del Biobío, en vista de que el rol de la entidad comprende un trabajo muy amplio. Pese a ello, dice que, en general, la Región se ha encontrado con una labor que no ha sido similar a lo experimentado en años anteriores con los representantes regionales del Presidente de la República. "Falta un liderazgo un poco más claro y se ha instalado la percepción de la falta de brújula del gobierno durante las primeras semanas, lo que además estuvo marcado por muchos errores o autogoles. Eso no solo muestra una falta de liderazgo, sino que descoordinación con el gobierno central, y eso ha costado bastante a la delegada presidencial en diferentes frentes vinculados a las comunidades mapuches o a los conflictos en zonas de sacrificio o de sectores productivos", plantea la profesional.
Jeanne Simon, profesora del Departamento de Administración Pública y Ciencia Política de la Universidad de Concepción (UdeC) y miembro de la Red de Politólogas, cree, en cambio, que hay un tema negativo que está directamente asociado al contexto que rodea a la autoridad. Por un lado, dice, Dresdner ha tenido que convivir con un gobernador independiente elegido democráticamente que no forma parte de una de las coaliciones gobernantes y que, además, fue exintendente. "Durante el gobierno de Piñera se observó una nula coordinación entre el gobernador y el delegado presidencial (Patricio Kuhn), por lo que ahora uno esperaba un poquito más, pero ha sido más complejo, especialmente a raíz de la inseguridad que hay en la Provincia de Arauco", precisa.
Agrega que el punto se complejiza en el choque de posiciones (con el gobernador regional) y en la mayor interacción con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, "que es de un partido tradicional de la zona". Por eso, la académica sostiene que ha sido una tarea difícil el que la delegada alcance el peso que debiese tener en materia de seguridad y orden. "Hay una serie de factores que no han ayudado a mejorar esa comunicación, y no sé si incide el hecho de que sea mujer", desliza Simon.
Para el cientista político de la Universidad San Sebastián (USS) y director de Asuntos Públicos de Observa Biobío, Lucas Serrano, los más de tres meses transcurridos son un símil de la administración gubernamental a nivel nacional, aunque precisa que en este corto tiempo es difícil obtener una apreciación completa. En un primer análisis, el experto sostiene que con todo lo acontecido queda claro que Biobío no es una región fácil para el gobierno, pues han ocurrido eventos arduos que tienen que ver con el fallido nombramiento de autoridades, con situaciones de algunas seremis, además de conflictos y el complejo panorama con la Provincia de Arauco, "en donde, quizá, la Delegación no ha estado necesariamente a la altura".
"No sé si uno haría una evaluación positiva o negativa (…) Está dentro de los márgenes esperables, pero con errores de instalación que han sido claros", remata Serrano.
Debilidades y fortalezas
En un análisis más fino, Briceño, Simon y Serrano advierten flancos preocupantes en el desempeño de la Delegación. En su mayoría, enfatizan que las debilidades se generan producto de decisiones que vienen desde el nivel central, como ocurrió con los nombramientos fracasados de algunas autoridades. En esta misma línea, observan también a una figura que, pese a su experiencia, está poco posicionada en el contexto político interno y que no cuenta con "herramientas y apoyos suficientes" para consolidarse en el cargo. Aunque, como explican, esto obedece a errores externos.
"Le ha faltado lo que le ha faltado al gobierno en líneas generales, que es un manejo político tradicional y al que está acostumbrada la ciudadanía (…) No le ha sido fácil y no se ha visto cómoda ejerciendo el rol de garante del orden público dentro de la Región, que es una atribución que queda dentro de su espacio", asegura Serrano.
Es en este panorama que parte de los académicos consultados piensan que Dresdner necesita una voz mucho más clara para dar seguridad a los actores de la zona y, de alguna forma, "marcar la cancha", proceso en el que también se requiere pensar y analizar los asuntos antes de emitir cualquier declaración, en especial en escenarios de emergencia como los de Arauco.
Pero, así como se advierten debilidades, igualmente existen fortalezas. Lo que más destacan es el ánimo por incluir diferentes visiones en su trabajo diario, en las reuniones con actores del ámbito regional. "Daniela Dresdner es una persona, una dirigente y una autoridad que busca comunicar claramente y de forma honesta (…) Es positivo en un sentido de ir reconociendo dónde estamos, y creo que ella ha ido aprendiendo, pero requiere una voz mucho más clara", insiste Jeanne Simon.
Briceño añade que esa comunicación se ha posicionado de forma activa en redes sociales, lo que representa una oportunidad de mejora en medio de una sociedad que cada vez más se familiariza al concepto de democracia digital. En este espacio es donde, por ejemplo, habría que dar cuenta de actividades distintas a lo tradicional, es decir, generar un discurso coherente y no solo mostrar a la delegada en tareas de seguridad, sino que en actividades vinculadas a la implementación de otro tipo de políticas públicas en la Región, según afirma la profesora.
Sobre los próximos meses, los profesionales dicen que es importante incorporar más experiencia política y hacer ajustes en cómo se transmiten los mensajes que decantan a la ciudadanía para potenciar la figura que asume la socióloga. Asimismo, se hace vital entregarle un rol más protagónico a la hora de asumir materias de seguridad y no depender tanto de lo que pueda hacer desde Santiago el Ministerio del Interior. Dicen, además, que es urgente establecer estrategias que permitan a la delegada liderar temas de empleo y mejorar su coordinación con Rodrigo Díaz y con los demás ministerios, "a fin de visibilizar esa coordinación y liderazgo".