Locales de ropa reciclada ganan espacio en el mercado de Concepción
Dueñas destacan la importancia de sus negocios para el cuidado del medio ambiente, ya que buscan disminuir el sobreconsumo de grandes marcas.
Según datos de la ONU, la industria textil produce el 20% de las aguas residuales en el mundo y es responsable también del 20% del desperdicio total de agua a nivel global y del 10% de emisiones de carbono. Datos importantes que se contrastan con que cerca del 73% de la ropa termina en la basura, acumulándose en grandes vertederos.
Como respuesta a esta sobreproducción de ropa es que nacieron locales que promueven la conciencia con el medio ambiente y que día a día intentan darle nueva vida a cientos de prendas que fueron desechadas por sus dueños y que, incluso, en algunos casos están como nuevas.
En 2015, Constanza Catalán decidió abrir "La Ropería", un punto de venta de ropa traída directamente desde Europa. "Estos tesoros son de calidad, son desechados sin estar en mal estado, o sea, son cosas que están en excelentes condiciones y que puede tener una nueva vida y que la gente allá las deja de usar", contó Catalán.
Precisó que junto a otras 50 personas le compran a un proveedor un container con una gran cantidad de prendas traídas de distintos países europeos cada 20 ó 30 días y que se divide entre los integrantes en partes iguales para evitar tener un sobre stock de ropa.
"Hay distintos puntos de Europa para dejar la ropa utilizada, según los instructivos, esta ropa tiene que ir lavada, doblada, guardada en bolsas plásticas y unas plantas de reciclaje se encargan de procesarla y categorizarla dependiendo de las calidades de la prenda y del tipo", detalló.
Afirmó que la idea es frenar el sobreconsumo de ropa ya que señaló que "las grandes marcas que producen ropa desechable son las culpables de sacar al mercado prendas que duran tres meses y, como a las personas le gustaba la ropa, pero era de mala calidad, terminan botando la usada y compraban una igual nueva".
Sin embargo, no han sido tiempos fáciles y desde marzo viven un momento muy complicado debido a la suma de varios factores que influyen en las ventas. Entre ellos se cuentan incluso la guerra en Ucrania, ya que impacta directamente en el precio del petróleo, lo que genera precios más caros y envíos más lentos. "Fue un mes complicado, pero los clientes siempre van en aumento y tenemos que estar atento a la variabilidad del flujo de clientes", añadió.
Moda conciente
Un trabajo similar realiza Maritza Quiroga, dueña de Mantra Kubera, quien trajo desde Estados Unidos un container con cerca de 60 mil prendas que ha almacenado producto de la pandemia. Sin embargo, dijo no querer ser como el resto y decidió darle un toque más de cuidado personal para añadirle un valor agregado a cada artículo de su tienda.
"Me dediqué a seleccionar la ropa para incluirla en mi boutique de moda consciente y para eso yo selecciono, lavo y plancho toda la ropa que tengo puesta en vitrina", contó. Trae desde Estados Unidos y aseguró que las prendas que hace 5 años podían costar entre $12 millones hasta $20 millones, sumando además los costos de la importación e impuestos.
Para sopesar los altos costos de adquisición junto al impacto de la pandemia y la baja clientela recibida en marzo, la emprendedora sostuvo que está agrupando la ropa para luego ser vendida por kilo, de esta forma podrá juntar el dinero necesario que invertirá en proyectos destinados a la casa que también sirve como feria permanente para cientos de pequeños emprendedores.
Al igual que Catalán, Quiroga también señaló haber pasado por un marzo bastante complejo. "Todos queríamos que terminara marzo, fue super lento en todo, pero gracias a dios ya pasó y tenemos que seguir avanzando", agregó.