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Independence", que es para llorar.
-Usted menciona en "Miércale" a Katherine Mansfield y a Sylvia Plath.
-Hace muchos años leí la correspondencia entre Sylvia Plath y su madre. Me llamó mucho la atención por lo gringa que era, lo digo con un tono peyorativo, está tan enloquecida con el éxito. En ese sentido tengo una mala memoria de ella como persona. Para mí sobre todo ella son sus poemas, es absolutamente extraordinaria, superior a su marido, Ted Hughes, que es un súper poeta. Ella tiene unas líneas en un poema, que tengo en una torre de libros al lado de mi cama, porque leo como 100 libros al mismo tiempo. Te las voy a leer, porque están entre lo más notable que he leído nunca: "Y un hombre ahogado quejándose del horrible frío,/ sale a rastras del mar". Imagínate, ahogado es muerto, no creo haber leído una imagen tan fuerte y clara del desamparo en el que estamos y del desamparo que yo siento muy a menudo. Y el diario de la Katherine Mansfield lo he leído mucho, y me encanta. Lo tengo subrayado entero, simplemente ella habla por mi boca muy seguido.
-No quería hablar por teléfono, dice que lo han tergiversado. ¿Cómo?
-No me acuerdo ahora específico, pero en entrevistas me ha pasado montones de veces. Por ejemplo, una como burda, donde dice que había estado en el siquiátrico. En el siquiátrico de Santiago está lo peor, los sicópatas que degüellan abuelitas, los que matan gatos. Yo nunca he estado en el siquiátrico, tengo un siquiatra, estoy en una terapia hace 22 años.
-¿Cuál es su opinión de que Cecilia Vicuña haya recibido el León de Oro en la Bienal de Venecia?
-Las conocí cuando ella tenía 14 años y yo 16, y fuimos pololos y estuvimos juntos 13 años. Ahora por perdimos contacto hace mucho. Es una persona enormemente talentosa y trabaja como una hormiguita, hasta cuando duerme, trabaja.