Directivas locales muestran preocupación por baja participación femenina en espacios de liderazgo
Biobío aún cuenta con instituciones que carecen de figuras femeninas en sus áreas de mayor responsabilidad. Otras las integran, pero el avance todavía parece insuficiente, según relatan.
Al hacer una búsqueda rápida en las páginas web de algunas compañías y organismos de la Región del Biobío, en su mayoría empresariales, es posible advertir que en sus directorios existe una escasa participación de mujeres. Eso, pese a los esfuerzos que estas mismas instituciones han dicho asumir en los últimos años para aplacar el problema.
Por ejemplo, el Instituto Regional de Administración de Empresas (Irade) cuenta con 15 personas en este tipo de instancias, pero solo tres son mujeres. Por otro lado, la Cámara de la Producción y del Comercio (CPC) Biobío cuenta con dos mujeres, de un total de 14 directores. Es más, hay firmas o gremios con arraigo local que tienen un porcentaje mucho menor, o que, derechamente, solo dan cabida a hombres en esas lindes.
Parte del pequeño grupo que ha logrado integrarse a estos espacios advierte que el inconveniente pasa, netamente, por un tema cultural que es profundo, social y generacional, que se suma a un aspecto legislativo que aún no logra repuntar para empoderar a su género como corresponde, tanto en los ámbitos privado y público del Biobío.
Hace casi un mes la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) publicó un informe en donde se dio cuenta de que Chile está entre los países de la OCDE con menor participación femenina en directorios de grandes empresas y que la equidad de género en altos cargos del sector financiero podría tardar hasta 61 años en alcanzarse. Este indicador es un claro ejemplo de la situación que enfrenta hoy el país y la Región.
TRABAJO INSUFICIENTE
"Yo creo que como Región estamos en un porcentaje bastante menor que un 20%. Además, en regiones tenemos una doble carga, porque por un lado somos mujeres y por otro somos región, y ahí, de partida, las firmas tienen muy poca presencia de directores que sean de los territorios. El tema del centralismo es fuerte. Definitivamente, estamos al debe y tenemos que seguir trabajando para aumentar esta participación, ya que eso es un buen negocio", plantea Patricia Palacios, quien conforma directorios como Irade o la Corporación de la Universidad de Concepción. Este último organismo mantiene solo a tres mujeres, de acuerdo a su sitio virtual.
Macarena Cepeda, presidenta de la Asociación de Industriales Pesqueros (Asipes) y miembro de directorios como CPC Biobío o Cidere, recalca que pese a todo es una buena noticia el hecho de que hoy existan mujeres en este tipo de instancias, aunque agrega que "esa participación podría ser mucho mayor y tenemos que avanzar en ello".
"La experiencia internacional sugiere que los esquemas de paridad y/o cuotas ayudan a formar una masa crítica que estimula la participación de mujeres en altas gerencias, directorios o la misma política. Por cierto, debe tener una implementación consensuada y progresiva, de manera que rápidamente se vuelva una sana costumbre ver a mujeres en estas posiciones", precisa Cepeda.
En la misma línea, la presidenta de la empresa Hualpén, vicepresidenta de Irade y también directora de Sanatorio Alemán, Mónica Alvarez, sostiene que desde mucho tiempo en la zona se han llevado adelante agendas de género para poder convocar a más mujeres. Eso sí, reconoce que en los cargos de responsabilidad más alta todavía sigue existiendo una deuda.
"Creo que se ha avanzado mucho en estos años, pero todo eso es insuficiente. La participación debiese ser per se. Hay una gran deuda todavía, pero la noticia positiva es que hay una conciencia y vamos lentamente avanzando", remarca.
CAMINO A SEGUIR
A juicio de estas líderes, hoy existe un ánimo diferente que, incluso, se ve plasmado en las pretensiones del gobierno que recién asumió. A eso añaden el valor que tiene la diversidad, en el sentido de generar una mirada complementaria "que se logra cuando las mujeres se integran a estos mundos que han estado dirigidos por hombres".
Por otro lado, enfatizan que para alcanzar este objetivo es fundamental que las mujeres hayan tenido una carrera profesional coherente y consistente con su llegada al directorio, es decir, haber tenido mucha presencia en las distintas áreas del rubro en el que se desempeñan.
"La mujer no se visibiliza en cargos de alta responsabilidad, por lo que no planifica su carrera para llegar a estos espacios. Por eso, en primer lugar, es una decisión personal, en donde ellas tienen que trabajar en su plan de desarrollo profesional", manifiesta Palacios.
A eso, sin embargo, se suma la necesidad de contar con un buen entorno familiar para establecer una corresponsabilidad que no las obligue a encargarse solas del cuidado de los hijos -lo que se agudizó con la pandemia- y con un buen ambiente empresarial que incentive la flexibilización laboral. Esto último, acotan, debe propiciar las estructuras que permitan que sus trabajadoras puedan seguir creciendo, acción que desde sus puntos de vista sí es asumido a la fecha.