El aislamiento de isla Mocha
Una compleja situación está atravesando, una vez más, la isla Mocha, luego que la empresa a cargo de los vuelos periódicos al continente suspendiera el servicio de forma indefinida hace casi diez días, lo que golpea a sus poco más de 800 habitantes. No es una situación nueva, ya que recurrentemente la conectividad es un tema problemático, ya sea en el sentido de los traslados por aire o por mar, así como también desde el punto de vista de las telecomunicaciones.
La falta de opciones de traslado afecta a la población mochana en todos los sentidos. En lo familiar, en lo laboral, en las posibilidades económicas, comerciales y, tal vez lo más complejo por estos días, en el sentido sanitario, ya que se interrumpen tratamientos médicos, consultas y cualquier tipo de urgencia queda supeditada a la posibilidad de trasladar a quienes requieren atención, lo que por ahora no es posible aunque se trate de una emergencia.
Tras suspender los vuelos programados, hace unos días la empresa que prestaba servicios de traslado aéreo a habitantes de Isla Mocha hacia Lebu y Tirúa comunicó a la Seremi de Transportes que suspendería definitivamente el servicio, debido a supuestas irregularidades que significarían que la administración anterior de la misma firma estaba recibiendo el pago de la subvención estatal en lugar de la actual. El hecho generó un duro impacto y significó que las autoridades gubernamentales buscaran un acuerdo con la misma compañía para evitar que se suspendiera el servicio.
La Delegación Presidencial de Biobío aseguró que esta nueva negociación permitirá restablecer el servicio, el que estaría disponible a partir de este miércoles con vuelos desde y hacia la isla en los horarios habituales.
Sin embargo, es legítimo que desde la Municipalidad de Lebu, comuna a la cual pertenece administrativamente la ínsula, planteen que no es posible que producto de conflictos entre privados se genera un perjuicio tan grande a la comunidad mochana y que sea comprensible que se haga un llamado al Gobierno central para que realice las acciones pertinentes y asegurar la estabilidad del servicio y evitar situaciones similares.
El municipio no tiene mayores atribuciones en el transporte licitado, por lo que será la Seremi de Transportes la que seguirá a cargo de continuar fiscalizando los servicios y del no cumplimiento de los mismos, esto para anexar al proceso sancionatorio que se abrirá contra la empresa por no cumplir los términos del contrato vigente.
A estas complicaciones, en los últimos días se sumaron también las condiciones climáticas inadecuadas que mantienen a la isla en este momento con racionamiento energético, ya que no se ha podido hacer llegar el combustible necesario a través de la vía marítima, abastecimiento que ebe salir desde la comuna de Tirúa.
Según los datos meteorológicos, aún resta alrededor de una semana para que el clima esté óptimo para realizar el viaje, especialmente por el intenso viento que se ha registrado en la zona. Los isleños dependen del diésel para mantener en funcionamiento la red eléctrica, servicio que, según los cálculos realizados la semana pasada, podría mantenerse asegurado hasta el sábado pasado gracias al racionamiento de su uso.
Este último obstáculo para la isla fue superado gracias a la respuesta de la Armada, que a través de la Gobernación Marítima coordinaría la posibilidad de enviar una primera cantidad de combustible. Sin embargo, la precariedad del sistema con que se abastece y comunica la zona sigue siendo preocupante, porque no existen sobre la mesa soluciones de fondo para su permanente fragilidad, que requiere un trabajo más profundo y sobre todo, una gestión que apoye el desarrollo de sus habitantes.
La falta de opciones de traslado afecta a la población mochana en todos los sentidos. En lo familiar, en lo laboral, en las posibilidades económicas, comerciales y, tal vez lo más complejo por estos días, en el sentido sanitario.