Nueva norma para proteger el ambiente
La semana pasada el Senado aprobó en último trámite el proyecto que establece medidas para evitar la contaminación con colillas de cigarrillos, y facilita su reciclaje o reutilización. Así, la iniciativa también conocida como "Chao colillas" quedó lista para ser remitida al Ejecutivo para su firma y promulgación como ley.
El proyecto establece que se prohíbe fumar en las playas de mar, de río o lagos, dentro de una faja de 80 metros de ancho medidos desde la línea de más alta marea de la costa del litoral y de los terrenos fiscales riberanos hasta una distancia de 80 metros medidos desde donde comienza la ribera. Además, se prohíbe arrojar los filtros o las colillas de cigarrillos en la vía pública y en los patios o espacios al aire libre.
La fiscalización corresponderá, además, a la policía marítima, fluvial y lacustre y, en caso de constatarse alguna infracción ésta se deberá denunciar ante el juez. Cualquier persona podrá denunciar el incumplimiento de las obligaciones establecidas en el proyecto, imponiéndose así la denominada denuncia ciudadana. Asimismo, fija multas de hasta 4 UTM (217 mil pesos) y establece que se podrá cumplir condena con servicio a la comunidad limpiando playas, lagos o ríos.
Se recuerda también que el 10 de diciembre de 2018 comenzó a regir la ley que modificó el Código Penal y tipificó como falta ensuciar playas, riberas de ríos o lagos, reservas y parques nacionales, monumentos naturales u otras áreas de conservación de la biodiversidad declaradas bajo protección oficial. La medida busca sancionar un mal hábito individual que repercute y ocasiona daño a la comunidad en general y, a la vez, permite educar a la ciudadanía respecto del cuidado al medio ambiente. Para ello, se dio atribuciones a Carabineros para realizar la fiscalización, pero también se asignó responsabilidad a los funcionarios municipales y ciudadanos que puedan hacer denuncias documentadas en el caso de que sean testigos de estas infracciones.
La Región del Biobío no escapa a estos problemas de tipo ambiental, sobre todo cuando se analiza la contaminación del mar y de los ríos. A eso, se agrega la poca conciencia en la disposición de las basuras, lo que exige acciones concretas para comenzar a remediar los perjuicios y transformaciones ocasionados, porque las futuras generaciones así lo exigen.
El debate sobre el tema ecológico crece y así también se desprende de los movimientos sociales que han puesto de relieve estas discusiones. Sin embargo, más allá de los grandes temas medioambientales, existen aquellos particulares o menores, pero no por ello menos importantes, confinados a las comunidades, en las que la conciencia ecológica es escasa o no existe. Están desde quienes lanzan basuras a los ríos, lagunas o al mar, o incluso quienes tiran a diario sus desperdicios en la calle.
Cada temporada de verano, especialmente, exige una preocupación aún mayor, considerando que con frecuencia los grupos familiares van a playas, ríos y parques y no se preocupan de dejar limpios esos lugares. Pero éste no es un problema que afecte sólo a los recursos acuáticos. Los microbasurales nacen también en sitios abandonados en las ciudades y a orillas de las carreteras.
Iniciativas como éstas pretenden generar conciencia ciudadana respecto a la responsabilidad social que se debe tener con la mantención de un ambiente limpio en los espacios públicos. Puede pensarse que estas iniciativas podrían tener un efecto más bien simbólico, ya que es difícil que se realice efectivamente una fiscalización -por poca disponibilidad de personal- y que se genere un cambio de conciencia en la sociedad, cuando parte de ésta carece de educación ambiental. Sin embargo, iniciativas como éstas pueden ayudar a internalizar la necesidad de cuidar los recursos de la naturaleza.
La Región del Biobío no escapa a estos problemas de tipo ambiental, sobre todo cuando se analiza la contaminación del mar y de los ríos. A eso, se agrega la poca conciencia en la disposición de las basuras, lo que exige acciones concretas para comenzar a remediar los perjuicios ocasionados.