Cómo son los hombres cuando nadie los mira
La periodista Sabine Drysdale pasó años en consultas de urólogos e interrogando a los amigos de su marido, a escritores y otros hombres asiduos al psicoanálisis. Su afán era entender la cabeza y las vísceras del género masculino para escribir "La vida privada de los hombres".
Por Valeria Barahona
Qué es el deseo masculino. Qué es la masculinidad. Qué piensan los hombres heterosexuales. Cómo conquistan. A qué le tienen miedo. Cuáles son sus fragilidades, constituyen algunas de las cuestiones que la periodista Sabine Drysdale ("Nicanor Parra: La vida de un poeta") intenta responder en el ensayo "La vida privada de los hombres". El libro, publicado por Paidós, mezcla opiniones médicas, teorías filosóficas, literatura, arte y poesía con historias de amigos. El relato comienza con esta confesión: "Me han dicho que soy hombrista, que no es lo mismo que machista".
-¿Qué es ser hombrista?
-Que me encantan los hombres, me siento cómoda con ellos, en general, aunque hay algunos que los encuentro lo peor.
Drysdale cuenta que comenzó a indagar en qué hacen los hombres cuando están a solos porque "el mundo de la intimidad femenina es parte del dominio público: "Todos saben más o menos en qué anda una cuando se pone otra ropa, en cambio los hombres se visten casi siempre igual, a un matrimonio van todos de traje negro, mientras las mujeres jugamos con los vestidos. Los hombres conocen nuestros ciclos hormonales, hasta se pueden burlar de eso. Hay revistas que hablan sobre el poder femenino o su ausencia. Toda la intimidad femenina es pública, mientras que el mundo íntimo de los hombres parece que no existe, eso me llama la atención, más en una época en que se discuten los límites del coqueteo: ahí entramos en terreno minado porque siempre alguien tiene que dar el primer paso, y con el 'MeToo' se comenzó a enrarecer todo y dejar a los hombres como seres muy simples, o que todos son abusadores".
-¿Cómo ves a los hombres deconstruidos, esos que te hablan del amor propio o evitan las relaciones tóxicas…?
-Me dan un poco de lata, entre aburrimiento y lástima. Lo que pasa con los que nacieron en los años 90 es que tienden a ser víctima como una postura en la vida. Para mi generación, la de los años 70, ser víctima es lo peor. Estamos viviendo un quiebre en vivo, (…) al hombre víctima lo encuentro muy poco erótico. Aunque creo que es súper bueno, para todo el mundo, hacerse terapia y conectar con todos los niños que llevan dentro, pero una cosa es la consulta del psicólogo o psiquiatra y otra es salir con el niño a todos lados, un poco patético.
-Hay una parte en que la primatóloga Isabel Behncke aconseja a los hombres alimentar a la hembra, que ahí está la clave del cortejo.
-Evolutivamente somos las mujeres las que elegimos al macho, entonces el hombre tiene que apostar, porque los óvulos son escasos, naces con un número determinado y se acaban, a diferencia de ellos que todos los días y a cualquier hora (producen espermios). Cuando una se siente protegida, eso te da mucha seguridad y es muy erótico, por lo que el hombre víctima sería contraevolutivo. Eso no significa que las mujeres no podamos contener a los hombres, pero biológicamente no es la clave. Igual he oído muchos pequeños comentarios de amigas que se quejan porque tienen que volver a la casa, que sus parejas son un poco dependientes, lo cual lo encuentro un infierno, porque al estar en pareja uno comparte demasiadas cosas, la cama, el baño, todo, entonces sentirte hastiada es peligroso.
-¿El deseo se controla más en verano? Porque hay más piel al aire, o caminas descalza y el roce del pasto bajo los pies…
-No sé, a mí me pasan cosas todo el año, con el aire frío del invierno, las hojas que se caen, las semillas que quedan colgando de las flores… Hay gente a la que le gusta podar todo: a mí no. Creo que lo del verano es porque uno ve más carne, pero eso funciona más para los hombres. Quizás el ánimo es lo más atractivo.
-En Instagram compartes muchas fotos de plantas. ¿Tiene algo erótico?
-La vida y la muerte, es lo mismo. Eros y Tánatos, como dicen los siúticos.
-No hay Eros sin Tánatos.
-Es verdad. Y los olores, las abejas. Zizek dice que las plantas están copulando frente a nosotros y no nos damos cuenta.
-Pasar por una estela de polen es como que te lo tiren en la cara.
-Es afrodisíaco, pero no hay nada más estimulante que las palabras y la mente.
-Citas al cantante y escritor australiano Nick Cave ("La Muerte de Bunny Munro") para mostrar el deseo como motor de la creación ¿se puede hacer arte sin deseo?
-Parece que no. Por eso muchos artistas terminan autodestruyéndose. Tienen una sensibilidad tan alta que con un brocha y par de colores te pueden dejar pasmada, y no entiendes por qué. Comunicar esa sensibilidad, por lo que averigüé para el libro, tiene mucho que ver con el deseo. Y (el poeta Claudio) Bertoni ("El cansador intrabajable") dice que él lo sublima escribiendo. Asimismo, hay arte con el que no te pasa nada y tal vez puede estar fallando el deseo del autor.
-¿Qué piensas de esas pequeñas transgresiones como el sadomasoquismo? ¿Son posibles hoy?
-Que cada quien haga lo que quiera mientras estén todos de acuerdo. Habrá comunicación, no sé, si te amarra una mano y le dices que no te gusta, se acaba el juego. Tiene una progresión que partirá con una mirada… Hay algo que parte siendo químico, como cuando estás frente a un hombre y a mí me gusta y a ti no, quizás no hay una explicación razonable a simple vista. Luego se necesita confirmar si al otro le pasa lo mismo, y ver que si esa situación va progresando. Lo que sí hay que revisar si estás permitiendo que te hagan cosas que no quieres hacer. Igual ustedes los millennials le meten mucha teoría a algo que se resuelve de forma simple. Creo que las nuevas generaciones están enredando las cosas más de lo que ya son. No sé en qué va a terminar esto, capaz que esté súper bien que haya nuevas normas y se van adecuando, pero para nosotros, los de antes, es rarísimo. Nadie de mi generación dice 'no te pago la cuenta porque eso es antifeminista': si te la pagan dices 'gracias' y listo, se acabó. Ustedes a esos detalles que son como de cortesía le dan una visión política, lo que hace todo más aburrido, menos libre. La libertad está en extinción.
-Lo personal es político.
-Para un libro de teoría está bien, pero si alguien te invita algo o te dice que bien te queda esa blusa: si te parece desubicado el comentario lo paras, pero armar toda una teoría sobre eso, en la vida diaria, no en los libros, que están para eso, es complejizar demasiado algo muy simple. Como dice Siri Hustvedt ("Una súplica para Eros") que cuando abraza un libro de teoría feminista igual tiene puestos los jeans apretados, está maquillada y mira a los hombres con ardor. Vivamos más.
-Simone de Beauvoir ("El segundo sexo") igual tenía sus temas.
-Le escribía (a Jean Paul Sartre) que estaba en la cantina y acababa de dormir con no sé quién, "pero quiero estar contigo": ahora es mal visto hacer algo así, y ella escribió teoría feminista.
-Como dice Juan Sklar ("Garche"), "no soy mi tesis, soy mi conflicto".
-Imagínate hoy en lo que puede terminar una carta como las de De Beauvoir: en un juicio. Si alguien comete un delito, está bien que vaya a tribunales, pero eso de que ahora "todo puede ser usado en tu contra" lo encuentro terrible, no te puedes arrepentir de nada. Por eso no tengo Twitter. Ayer me hackearon el WhatsApp, así que alguien está leyendo mis intimidades.
Sabine Drysdale ha escrito reportajes en distintos medios de comunicación chilenos.